domingo, 30 de enero de 2011

Deer Tick en Valencia

Una vez escuché decir a un conocido freak de la farándula nacional, que más vale tener buen humor que en el culo un tumor. La verdad es que más razón no podía llevar. Llevado al ámbito de lo musical (¡toma triple salto mortal!) y relacionado con mis experiencias conciertísticas en otras ciudades del Estado, puedo afirmar que es mejor vivir en una ciudad de tamaño medio repleta de salas pequeñas por las que no se prodigan los grandes nombres del panorama musical actual, cierto, pero en las que no suelen faltar actuaciones de esas otras bandas que están en un segundo plano para los medios especializados (y que tanto me gustan a mí), y que aún no están infectadas por la enfermedad del cretinismo de estrellita del rock, copador de estadios y mega teatros atestados de teenagers y foreveryoungs… Lo digo porque ayer la Corde y un servidor gozamos como enanos y en primera fila con las Black Dirt Sessions de los norteamericanos Deer Tick. Una banda que, con este tercer álbum, ha alcanzado cotas próximas a la excelencia musical. No en vano en esta bitácora, dirigida y controlada por este humilde servidor, “The Black Dirt Sessions” fue aupado hasta el quinto lugar en el ranking de mejores álbumes del 2010. Y si siguen en esa línea, no descartemos que posteriores lanzamientos del cuarteto de Providence alcancen aún mejores posiciones, pasando del diploma olímpico a las medallas.     

El cuarteto apareció en escena poco puntual y visiblemente alcoholizado, especialmente en el caso de su líder John McCauley, uno de los tipos más carismáticos del nuevo rock estadounidense. Pero no importó demasiado, con sus dos primeras interpretaciones, entre las que se incluía la maravillosa “Choir of Angels”, ya se habían desquitado. El concierto transcurrió entre el intimismo elegante que destilan buena parte de los cortes de su último álbum y la apoteosis rockera con la que cerraron muchas de sus canciones, acudiendo en repetidas ocasiones a la espontaneidad, con un papel muy destacado para el guitarrista Ian O’Neil (antiguo guitarrista de los geniales Titus Andronicus) y ese pedazo de batería (en sentido físico y musical) que se dejó los brazos y las manos en la actuación de anoche.    

Por lo demás lo mejor de la velada fue cuando tocaron “Piece by piece, and frame by frame”, la mencionada “Choir of Angels”, la preciosista “Goodbye Dear friend”, las deliciosas “Mange” o “When she comes home” y muy especialmente cuando sonaron  “Twenty miles” y “I will not be myself”, posiblemente sus dos mejores composiciones hasta el momento. Tampoco estuvo mal la elección de covers, una de Middle Brother, grupo paralelo de McCauly que yo desconocía hasta anoche y que no pinta nada mal, y para sorpresa final “La Bamba” cantada en un más que decente castellano y el mítico “Oh boy” de Buddy Holly & The Crickets.

En fin, que estuvo de cojones. ¡Y que ustedes se lo perdieron! Vosotros, que no Johann Wald, presentador estrella de MTV España, que no sé que coño pintaba allí. Es más, en un momento dado coincidimos en los urinarios de la sala, hombro con hombro, nosotros dos y el teclista de Deer Tick, haciéndose realidad aquello tan castizo del “picha española nunca mea sola”. Aunque ahora que lo pienso… …el único español era yo!!!     

sábado, 29 de enero de 2011

...nos lo comemos todo

Anoche, un amigo me enseño lo que le habían dejado sobre el parabrisas de su bólido. Se trata de una tarjetita promocional de un nuevo espacio cultural abierto en Valencia y/o alrededores. "El Chalecito", que así se llama el colectivo, se dedica a formar competidores profesionales en concursos de ver quien come más, una actividad deportiva que en los EEUU y en algunos países del este de Europa tiene gran importancia. ¿Habéis visto Taxidermia? Pues de eso va. Y es que ya era hora de alguien apostara en este país por este bello deporte, hartos como estamos de ver como los telediarios nos muestran a los campeones norteamericanos en plena pitanza de perritos, espaguetis, hamburguesas, tartas o lo que se tercie. 
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Pues ¡hala! Avisados estáis. Si os interesa, ahí dejo los teléfonos de contacto y la página web. Una página en la que, por cierto, se nos presentan los entrenadores personales y explican un poco cual es su método. Aunque no tenga demasiada importancia, llama la atención que sean todo mujeres y todas ellas con muy buen aspecto.   

viernes, 28 de enero de 2011

Joe is back

Supongo que a todos nos ha pasado alguna vez. Uno acude a un concierto casi de rebote,  sin expectativa alguna y luego se topa con una actuación épica. Igual ni siquiera conocemos a la banda en liza, o sí pero no les tenemos muy oídos, o simplemente lo que hemos escuchado de ellos nos dice bien poco o nada, pero hala, ¡toma ya!, peaso concierto que t'has tragao. Justo eso me pasó a mí hace justo un año en la sala Wah Wah, gracias a Joe Crepúsculo. Un show sobre el que os hablé en su momento y al que acudí a falta de un plan mejor. Sin embargo en ocasiones ocurre justo lo contrario. Es decir, vas a ver a uno de tus grupos favoritos, más ilusionado que un chiquillo con zapatos nuevos y, ¡oh!, sorpresa… ¡vaya cagarro de concierto! Cuento todo esto porque ayer fui a los fastos del V aniversario de Vinilo Valencia, revista independiente, web de noticias musicales, promotora y varias cosas más, con sede en la capital del Turia, en el marco de los que actuaban Amatástico, proyecto compartido entre los líderes de Amatria y Gilbertástico, y el inclasificable trovador tecno Joe Crepúsculo. Los primeros me dejaron muy frío, mientras que el genio de Sant Joan Despí tan sólo templado.

Quizá sea injusto decir eso de Amatástico. Lo cierto es que no les presté demasiada atención. Cuando entramos al local su actuación ya había comenzado y, entre que no me seduce demasiado su propuesta (ni la de Amatria ni la de Gilbertástico) y que estaba desesperado por agenciarme una cerveza y charrar con mis amigos sobre lo divino y lo humano, la cosa se fue esfumando con rapidez. Tan sólo giré la cabeza hacia el final, cuando los dos músicos valencianos requirieron la presencia sobre el escenario de Joe,  para escenificar una suerte de homenaje musical a la gente de Vinilo Valencia. El caso es que su momento terminó justo ahí, dando paso a Supercrepus, motivo por el cual había acudido la mayor parte del público.

Como he mencionado al comienzo, es esta la segunda vez en un año que veo al amigo Joel Iriarte aquí en Valencia y en la misma sala. La primera ocasión fue mágica, sobretodo por lo inesperado, pero esta segunda no lo fue tanto justamente por el mismo motivo. O sea, que me esperaba más. Me dio la sensación de que le costaba entrar en calor y transmitir toda esa energía friki que lleva dentro. Ni siquiera cuando se arrancó con “Diririri Dirarara” o “Ritmo mágico”, dos de mis canciones favoritas de toda su discografía, la cosa cambió a mejor. Insisto, me pareció todo demasiado frío, al menos respecto a su anterior concierto en Valencia, que es el único referente que tengo. Como sí el helor y la lluvia de ayer hubiese influido negativamente en el catalán. Si bien, todo hay que reconocerlo, la cosa fue mejorando con el transcurrir de las canciones, alcanzando su cenit con “Baraja de cuchillos” con la que el respetable se animó a botar y bailotear en serio. Lástima que fuesen los últimos coletazos de una actuación en la que Joe y su partener nos dejaron a medias.

jueves, 27 de enero de 2011

¡Abusón!


El enano de la fotografía es Maxi Stanic, base italo-argentino perteneciente a la disciplina del equipo revelación en la presente edición de la Liga ACB: el Cuatro Rayas Valladolid. Mientras que el grandote es el franco-americano Tariq Kirksay, anotador del Cajasol Sevilla de Joan Plaza. Según informa la página oficial de la ACB, el norteamericano ni tan siquiera alcanza los 2 metros de altura -¡le falta un centímetro!-, mientras que el amigo Stanic mide 1,78. ¡A la vista de esta fotografía cualquiera lo diría! Y es que la diferencia de altura entre ambos parece muy superior a esos 20 centímetros, aproximándose más a la que debe mediar entre un Ent de los bosques y un Hobbit de “La Comarca”. Y gran parte de culpa la tiene esta magnífica instantánea, del resto es responsable la madre naturaleza, ¡que es muy cabrona!

Aunque lo peor de todo es el gesto de desprecio con el Kirksay obsequia al pobre Maxi. La mirada de un abusón. De esos que en el colegio se aprovechaban de su superioridad física para quitarnos el almuerzo, cuando no soltarnos una somanta de palos sin venir a cuento. Unos tipos siempre enfadados por algo que son incapaces de expresar, salvo a través de golpes, insultos y amenazas. ¡Di no a los abusones!     

miércoles, 26 de enero de 2011

Muerte y re-muerte a: ¡Los mercados!

Haciendo mía esta sección, mi favorita dentro del blog “Latigasos” y con el debido respeto al amigo Lupin (& Company), paso directamente a desearle la muerte a los putos mercados. Y se lo deseo con toda mi alma. Muerte y re-muerte, tot a una!!! Y es que estoy hasta los huevos de que todo aquello que nos está haciendo pupita sea culpa de esa criatura etérea, carente de cuerpo y alma, sentimientos, voz y voluntad, tras la cual andan realmente una cuadrilla de orcos con corbata y sin escrúpulos.

Hoy mismo, mientras me tomo un café en el bar de la esquina, leo en un periódico que “los mercados” no acaban de confiar en el plan impuesto por la Ministra Salgado para sanear la Banca Española. Y me hace gracia, ya que no hace tanto, en ese mismo bar, más o menos a la misma hora y en ese mismo diario se hablaba de que esos mismos mercados imponían a los estados aprobar un plan de rescate para la Banca. También porque, hace algo menos, se sintieron recelosos ante el plan de ayuda aprobado por la UE en favor de Irlanda. Y al parecer también andaban detrás cuando hace medio año, el Gobierno aprobó una reducción del 5% en el sueldo de los funcionarios. ¿Y adivináis quien anda detrás de la congelación de las pensiones y del alargamiento de la vida laboral de los trabajadores? ‘sastamente, lo habéis adivinado, también es culpa de los putos mercados.     

“¿Pero quien coño son “los mercados?”, que diría Juanjo Millás. Pues en realidad se trata de los propietarios de los grandes capitales: los grandes banqueros y sus directivos, los grandes inversores, los titulares de los gigantescos fondos de inversión, de pensiones, las grandes multinacionales... Son, por tanto, personas normales concretas, ciudadanos como los demás y por lo tanto hostiables como el que más, pero que a diferencia de la gran mayoría tienen muchísimo dinero y, consiguientemente, muchísimo poder. Privilegiados que dominan a los gobiernos y que se superponen a cualquiera de las decisiones que estos  puedan adoptar. Esos que van y fardan de ir a Davos, los que forman parte del Club Bilderberg, los empresarios multimillonarios, Botines y demás, ya me entendéis... Aquellos que controlan no solo sus propios e inmensos recursos financieros sino también el ahorro, usando nuestro propio dinero para empobrecernos. Esos son "los mercados" a quienes los medios de comunicación nunca ponen nombre ni cara. Aquellos a los que deberíamos correr a gorrazos… A los que deseo muerte… ¡Y re-muerte!

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PD. Todas las viñetas son de El Roto. ¿De quién si no?

martes, 25 de enero de 2011

Ley Sinde, corto y cierro


Interesante reflexión del siempre polémico Quico Alsedo (“Sexo, drogas y Rock & Blog”) sobre el temita estrella del día, el acuerdo entre PSOE, CiU y PP para tirar adelante con “la Ley Sinde”. Un asunto sobre el cual yo ya me posicioné. Por cierto que al tío le están cayendo más palos que a mí con el affaire Aminatu (Askatu!!!)

La viñeta es de El Roto, para El País. Genial como siempre. 

 

"¡El apocalipsis ha llegado! ¡La Libertad (la única) ha Muerto! ¡El sol no saldrá mañana! ¡La Sinde es Hitler! ¡Teddy saldrá mañana en mi PC al arrancar! ¡Oh, QUÉ SERÁ DE NOSOTROS, pobres gatitos en las fauces del Horror!

Venga ya, tranquilícense esas comadres anarcointernáuticas, abuelitas temblorosas de 25 años. Y respondan: ¿había alternativa a la Ley Sinde? ¿Existía otro modelo para comenzar a equilibrar derechos en la Red?

No, no lo había (o no lo hemos escuchado). Esa cosa llamada "los internautas" -como si los demás no lo fuéramos- ha tenido un mes para proponer otro sistema para intentar detener, aún embrionariamente, la sangría de derechos pisoteados en internet.

¿Y qué hemos oído? Pajas mentales que satisfacen al que las suelta, pero que no fecundan ni pa dios. "Repensar la red". "Reflexionar sobre los modelos de negocio". "Recolocar la cadena de valor de bla, bla, bla...".

Al final todo es, de entrada, en la base, más sencillo. ¿Queremos que los productos culturales (algunos de los cuales son arte) sean más baratos? SÍ. ¿Soñamos con una industria más limpia con los artistas y con el público? SÍ (¿las hay en otros ámbitos? venga, da igual: SÍ). ¿Observamos cómo cambia internet la forma de hacer, distribuir y adquirir cultura? SÍ.

Lo que no podemos es, en nombre de todo eso, negarles unos derechos adquiridos a unos tíos. Eso NO. Y está claro que internet cambia el concepto de Propiedad Intelectual: la capacidad de copia es infinita. Debátase, pero defiéndanse mientras, si se puede, los derechos de todos.

La gratuidad de la cultura en internet, como de cualquier otra cosa, es un sueño totalitario. El adagio irrebatible de que "el sistema ha cambiado" (a la larga lo recordaremos como algo infantil) y la dictadura socializadora son restos -interesados, claro está- de otros tiempos, y no voy a decir más, que sueno a Jiménez Losantos.

Pero es verdad: obligar a los artistas a regalar su música por cojones es au-to-ri-ta-ris-mo. Y yo, con perdón, dictaduras las justas: ni la de los mercados ni la otra (ni la de la Ortodoxia en red).

Rubalcaba lo dijo con mucho sentido común: "No sé qué tiene que ver la libertad de expresión con colgar un enlace a una página". Los 'internautas', iluminados por la Única Verdad Verdadera, pensaban que en la cima de la pirámide de la Ley ponía: "Derecho a Internet". Ahora ya saben que no: hay otros derechos quizás más polvorientos y menos brillantes, cosas como más antiguas, menos guays, pero más esenciales.

¡Jolines, es que esta ley es producto de un conchabeo entre partidos (como si no lo fueran todas las que se pactan en democracia)! ¡Mecachis, es que sale en Wikileaks que EEUU presionó (como si cada colectivo afectado por un proyecto de ley no presiona hasta donde puede)!

Esta rebelión en la Red me ha recordado, en algunos aspectos, el infantilismo de las huelgas de la universidad, esa emoción febril y ridícula de 'ay, todos nos miran y estamos salvando el mundo'. También, por supuesto, hay quien ha dicho cosas razonables.

El tema es finalmente, como toda la política del siglo XX, un apasionante debate entre la libertad y la igualdad. La cultura libre (no se me diga que exagero: ése es el estado de las cosas ahora mismo, el de Naturaleza) quería imponer la igualdad absoluta a costa de joder la libertad de algunos. Lo ha pintado El Roto mucho mejor que yo: viva la libertad (cultural), pero sobre todo la mía; la tuya no.

Y luego podemos soñar con otros mundos que son posibles, y de puta madre, soñemos. Pero partamos de algo razonable. Yo me lo bajaba todo (me lo bajo, qué leches), pero hay que admitir que el gratis total no es razonable. Un poquito de lo que yo me bajo pertenece a alguien.

Ya, y las telecos de rositas. Ellas, que se llevan todo el beneficio de las descargas, deberían pagar parte de la cuenta (qué coño, mucho más ellas que el canon digital, con el que no comulgo). Bien, pero ¿quién le pone el cascabel al gato? ¿Sabe la caverna internáutica que la ex ministra Carmen Calvo ya intentó negociar ese modelo y no hubo manera con Industria?

Admitámoslo, el todólogo Escolar tiene razón: esta ley es un parche. Un parche necesario para empezar a ponerle puertas al mar. Aplíquese con sensatez, con control judicial (¿que los jueces, que se tocan los huevos a dos manos, no pueden valorar algo en 15 días? ¡venga ya!), y estaremos haciendo el mundo más libre y más igual.

Pero para todos, no sólo para mí y mi jodido iPod.

Postdata: qué gran oportunidad la mía para quedar bien con algún milloncejo de lectores, ¿eh? Pero, hum, en fin, está claro que no vine aquí a hacer amigos... En fin, voy a poner a bajar unas megacosillas por si aparece Teddy mañana y nos joden el chiringuito..."

lunes, 24 de enero de 2011

Subbuteo Championship

¿Sabéis lo que es el Subbuteo? Valep …lo entiendo, ¿Quién coño querría saberlo? Pues viene a ser una suerte de juego de mesa consistente en recrear un partido de fútbol, con sus jugadores, sus porterías, su terreno de juego y demás. Los equipos están compuestos por once jugadores (diez figuritas de base cóncava o plana, según la marca fabricante, y un portero que se maneja con un palo) que se deslizan sobre un paño verde rectangular, golpeándose con el dedo con el objetivo de que le den a la pelotita. Si bien el fin último es, al igual que pasa en el balompié, marcar el mayor número de goles posibles y que no te metan ninguno, todo ello impulsando el balón con los susodichos jugadores. La cosa, que puede pareceros fácil pero os aseguro que no lo es, sobretodo si no has jugado en tu puta vida, acaba por transformarse en algo más aburrido que “La passió d’Esparreguera”. Y os podréis imaginar que el espectáculo, bonito -lo que se dice bonito- no es.

Vaya por delante que yo no quería participar. Y de no ser por los abnegados esfuerzos realizados por un par de amigos en pos de que jugase la autoproclamada Champions del Subbuteo, ahora en seguida hubiese malgastado un sábado enterito. Y es que nos pasamos más de diez horas jugando a algo que, como indica la fotito en la caja del juego, está diseñado para niños de 10-12 añitos. Vamos que tan sólo nos faltaba hincharnos a gusanitos, peta zetas y flacs de lima-limón. … ah, ¡espera!, ¡¡¡gusanitos sí teníamos!!! En fin, como veréis la cosa no podría ser más triste.

Para que os hagáis una composición de lugar, imaginaos a once tíos mal afeitados de más de treinta años dándole leñazos a futbolistas en miniatura vestidos con los colores de sus equipos favoritos. Y todo por la honrilla de ser el menos patético de los allí presentes, oficioso título al que servidor aspiraba. Para evitarlo, el que más y el que menos interpretó las reglas del juego como le convino, por no mencionar a quienes hicieron trampas a tutiplé para eludir la deshonrosa última posición. El caso es que, gracias al arsenal de cervezas del que alguien hizo acopio, además de al mal perder/ganar de alguno de los participantes, la cosa tuvo algunos momentos divertidos. Como cuando un par de amigos se enzarzaron en una discusión sobre si la pelota había entrado o no, o si era penalti o yo que cojones sé… ¡sin soltar la lata de cerveza y el cigarro! Una estampa que merecía haber sido fotografiada para la posteridad. Podría servir como imagen de portada de una nueva versión para adultos del jueguecito de marras, que podría comercializarse bajo el nombre de "Infrabuteo"

En fin no os voy a contar como terminó la cosa. Tan sólo diré que nadie se pegó un tiro ni se lanzó al vacío desde el balcón, ni se colgó de una viga del techo… Bueno y que, al final de la corrida, por lo menos no quedé el último, que ya es algo.

Nunca mais.

viernes, 21 de enero de 2011

Cuando éramos blackmetaleros...

Por si nunca lo he dicho, que creo que sí aunque no encuentro el post, cuando era joven me pasé una larga temporada sumido en el mundo de los sonidos más oscuros. Bien es cierto que nunca me cerré en banda, como sí que hizo algún pájaro, por lo que de tanto en tanto permitía que se colasen en mi reproductor propuestas del todo ajenas al mundo de los hijos de Satán. Ahora, unos añitos después de todo aquello y tras haberme desprendido de las obras completas de Anton Szandor LaVey y su cuadrilla de estafadores, o haber escondido las de Julius Evola y Aleister Crowley, tan sólo me quedan vagos y desiguales recuerdos. Bueno, eso y una estantería repleta de cedés que ya no escucho entre los que se encuentra esta joyita:
    
¿Qué? ¿Como sus habéis quedao?

La portadita corresponde al mítico álbum “Dawn of the Black Hearts”, un bootleg publicado originalmente en 1995 por los noruegos Mayhem. Banda al frente de la cual se hallaba el señor Euronymous (¡que no Anonymous!), directamente responsable de eso que se vino en llamar Black Metal y fundador del Inner Circle satanista. Un colectivo de fanáticos cuyas acciones lograron cierto eco mediático a comienzos de los 90, tras dedicarse a quemar antiguas iglesias noruegas. Una banda que tuvo como primer vocalista a un sonao que se hacia llamar Dead, el mismo tipo cuyos sesos podéis ver desparramados ahí arriba. Y es que al parecer, su amigo Euronymous decidió hacerle una visita de cortesía y se encontró con este panorama. Sucedió el 8 de abril de 1991 y al igual que hubiéramos hecho cualquiera de nosotros, decidió inmortalizar el momento a través de esta bonita fotografía. Y no sólo eso, ¡aún tuvo tiempo de recoger algunos trocitos del cerebro como recuerdo antes de telefonear a la policía! Una instantánea que, sólo unos años después y con ambos esbirros de Satán fuera de circulación, sería utilizada para ilustrar un disco. Porque la espiral de muertes no se quedó ahí. Después de que Dead decidiera descerrajarse un tiro en toa la chola, la noche del 10 de agosto de 1993 alguien decidió asestarle veintitantas puñaladas al amigo Euronymous. ¿Y quien fue? ¿Por qué lo hizo? A lo segundo no puedo responder, no está demasiado claro, pero a lo primero sí. Fue otro colega de banda y movimiento, Varg Vikernes de Burzum. Una banda que, desde mi punto de vista y pasando por alto cualquier tipo de análisis extra-musical, es responsable de los mejores momentos que nos ha deparado este género.

Y aquí es a donde quería yo llegar, hasta la figura de Virkenes, recién salido de la cárcel tras cumplir dieciséis años de condena por asesinato. Y es que una productora hollywoodiense pretende llevar su vida a la gran pantalla. La película será dirigida por el cineasta de culto Sion Sono, un japonés del cual aún no he visto nada, pero cuya obra me suscita cierto interés. Al parecer el film abordará los hechos relatados en el libro “Lords of Chaos: The Bloody Rise of the Satanic Metal Underground”, escrito por Didrik Søderlind y Michael Moynihan, periodista, escritor y líder de los interesantísimos Blood Axis (¡Maravilloso su “Blót: Sacrifice in Sweden”!). Libro que no he leído y por el que también me ha entrado curiosidad. Pero como nunca llueve a gusto de todos, Vikernes está que trina. Según lo ve él “los autores han conseguido llenar las cabezas de toda una generación de fanáticos del metal con mentiras. Lo que podría haber sido una revuelta honrosa se ha convertido en algo patético, embarazoso e impotente”. Por ello ha llamado al boicot de este proyecto falsario y meramente mercantilista.
El caso es que con motivo de esta “polémica”, David Bizarro ha escrito un peaso de artículo titulado “La iglesia que ilumina es la que arde” en el que explica un poco todo este tema y arroja algo de luz sobre la figura de Varg Virkenes y el movimiento del Black Metal surgido en Noruega a finales de los 80 – comienzos de los 90. Harto recomendable.
 
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PD. LaVey matao!!! "No fun, no mosh, no core, no trend"
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Addenda. El documental "Until the light takes us" (Aaron Aites, Audrey Ewell - 2009), que se menciona en el artículo de David Bizarro, no pasa de ser interesante. Repasa la historia, motivaciones, ideología e imaginería del Black Metal y lo más importante, es que por primera vez se da la oportunidad de expresarse a los principales actores del movimiento. Especialmente a Virkenes, al líder de Darkthrone y en menor medida al resto de los que continúan con vida. Sin embargo el libro de fotografías "True norwegian Black Metal book" de Peter Beste no sólo es interesante, ¡es una puta obra maestra! 

jueves, 20 de enero de 2011

¡Gentuza! (IIª Parte)

Lo del canal público valenciano es de traca. El martes por la noche, a pesar del mal rollo que de me daba, intenté tragarme el programa de debate semanal de Canal 9. El espacio, que durante la primera temporada estaba dirigido por Lluís Motes (aka “el Urdasi valencià”), actualmente lo está por una supernumeraria al servicio del TDT Party llamada Isabel Durán, colaboradora habitual de la cadena COPE, Intereconomía, Libertad Digital, Telecinco y Telemadrid, ¡carrerón! Pero es que la “pluralidad” del programa no acaba con el marcado sesgo ultraderechista de su conductora. La tipa está escoltada por una cohorte de personajillos que en el mejor de los casos podríamos calificar de fachillas, en la mayoría de fachas y en algún que otro supuesto directamente de neonazi. Hablo de la radical fascista de Mamen Gurruchaga, la periodista de El Mundo y teórica de la conspiración Esther Esteban, el corresponsal del ABC Ignacio Camacho, el “periodista digital” Alfonso Rojo (que sólo tiene de rojo el apellido), un pijo con cuello de camisa a lo Mortadelo y que escribe para Las Provincias llamado Julián Quirós y por último Charo Zarzalejos, veterana colaboradora de medios como ABC y TVE.

Vaya de entrada que a la vista de los contertulios, uno no acaba de entender el nombre del espacio: DBT.es. Debatir supone discutir, disputar y argumentar sobre distintas ideas. Para ello, primero los contendientes han de tenerlas, segundo han de saber expresarlas y tercero estas han de ser diferentes unas de otras, para que así fluya el DEBATE. En el caso que nos ocupa ideas había pocas, argumentos menos y diferencias ninguna. Todo consistía en un pim pam pum contra el Presidente Zapatero, el Ministro Rubalcaba, la candidata del PSOE en Murcia, el propio PSOE y la abyecta Izquierda así en general. Las únicas disputas se producían cuando alguien empleaba palabras demasiado blandas para criticar el enemigo anarco-comunista. En ese momento, especialmente la Esteban y la Gurruchaga, saltaban al quite y soltaban la primera barbaridad que les pasaba por la cabeza. Mención especial merece esa periodista resentida y amargada llamada Mamen Gurruchaga. Una señora que, de extremista que es, le deben salir úlceras hasta en las gónadas. Una tipa que llegó a ser vetada por la mismísima ¡Isabel San Sebastián! Que ni es de izquierdas ni afín al actual Gobierno precisamente…

El pseudo-debate tenía como coartada la reciente agresión al Consejero murciano de cultura, de la cual ya hablé largo y tendido en la entrada del pasado martes. Por supuesto, nadie dijo que Rubalcaba fuese el autor material de la agresión… ¿o sí? La verdad es que ni quiero acordarme, porque me puse de muy mala leche. Si bien todo no fue malo. Gracias a haber visto el programita (parte de él, que sino me pego un tiro), he comprendido mejor la idiosincrasia de la sociedad en la que vivo. ...y de paso he sacado varias conclusiones!!! A saber: 
- 1. La tele “pública” valenciana se zisca sobre los valencianos (así, con Z, que es como cagarse pero a lo bestia), 
- ...y 2. Mamen Gurruchaga es un travelo. Y no es por joder, pero alguien debería comentarle que el cirujano plástico le tomó el pelo a base de bien. 

¡Ascazo de gente!
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PD. Encima, buscando en googleDBT.es” para encontrar una imagen adecuada que ilustre la entradita, me aparecen los Drive-by Truckers!!!  Maedeuuuu!!! Vamos, que soy yo el manager de los de Athens y denuncio a Canal 9.

miércoles, 19 de enero de 2011

(El) Wilson

Voy a contar una batallita que me ocurrió allá por el Pleistoceno Medio. Una anécdota de juventud que viene protagonizada por un sujeto llamado Wilson, amigo de un amigo de la hermana de un buen amigo, o sea un auténtico desconocido para mí, al que me tocó soportar durante toda una noche. Sucedió en Navidad o en fechas próximas, aunque no estoy seguro, el caso es que hacia un frío del carajo. En el punto de reunión habitual de la cuadrilla se presentó la hermana de nuestro amigo con el tipo en cuestión, al que no habíamos visto nunca. No recuerdo cual era su nombre, tan sólo que venía de León a pasar unos días a mi pueblo. El caso es que fue presentarse y comenzar a soltar bolas a diestro y siniestro. Y es que sus historias sobre el tal Wilson, su compañero de correrías, son dignas del peor guionista de Hollywood, ¡o del mejor Ozores! Una especie de McGyver castellano capaz de juntar tres televisores estropeados en uno sólo ¡y conseguir que la cosa funcione! O de pasarse por la piedra a todas las hermanas de un convento de clausura próximo a su domicilio, salvo a la Madre Superiora “porque era demasiado mayor”. El tipo se creería que nos chupábamos el dedo y nos tragaríamos cualquier cosa que nos contara, por lo que se fue creciendo y, consiguientemente, incrementando el grosor de sus fantasías. En fin… El caso es que, a pesar de conocerlo sólo de esa noche, me acuerdo mucho de él. De él y de su amigo (invisible) Wilson. Pobre diablo… ¿ande andará?

Bueno. Lo mismo me da, que me da lo mismo. Si he introducido a este sujeto es para hablar de otro Wilson, el sociópata y malasombra protagonista de la última gran obra de Daniel Clowes, genial historetista norteamericano. Para los que no estéis demasiado familiarizados con el mundo del cómic, el señor Clowes es también autor de “Ghost World” o “El arte de estrangular (Art School Confidencial)”, cuyas adaptaciones cinematográficas fueron dirigidas por Terry Zwigoff en los años 2001 y 2006 respectivamente. Aunque posiblemente, a no mucho tardar, os sonará este señor Wilson ya que, según he leído en algunos blogs, se está forjando su salto a la gran pantalla de la mano de Alexander Payne. El propio Clones presenta a este Wilson como “un vago con un gran corazón, un solitario marido y padre devoto, un idiota, un sociópata, un fantasma y un engreído, una flor delicada, o no… Wilson en 100% wilsoniano”. Según lo veo yo, esto último es lo más acertado de todo. Hete aquí con un neologismo que con el tiempo podría hacer fortuna, como lo hizo kafkiano o brechtoniano.

Bueno, dejo de flipar. Lo que quería decir es que Wilson es uno de los mejores tebeos que me he leído. Una lucida reflexión sobre muchísimas cosas, pero escrita con mu mala leche, en la que Daniel Clowes esconde tras una serie de gags más o menos cómicos, la historia de un marginado y su triste cotidianidad. La verdad es que este Wilson guarda ciertas similitudes con Ignatius J. Reilly, inolvidable protagonista de “La conjura de los necios” de John Kennedy Toole, pero a diferencia de con éste último, por Wilson es imposible sentir empatía. Por eso, tal vez sea mejor compararle con el triste y turbio señor Allen de “Happiness”, película que dio a conocer en todo el mundo al peculiar director Todd Solondz.
   
Técnicamente la obra es sorprendente. Setenta páginas que recogen 70 escenas de la vida diaria de Wilson, cada una de las cuales está dibujada y coloreada de forma diferente. En ellas se afrontan diferentes temas, más o menos universales, que van desde la muerte de los seres queridos, a la familia (o mejor dicho, la no-familia), el matrimonio, la paternidad, la enfermedad, la esperanza, la felicidad, el fracaso y la decepción. Una serie de episodios que transcurren de forma lineal y que suponen una genial deconstrucción del personaje protagonista. Es esta la brillante manera que tiene el autor de introducirnos en el universo Wilson. Una maravillosa novela gráfica. He dicho.  

martes, 18 de enero de 2011

¡Gentuza!

Estos del PP ni tienen vergüenza ni la conocen. No digo más. Se retratan cada vez  que abren la bocaza. Como ahora, señalando como culpables de la brutal agresión sufrida por el consejero de cultura de Murcia, “al clima de tensión promovido por la izquierda recalcitrante”, osease al PSOE (que pa’ ellos la Izquierda es una y no cincuenta y una). Y como dijo un portavoz del PP murciano "no están dispuestos a que la ultraizquierda más rancia y agresiva llene nuestras calles de cojosmanteca ni a que se atente contra la integridad física de las personas". Y ya está… y se quedan tan anchos. No ha salido hasta el notas de Rajoy, junto a su novia política la kamarada MariKospe, denunciando la “campaña de acoso” que está padeciendo el PP  y “la pasividad” del Ministerio de Interior (osease Alfredo Pérez Rubalcaba, Rub al-Qaaba para ellos). Y eso que a día de hoy, ¡aún desconocemos la identidad y las motivaciones de los agresores! Y lo único que conocemos es que hay un detenido, que es un hooligan futbolero, al parecer seguidor del extinto Ciudad de Murcia. Pero les da igual. Todo vale. Tan sólo espero que no les pase como en el patético affaire Hermann Terstch, cuando los peperos acusaron a la izquierda mediática de instigar la agresión del descerebrado periodista de Telemadrid y al final resultó que no hubo más que una discusión entre borrachos y puteros a las seis de la madrugada. No lo parece, pero ¿y si lo del consejero fuesen las consecuencias de una discusión futbolística entre fanáticos?  

Ya tiene gracia que sean estos los que acusen, con la que está cayendo. Que si alguien venido de Marte les escuchara hablar, pensaría que son una minoría perseguida por el poder que es sometida a pogromos continuos. Y no se creería que estos tipos gobiernan en la mitad de las autonomías de este país y que ostentan las alcaldías de varias de las principales ciudades. O que son los creadores del TDT Party, ese entramado mediático de ultraderecha que copa la actual parrilla televisiva, gracias a las licencias otorgadas por gentes como Esperanza Aguirre a sus amiguitos del alma. Unos medios de comunicación que son los principales actores de esa cosa llamada “discurso del odio” y que envenena la democracia en este país. Allí se hacinan personajes de dudosa catadura moral como Federico Jiménez Losantos (“Cabezudo, monigote, muñeco o ninot de la Falla española, nacido para la burla y destinado al fuego, es Montilla, el condenado por buscar ser indultado, epítome de la doblez, la alta traición, la baja sedición, la torpe arrogancia y la eterna cobardía”), Carlos Dávila (“Aquí se trata de dar un manotazo al crucifijo y ayudar a que todas nuestras mujeres lleven velo. Eso es lo progresista para ese insensato. Hay que desear, sin embargo, que este último tiro le salga por la culata. Nada más que por la culata, ¿eh?”) Pío Moa (“Se entiende que el personaje –Zapatero- se permita con tanta alegría colaborar con ETA, pues en definitiva comparte con ella el 80 o 90% de idelogía”)  o el especialista en guarrillas menores de edad y lolitófilo reconocido Fernando Sánchez Dragó (“Excelentísima Señora Adolfa Aído: doy por hecho que el Holocausto va a producirse y que el Gobierno de ZipiZape legalizará la barra libre en el mostrador de las carnicerías de la Shoah de los nascituros (…) ¡Agrupémonos todos en la Solución Final!). ¡Y eso por citar sólo a unos pocos! Que me he dejado a gentes como el orondo César Vidal, al estomagante Juan Manuel de Prada o al troglodita de Xavier Horcajo, ¡poca broma! Una peña que presume de señorío tan sólo porque toman coñac en copa, fuman enormes puros y se hablan de usted entre ellos. Eso sí, su “señorío” no les impide  referirse a la Consellera de Sanitat de Cataluña como “zorra" y "puerca” o a la Ministra de Sanidad como “morritos de actriz porno”. Gente de bien, provenientes de buenas familias, catedráticos del sentido común, que se miran en el espejo de los EEUU más rancios y casposos, con su diosa Sarah Palin a la cabeza. Paletos sin boina que repiten una y otra vez la consigna de que la izquierda está rompiendo España, ellos precisamente, que son partidarios de la España Una Grande y Libre, esa España de vencedores y vencidos cuyas herencias aún padecemos hoy día.

¡Gentuza!

Al final nos pasará como al protagonista de aquel anuncio radiofónico en el cual una persona llamaba a emergencias comunicando que había presenciado un accidente entre un monovolumen y un camión cisterna. El telefonista contestaba, “repita conmigo, usted ha visto un mono boludo y un caimán sin piernas”. La razón para los locos…

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PD. ¿Alguien se acuerda de cuando al ministro José Bono y a su hijo les agredieron en una manifestación de la AVT? Quedó probado que fueron dos militantes del PP. ¿De quién fue la culpa? Pues del PSOE, ¡coño! Encima auxiliados por la policía, esa panda de cabrones vestidos de azul que agredieron con sus cabezas los puños de los militantes peperos. Por eso se les llevó a juicio y se les condenó. Y aunque al final el Tribunal Supremo los absolviera, da lo mismo. Eso es otra historia. Eso no le importa a nadie. 

lunes, 17 de enero de 2011

Hacia la muerte



Las dos novelas cortas que componen “Hasta la muerte”, tituladas “Cruzada” y “Amor tardío”, tienen al menos dos cosas en común: el ser el viaje final de dos tipos con bastante facilidad para autodestruirse, además de tratar dos historias de fanatismo exacerbado, uno extemporáneo, la primera, y otro más o menos contemporáneo, la segunda. En este sentido, podríamos decir que en ambas se explora el ambiente de odio en el que viven y mueren, o enloquecen, los judíos. Por desgracia y ya saliéndome del tema, no es difícil observar esos mismos síntomas en buena parte de la plana mayor del movimiento sionista.  

La primera de las historias es la de un conde francés en plena cruzada a Tierra Santa, que asesina y arrasa con todo lo que encuentra en su camino.  Mientras que la segunda, supone el testimonio de un anciano conferenciante israelí, de origen ruso, obsesionado con una posible invasión bolchevique. En ambos casos los protagonistas están obsesionados y angustiados por ideas irracionales, por las cuales sufren hasta llegar a desintegrarse como personas. El exacerbado antisemitismo del conde medieval no varía demasiado del sionismo militante y anti-bolchevismo de Shraga Unger, un tipo que sueña con destacamentos de tanques judíos entrando en Bielorrusia y con poblaciones rusas en las que los hebreos se sublevan contra el establishment y pasan a cuchillo a sus vecinos eslavos.

La verdad es que no había leído nada de Amos Oz hasta ahora, pese a ser uno de los novelistas israelíes más conocidos de todos los tiempos. La experiencia ha sido grata, así que más adelante es posible que repita. Su obra (al menos esta) contiene una prosa clara, bella y precisa, no exenta de alardes pero sin excederse en el uso de figuras literarias ni en la introducción de pesados barroquismos. Lo que es difícil, teniendo en cuenta el alto componente introspectivo de las dos historias del libro. Una obra con la que, por cierto, Oz despertó enormes elogios de parte de la crítica literaria internacional.      

Amos Oz, nacido en Jerusalén en 1939, es el escritor israelí más importante de la actualidad y un firme activista por la paz en su país. Su talento literario lo ha hecho merecedor de numerosos premios internacionales, como el Premio Goethe (2005), el reputado Premio Israelí de Literatura (1998) o también el Príncipe de Asturias de las Letras del año 2007, justo el año después que lo ganara Paul Auster.

domingo, 16 de enero de 2011

El nabo de Del Bosque


Durante la semana pasada, diferentes agencias avanzaron la noticia de que Vicente Del Bosque sería galardonado con el “Nabo de Oro” 2010. Es por ello que el Marca, concretamente ese terrorista informativo llamado Roberto Gómez, no pudo desaprovechar la oportunidad de sacarle jugo al tema y en páginas interiores hacía coña con el hecho de que el salmantino tras quedarse sin el “Balón de Oro”, se iba a desquitar ganando el “Nabo de Oro”.

Siguiendo por esa senda los del As, que no se querían quedar atrás, titularon la noticia tal que así: “Vicente del Bosque animará a comer nabos”. Rematándolo con un texto en el cual se afirmaban cosas como que “el seleccionador nacional (...) desconoce si los nabos deberían incluirse en el menú de los futbolistas para ganar el próximo mundial, pero sí se ha comprometido a darles mayor publicidad (…)”. O que los de la Hermandad de Amigos de los Nabos (sic) le pidieron a Del Bosque que “incluya los nabos como alimento de los futbolistas españoles y así ganar el próximo Mundial”.

También los de Onda Cero recogen dan su visión de la noticia, enfatizando la circunstancia de que “el técnico anima a comer nabos”. Hay otros, como la gente de La Voz de Asturias, que optan por un gráfico “Del Bosque besa el nabo”, que tampoco está nada mal. Y si buscáis en google accederéis a otras tantas menciones alusivas a la cuestión del áuleo nabo del seleccionador español. Así que, hala chavales, ¡se abre la veda! Que comience el festival del humor.

 Juer como están las cabezas… …¡¡¡y el periodismo!!!

viernes, 14 de enero de 2011

En ocasiones veo muertos


A comienzos de semana y en el Telediario de La 2, comentaron una curiosa lista elaborada por alguna revista norteamericana, que relaciona los actores que han muerto más veces en pantalla. Es posible que la lista no sea del todo exacta, sobre todo teniendo en cuenta que se ciñe al universo Hollywood contemporáneo. Con todo me pareció la mar de interesante.

Según reza la noticia, el ranking vendría encabezado por el polifacético Robert de Niro, al que diferentes realizadores se han cargado hasta alcanzar la cifra de... ¡15 decesos! Yo recordaba las muertes de “El cabo del miedo” (M. Scorsese - 1991), “Frankenstein de Mary Shelley” (K. Branagh – 1994)”, “Jackie Brown” (Q. Tarantino - 1997) , “La Misión” (R. Joffé - 1986 ) o “15 minutos” (J. Herzfeld – 2001). Pero es que al tío también se lo cepillan en “Mamá sangrienta” (R. Corman – 1970), “Muerte de un jugador” (J. Hancock – 1973), “Malas calles” (M Scorsese – 1973), “Brazil” (T.Gilliam – 1984), “Vida de este chico” (M. Caton-Jones – 1993), “Heat” (M. Mann – 1995), “Fanático” (T. Scott – 1996), “Grandes esperanzas” (A. Cuarón – 1998), “El escondite” (J. Polson – 2005) y “Machete” (R. Rodríguez – 2010).

En segunda posición, aunque a cierta distancia, se encuentra el amigo Bruce Willis con 11 muertes. Que no debe de extrañar a nadie, tratándose de uno de los duros de Hollywood... El tipo del “…y si me tocas te mato”. Perfectamente comprensible que muchos directores, guionistas o productores no hayan dejado pasar la ocasión para ajustar cuentas con este machote oficial. Con ello se cumple esa máxima que reza que donde las dan las toman. Entre la lista de defunciones del calvorota hay que destacar las de “Pensamientos mortales” (A. Rudolph – 1991) y “Los ángeles de Charlie: Al límite” (McG – 2003). Y no por tratarse de dos buenas películas -¡son horribles!-, sino porque la ejecutora en la ficción del tipo que interpretó al mítico John McLane fue su esposa por aquel entonces. Visto como acabó ese matrimonio, seguro que a Demi Moore le hubiese encantado que la cosa hubiera ido más allá de la mera ficción. También voy a mencionar “El sexto sentido” (M. Night Shyamalan – 1999). Aquella historia en la que el menda se pasa toda la película muerto aunque no nos demos cuenta hasta el final (¡toma spoiler!) Bueno, todos excepto Haley Joel Osment, aka el niñato del “en ocasiones veo muertos”, a quien debieron advertir que Bruce llevaba ya seis pelis en el otro barrio.

A continuación vendrían Johnny Depp y Brad Pitt con 10 decesos, empatados en la tercera posición. Y después Dustin Hoffman, Al Pacino o Jack Nicholson con 8, en la cuarta. Como curiosidad resaltar las peculiares muertes de Mr. Pitt. Mientras que en “Cool World, una rubia entre dos mundos” (R. Bakshi – 1992) y en “¿Conoces a Joe Black?” (M. Brest – 1998), el Blaspi (como le dice my mother)  fallece pero resucita -como personaje animado en la primera y como la muerte personificada en la segunda (¡pero no como marasao, marasao! ¡viejaaaaaaaaaaa!)-, en “El club de la lucha” (D. Fincher – 1999) la cosa se pone más chunga ya que el tío se muere, ¡pero al final resulta que ni existía! ...wtf???

Para no aburriros y para que esto no me quede demasiado ladrillo, terminaré mencionando al resto de actores incluidos en esta funesta lista. A saber: Denzel Washington y Christian Bale (†8 veces), George Clooney, Robert Downey Jr, Sean Bean  y Gary Oldman (†5 veces), Mel Gibson, Carl Weathers, Leonardo Di Caprio, Kevin Spacey, Samuel L. Jackson y John Travolta († 3 veces)…

jueves, 13 de enero de 2011

Balón de Oro: Estafa total


Ahora resulta que este año lo que se valoraba eran los goles marcados y la plasticidad de los mismos y la verticalidad en el campo y bla bla bla, bla bla bla... que sí, que sí... Eso este año, hasta ahora lo que primaba eran los títulos conseguidos durante la temporada anterior, como cuando le concedieron el Balón de Oro al amigo Michael Owen en detrimento de Raúl González, o al alemán Mathias Sammer después de estar tres cuartas partes de la temporada lesionado,  ¡¡¡o a “il bello” Cannavaro!!! , como bien recuerda Juanma Iturriaga en una entrada de su blog, en la que utiliza brillantemente el conocido chiste sobre los vascos recolectores de setas. Y es que a la gente de la FIFA, de la revista France Football, de L'Equipe y al resto de la panda de palmeros, les pasa como a Patxi en el mencionado chiste, que nunca saben si están a setas o a Rolex.
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Que Lionel Messi es el mejor jugador de fútbol del planeta, creo que no lo discute nadie salvo que no esté en su sano juicio o le ciegue su anti-barcelonismo. Que por edad, por potencial y por el sitio donde juega, se le supone una brillantísima trayectoria trufada de  éxitos e incluso, porque no decirlo, puede aspirar a ser el mejor pelotero de todos los tiempos (por encima de Pelé, Di Stéfano y Maradona), pues también. Pero sintiéndolo mucho, eso no significa que durante la temporada pasada Leo fuese el mejor del mundo. Y ya se pueden poner como quieran el seleccionador de Bangladesh, el capitán de la selección de Saint Kitts & Nevis y/o el periodista gabacho de turno. Consecuentemente Messi no debió ganar el Balón de Oro 2010, ya que ese galardón le correspondería al mejor jugador del mundo durante ese ejercicio... ¡El mejor del 2010!, ni el más plástico, ni el más guapo, ni el más goleador, ni el que más goles paró…
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Para ello se supone que los votantes habían de valorar diferentes aspectos, primándose, obviamente, el único valor objetivable dentro del mundo del balompié y del deporte en general: La consecución de títulos. Es por ello que, en años de Mundial, la elección resulte más sencilla que los otros. ¿Qué titulo existe que sea más importante que quedar campeón del Mundo? Pues ninguno. Y hasta este año parecía que todo quisque tenía esto bien clarito, hasta el punto de que se respetaba una ley no escrita por la cual el Balón de Oro, en años en los que se disputa el Campeonato Mundial, es para un jugador de la Selección campeona… ¡Pues ya no! Justo este año y por primera vez, se rompe la regla.
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Y es que darle el Balón de Oro este año a Messi, es como si en la ceremonia de los Oscars le dieran el premio a Al Pacino. Alguien podría decir, ¡oiga!, que Al es el mejor actor de los que aún están en activo. Okey Mckey, de acuerdo, pero es que el menda, ¡esté año no ha rodado ni una puta peli! E insisto, Messi es buenísimo, el mejor, eso nadie lo duda, pero el pasado año no hizo méritos suficientes para ganar el premio. O mejor dicho, que hubo quien hizo muchos más méritos que él. Por ejemplo los también barcelonistas Andrés Iniesta y Xavi Hernández, sus compañeros de Selección Iker Casillas y David Villa, o incluso el holandés Wesley Sneijder, que alcanzó la final con Holanda y logró la segunda competición más importante disputada durante el 2010, la Champions League.
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Tal vez alguien de la organización debería explicarles a los señores votantes, que el galardón reconoce a los mejores del año. Eso y de paso instarles a que, antes de votar, vean un poquito más de fútbol, porque hay votaciones que no se sostienen de ninguna manera. Aunque seamos realistas, eso nunca pasará, como nunca nadie hará una fila y saldrá en calma si hay un fuego dentro de su edificio.

miércoles, 12 de enero de 2011

El año del diluvio

Hay quien dice que el Planeta no es un premio guay. Que es demasiado comercial, centrándose en premiar a faranduleros televisivos como Fernando Sánchez Dragó, Maruja Torres, Fernando Schwartz o Boris Izaguirre. Aunque, si repasamos la lista de galardonados en estos casi cincuenta años de vida del premio, nos salen nombres ilustres como los de Ana María Matute, Juan Marsé, Vázquez Montalbán, Mercedes Salisachs, Antonio Skármeta o dos premios Nobel como Cela y Vargas Llosa. Tratándose del segundo premio literario mejor dotado del mundo, tan sólo superado por el Nobel de Literatura, si que parece un premio guay. Y es que llevarse seiscientos mil pavos bajo el ala, en el caso de ser el ganador (o unos ciento cincuenta mil en el caso de ser finalista) por escribir una única novela, debe de molar. Así pues, no entiendo la polémica suscitada tras la concesión de este premio a Eduardo Mendoza. Más aún cuando la obra del abuelote barcelonés mola. Y según me cuentan, ya que yo le he leído poco, en ocasiones mola mucho. Es cierto que Mendoza es un autor popular, hasta el punto de que algunas de sus obras se estudian en la Secundaria. Vale, correcto, ¿pero qué más dará? También son las obras de Salinger o Anderson de lectura obligatoria para los estudiantes norteamericanos y no por ello nadie los desprestigia. De ahí que no entienda el gran número de críticas que se han vertido contra el premio, a raíz de que el pasado 15 de octubre, día de Santa Teresa para más señas, se hiciese público que “Riña de gatos – Madrid 1936” de Eduardo Mendoza sería la novela ganadora en 2010.

Ok, vale, yo también me sé lo de la leyenda negra del Planeta. …que si los premios se pactan. …que si las obras premiadas son realmente libros de encargo a escritores consagrados que los escriben a cambio de money. …que si la editorial invierte tanto en ese premio es porque sabe que dándoselo a un escritor conocido le va a resultar más que rentable. …habiendo incluso quien afirma que Miguel Delibes no tiene un Planeta porque se negó a participar de lo que él consideraba una estafa mercantil. En fin, como diría Ronaldo (Nazario da Lima) nusé… Es posible (hasta probable) que los rumores sean ciertos, pero ello no quita que Eduardo Mendoza sea un buen escritor y “Riña de gatos – Madrid 1936” un muy buen libro, como me dice un amigo que se lo ha leído y de cuyas opiniones me fío.

Pero yo no quería hablar ni del premio Planeta, ni de “Riña de gatos – Madrid 1936” y ni siquiera sobre su autor, al que descubrí de forma tardía por una serie de cuestiones que ya expliqué aquí. Esta entrada iba a ser sobre “El año del diluvio”, uno de los libros más conocidos de Mendoza y probablemente de los más comentados y explicados en las aulas de literatura de los institutos españoles (¡hay hasta apuntes colgados en “El Rincón del Vago”!). Y es que me lo acabo de leer y me aparecido muy interesante. 

Al parecer la novela se inspira en un par de hechos históricos: las inundaciones que asolaron Cataluña a finales de la década de los cincuenta y el aniversario de la muerte del último maquis. Lo que en principio iba a ser una pieza teatral, al final se convirtió en una novela. Ese es el motivo de que “El año del diluvio” conserve rasgos propios del mundo del teatro como el asunto del escenario único, la preponderancia del diálogo entre personajes y algún que otro golpe de efecto de marcado carácter dramático. La historia transcurre en el campo catalán, durante un sofocante y lluvioso verano de la década de los 50. La súbita furia de los elementos, en forma de lluvias torrenciales e inundaciones devastadoras, transcurrirá en paralelo a la violenta irrupción del amor entre un rico terrateniente de costumbres relajadas y una joven monja angustiada por las cuestiones de la culpa y el pecado. Las circunstancias harán que la pareja se separe para siempre jamás tras consumar físicamente su amor. Para rebajar el tono dramático el autor se valdrá de una serie de elementos propios de las novelitas de aventuras, del folletín y de la picaresca española, amén de la ironía siempre presente en sus libros. Además, le reservará un papel estelar al mundo de los maquis y al espíritu del bandolerismo romántico y bienintencionado.

En fin, que “El año del diluvio” me ha parecido un librico seductor, divertido y a la vez facilito de leer, o sea, como a mi me gusta. Aunque no por ello carente de toda profundidad. Vamos, que me ha gustado.       

martes, 11 de enero de 2011

I això que vol dir?

Declaraciones de Manolo Lama en el Público: "No sabemos de ideologías, somos gente de deportes".


Pues vaya...
Digo yo que lo que el veterano periodista pretendería expresar, es que la marcha de todo el equipo del Carrusel de la SER para recalar en la COPE, no obedece a cuestiones de tipo ideológico. O sea, que el pasar de trabajar en una emisora con un ideario próximo al centro-izquierda, a otra de marcado carácter tradicionalista, fundamentalista católico, ultraderechista en lo social y neoliberal en lo económico, no es algo que haya pesado en su decisión. Vamos, que ni les importa, ni les afecta, ni ná de ná. Pues muy bien. 

Y hasta pué que sea verdad. Pero eso no quita que las declaraciones de Lama sean las propias de un autentico gañán. Una gañanada de tres pares de cojones que no deja en muy buen lugar ni a Lama, ni a sus compañeros de profesión. Sobretodo a la vista de la definición que de ideología ofrece el diccionario de la RAE:  
Ideología: “Conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político, etc...”  

lunes, 10 de enero de 2011

Garbo


Rebuscando entre el archivo de posts correspondientes al pasado mes de agosto, me sorprendo al no ver ninguno referente al documental “Garbo, el espía (El hombre que salvó al mundo)”, que pude ver en el marco del ciclo programado por el IVAC para la Filmoteca d’Estiu 2010. Digo esto porque la película dio mucho juego en posteriores tertulias cerveceras en las que, por abrumadora mayoría, los participantes concluimos que la obra de Edmon Roch es un cagarro inverosímil y mal (¡muy mal!) contado. De ahí que ni yo, ni mis acompañantes durante la proyección, acabásemos de comprender el porqué del enorme aplauso con el que el público asistente despidió la velada. Más que nada por que la cosa dista mucho de ser “una manera diferente de enfocar la Historia haciéndola oficialmente entretenida”, se ponga como se ponga el conocido crítico del Fotogramas que soltó esta parida.

En fin, cuento todo esto ahora porque gracias a mi amigo Javier, he tenido acceso a un artículo del 8 de enero, en el cual el periodista catalán Arcadi Espada opina sobre el documental y sobre la figura del propio Garbo. El texto está mucho mejor escrito de lo que lo hubiese hecho yo y además, contiene interesantísimos links que le sirven a Espada para fundamentar sus opiniones. Por una vez (y sin que sirva de precedente) no podría estar más de acuerdo con ellas:  

“Hace algunos días leí cómo el psiquiatra Jambrina se escandalizaba en su blog de un documental que también a mí me había llamado la atención. Escribía: «Anoche vimos Garbo, el espía. Una gran decepción. El documental es bueno, técnicamente hablando. Ahora bien, la historia del espía barcelonés adquiere tintes desmesurados. Cuando no, grotescos. Garbo, el espía que salvó al mundo, narra la historia de un Juan Pujol García que no se sabe muy bien porqué parece que mandaba informes a los nazis en los días previos al desembarco de Normandía y que hizo creer al Ejército alemán que la invasión sería por Calais y no por Normandía, despistándoles de forma definitiva. Bueno, pues muy bien. Para tratarse de un documental bien documentado no entendimos nada.»
Como es natural, mi interés creció. Pero en el videoclub me daban largas. «Estamos esperándolo». Hasta que ayer, dando una vuelta por Filmin, lo encontré y lo vi, aunque con cíclicos problemas de carga. El documental ha ganado un Goya y ha tenido éxito. Al cabo de verlo mi pregunta era: ¿Cómo una historia veraz puede presentarse ante el público, y convencerlo, con una fragilidad fáctica semejante? Sólo hay una respuesta: el público ya observa todo como ficción. Sabes que durante algún tiempo me interesé por la plusvalía que los hechos aportan a las ficciones. Sobre el regio sintagma: «Basado en hechos reales». Ha dejado de importar. Las aduanas que tiene que superar una historia veraz o imaginaria ya son idénticas. Sólo se trata de que por su asunto o por una eficaz técnica narrativa la historia interese a un público suficiente. La suspensión de la incredulidad ha pasado a mejor vida. Todo es falso y todo el mundo lo sabe y el par veracidad/imaginación ha dejado de contar en la experiencia. Esa es la explicación del desdén con que el director del documental se enfrenta a la antigua obligación de acumular pruebas de veracidad sobre lo narrado. Nadie va a pedírselas...”

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