lunes, 5 de enero de 2009

América de James Ellroy


“El país nunca fue inocente. Los norteamericanos perdimos la virginidad en el barco que nos traía y desde entonces hemos mirado atrás sin lamentaciones. Pero no se puede atribuir a nuestra pérdida de la virtud a ningún suceso o serie de circunstancias en concreto. No se puede perder lo que no se ha tenido nunca”

Así comienza el primero de los tres libros que configuran la “trilogía americana” o “trilogía de los bajos fondos” de James Ellroy, recorriendo la historia de EEUU desde finales de los años cincuenta hasta mediados de los setenta. Se titula “América” y fue publicado en 1995. A través de un ingente número de pesquisas novelesco-policíacas, mezclando la ficción y la realidad, Ellroy construye “nerviosos frescos” sobre uno de los momentos más mitificados de la Historia del siglo XX. Y vaya que, en razón de sus descubrimientos -auxiliado por varios investigadores privados- la cosa no debe andar muy lejos de la verdad no revelada.

Se trata pues de un trayecto novelado que nos sumerge en uno de los episodios más oscuros de la política estadounidense, de la mano de unos tipos que se codean con auténticas celebrities y mitos reales que, todo sea dicho, no salen muy bien parados. En este primer libro, Ellroy introduce a unos personajes que poco a poco nos van descubriendo las conexiones entre el clan más angelical e idolatrado de los EEUU, los Kennedy, y el crimen organizado. Conexiones que, en virtud de una política no compartida por esos incómodos compañeros de viaje, desembocarán en el magnicidio de Dallas.

La intriga política de este convulso período es el argumento central de “América”, desarrollándose a distintos niveles: Por un lado de la mano de Kemper Boyd, un policía corrupto relacionado con Pete Bondurant, matón a sueldo de la Mafia relacionado a su vez con periodistas sensacionalistas; Y por otro lado Ward J. Littell, un honrado policía antimafia que se verá obnubilado por la esperanza de la nueva administración Kennedy. A su vez, cada trama se complementa con pequeñas subtramas por las que deambulan secundarios de distinto pelaje, tales como Sal d’Onofrio, Fulo Machado o Lenny Sands. Conforme vamos consumiendo las 756 páginas de las que consta la novela, estas irán conectándose al igual que sus personajes. Y llegado el momento todas las piezas encajan.

Además el interés de la historia se acrecienta con la aparición de una serie de personajes de relumbrón, con un papel fundamental. Por ejemplo el excéntrico multimillonario Howard Hugues, el mítico sindicalista Jimmy Hoffa, el famoso director del FBI Edgar Hoover, los mafiosos Santo Trafficante, Sam Giancana o Carlos Marcello, el dictador cubano Fidel Castro y su hermano Raúl… E “instituciones” como la CIA, los Anticastristas, la Mafia de Chicago, el Sindicato de Transportistas, Hollywood, el Ku Klux Klan

Una característica fundamental en la novela es que todos sus personajes -¡absolutamente todos!- están de mierda hasta las cejas. No hay buenos en esta historia y eso es lo más terrible, dado el diferente estatus y condición de cada uno de ellos. Y es que esta es una máxima en la literatura de Ellroy, aquello de que quien más y quien menos tiene algo que ocultar. Y así se escribe la obra del por muchos considerado el principal continuador de la gran novela negra de nuestro tiempo. Digno heredero de Dashiell Hammett, Raymond Chandler o Jim Thompson, creadores del género allá por los años treinta. El hard boiled, del que antaño servidor era ferviente defensor y ávido lector. Ahora, lastimosamente, tan sólo ocasional.

Mucho tiene que ver en esto último, que Ellroy se viera abocado a la literatura casi por necesidad. Y es que, según el mismo ha reconocido en innumerables ocasiones, se hizo escritor para esclarecer el caso sin resolver del asesinato de su madre, Geneva Hilliker. “De ahí que mi estilo sea tan trepidante, que produzca tanto stress (…) sencillamente muestra la violencia de mis tramas, de mi vida”.

En todo caso y ya para finalizar, afirmar que “América” es un gran libro en todos los sentidos. Y que me lo he pasado pipa viajando entre sus tropecientas páginas. Espero con ansia el abordaje de “Seis de los Grandes”, la continuación a este. Os mantendré informados.

“La nostalgia como técnica de mercado nos tiene enganchados a un pasado que no existió nunca. La hagiografía convierte en santos a políticos mediocres y corruptos y reinventa sus gestos más oportunistas para hacerlos pasar por acontecimientos de gran peso moral.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...