miércoles, 30 de diciembre de 2009

Primeras impresiones de un Mussafero afincado circunstancialmente en la (nada) soleada California

Menuda mierda de viaje. Y m­ira que los he hecho largos y pesados, pero os aseguro que como este ninguno. Y eso sin entrar a valorar la simpatía innata del personal de vuelo de la United Airlines: Una caterva de Barbies cincuentonas a las que parecía ofender que gran parte del pasaje no se expresara bien en inglés. Y es que claro, ¿como se puede consentir? ¡En un avión proveniente de Frankfurt, repleto de gabachos, italianottis y hasta portus! ¡Por Dios! ¡¡¡Qué poca vergüenza!!! ¡A donde vamos a ir a parar!… Y es que a nuestro lado se sentaron una parejita de portugueses que por poco no acabaron en Guantánamo. Todo ello merced a la poca profesionalidad de la azafata Mary Jane y a su puta pose de superioridad angloamericana. En fin, ya les llegará su hora…

Ya en San Francisco, mi primera impresión sobre el terreno es que se trata de un lugar bastante extraño. Diferente a como yo me lo esperaba. Nada más salir del aeropuerto -poco más grande que el de Valencia- te ves inmerso en una sucesión de enormes avenidas que comunican los diferentes barrios de la ciudad. Como una aglomeración de municipalidades muy próximas las unas a las otras, en la forma que nosotros conocemos como áreas metropolitanas. Potrero Hill, nuestro barrio de acogida, es un sitio tranquilo. Demasiado tranquilo incluso. Casi nadie circulaba por sus calles a nuestra llegada y eso que eran poco más de las seis de la tarde de un sábado. Planimétricamente es un sitio complicado. Una sucesión de larguísimas calles entrelazadas que forman una perfecta cuadrícula, pero con inverosímiles desniveles. Tiene unas subiditas que ya me gustaría a mi ver a Contador… Si a eso le unes que tan sólo hay casitas y ni una sola finca... Pero es bastante bonito. Raro, peculiar, pero no exento de belleza. Vale sí, para los fanáticos del urbanismo es una puta aberración, I know. Pero es innegable, digan lo que digan los puristas, que las vistas sobre el resto de la ciudad son acojonantes. Muy especialmente en un par de puntos en los que, si la niebla lo permite, se puede divisar una espectacular postal del Skyline y del Downtown sanfrancisqueño.

Por lo demás, ahondando en el tema de la tranquilidad (aka tediosidad) del barrio, un paseo vespertino me sirvió para constatar unas cuantas cositas:
         
1. Estamos en una zona de gente más o menos acomodada. Basta con echar un vistazo a las marcas de los coches estacionados frente a las casas o fijarse en las propias casas.
2. Hay edificaciones verdaderamente hermosas, algunas de las cuales recuerdan muy mucho a la mansión en la que habitaban los cinco hermanos Salinger de la mítica serie noventera “Party of Five”. Pero me han dicho que la acción transcurría en otra zona de la ciudad.
3. Realmente se ve a poca gente por las noches y la que hay no destaca por ser especialmente agradable. Ni un “puto good evening/afternoon”, ni aunque fuera un mísero “hi”… Se creen una raza superior y punto. Una raza que sabe saludar, pese a tener lo de polite en la boca cada diez minutos. Y hay que aceptarlo.
4. Pese a estar en Navidad y salvo alguna destacada (y horrorosa) excepción, las casas no están especialmente decoradas. Acostumbrado a ese abigarramiento de motivos navideños a lo que las películas norteamericanas nos tienen acostumbrados, la discreción de los vecinos de Potrero Hill se hace hasta extraña. Tampoco se aprecia una sobreabundancia de banderitas y otras referencias patrióticas, aspecto este muy de agradecer.
5. Contrariamente a lo que yo pensaba, esto no tiene pinta de gozar de una vida nocturna especialmente agitada. Después de patearme varias manzanas, lo único destacable que vi fue una licorería y un par de cafés cerrados... ¡¡¡Ni un puto bar!!! Se masca la tragedia... Aquí no creo que se monte la juerga padre.

Bueno, lo voy a dejar por hoy. No sin antes apuntar un par de reflexiones de mecedora. La primera es que a pesar de que aquí todo (o casi) está escrito en inglés y español (¡¡¡en ocasiones hasta en chino!!!), ni Dios habla español (diga lo que diga Cordelia). Eso sí, todas las calles, barriadas, edificios públicos, parques… atienden a nombres castellanos. Debido probablemente al origen hispánico de la ciudad -una fundación cristiana de franciscanos españoles de finales del XVI-. Pero ni por esas. Además pronuncian los nombres como les sale de los cojones y no hay Dios que lo entienda. Hostias, mira que es fácil pronunciar “Juan Sánchez” o “Mariposa” o “De Haro”, pues deberíais escucharlos…ufff!!! La segunda tiene que ver conmigo y con mis conocimientos sobre la lengua de Shakespeare. OK, yo sabía que mi dominio del inglés era malo, ¡pero es que es mucho peor! Si a eso le sumas la manera tan especial de hablar que tiene aquí la gente -algo que he decidido bautizar como “modelo simpático agresivo”- al final acabas por agachar la cabeza y pasando de entender nada. No es broma joder, le dan a uno ganas de hacerse pasar por sordomudo. 

Ahora sí que termino. Otro día continuaré relatando las aventuras y desventuras de Sulo Martínez Soria en San Francisco - CA. Agur.

2 comentarios:

  1. sólo voy a decir tres cosas:
    1. Potrero Hill está muerto, vale, pero ¿porque no les cuentas que el centro mola? jolín, parece que te han secuestrado en una secta de adinerados burgueses que se pasan el día gritando de forma simpática en un inglés incomprensible y subiendo y bajando cuestas imposibles.
    2. Aquí hay gente que habla castellano...sólo tienes que dirigirte a los que se parecen a nosotros!
    3. Lo último:deja de comprarte gorras que no te vas a poner en España!!!

    Fdo.
    Cordelia

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  2. ...y otra cosa más, estoy hasta los cojones de que cada vez que me pido un café me planten un puto orinal de líquido dulzón y cafeína corrupta que te mantiene despierto hasta las 3 de la mañana. Así no hay Cristo que supere el jet lag... he dicho.

    PD. Pienso seguir comprando gorras, porque son baratas, abultan poco y me quedan bien. Y lo que es más importante, porque tengo intención de convertirme en pandillero de Benimaclet!!!

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