miércoles, 21 de mayo de 2008

Dos novelas de Philip Roth


Nacido un día de San José de 1933 en Newark, EEUU, Philip Roth es muy posiblemente el novelista vivo con mayor prestigio en el mundillo literario. Y  eso a pesar de que aún no le han concedido el Premio Nobel. Si bien, cada vez que publica una nueva novela, se convierte en un acontecimiento mundial.

Judío de origen polaco, siempre ha hecho gala de su condición religiosa. Incluso a través de sus historias, trufadas de elementos propios del judaísmo y la cultura hebraica. Una extensa obra que refleja aspectos relacionados con su experiencia personal, tanto en las tramas como en el diseño de personajes. Desde su etapa como profesor universitario, su frustrado primer matrimonio o su paso fugaz por el ejército. Como muestra la figura de Nathan Zuckerman, protagonista de varias de sus novelas y que es reconocido como su alter ego en la ficción. Voy a centrarme aquí en dos de sus mejores obras.

“Pastoral Americana” es para muchos, entre los que me incluyo, la obra maestra de Philip Roth. Publicada en el año 1997, desde el primer momento causó un enorme impacto. De hecho ese mismo año le sería concedido el Premio Pulitzer. La novela narra la vida de un atleta, el Sueco Levov, un triunfador nato tanto en el terreno personal como en los negocios. Querido y admirado por toda la comunidad, su vida se irá al traste a partir de una tragedia familiar. Y es que su hija adolescente será la responsable de un acto terrorista. A raíz del acontecimiento, el autor nos va descubriendo los complejos mecanismos que sustentan al clan Levov. Rascando la apacible capa exterior para mostrar que no es oro todo lo que reluce. También asistiremos al proceso de degradación de alguien que es incapaz de concebir y por lo tanto de dar respuesta a un drama de tales dimensiones.

Publicada en el año 2006, “Elegía” es uno de los últimos libros publicados por Roth. No confundir con la última película de Isabel Coixet, “Elegy” (2008), que si bien está basada en una novela del septuagenario escritor, no es esta sino “El animal moribundo”. Aquí la historia comienza durante el entierro del personaje principal. A partir de ahí recorreremos los hitos más significativos en la vida del fallecido, por boca de él mismo. La gracia es como esos acontecimientos se articulan en torno a momentos en los que se dio de frente con la propia muerte.  “Elegía” parece una novela de despedida, apreciándose la emoción distante de quien ve su final cerca. Sopesando las decisiones tomadas pero sin censuras, sólo tratando de entender a lo que le han llevado. Un drama cercano sobre alguien que fácilmente podríamos identificar con algún personaje cercano.

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