lunes, 7 de febrero de 2011

Sobre querer tener al menos tres paredes levantadas antes de que ella llegue a casa

"Él está construyendo una casita en el jardín trasero para cuando el bebé sea lo bastante mayor para usarla de fuerte o club o escondite y quiere tener tres paredes levantadas antes que su esposa llegue a casa. Su mujer está en casa de su madre porque esta ha resbalado en el hielo –durante una fiesta de temática navideña- y necesita ayuda con los preparativos de la fiesta de vacaciones, planeada antes del accidente. Nieva ligeramente y el aire está tan frío que se ve. Está trabajando en la casita con un taladro nuevo que se ha comprado ese mismo día. Es un taladro portátil y le maravilla su eficiencia. Quiere demostrarle algo a su mujer, porque no construye cosas así a menudo y cuando sale en moto o juega al rugby es cosa de hombres. Su mujer quedó impresionada al verle montar el telescopio, un regalo de cumpleaños, en dos horas cuando el manual indicaba que tardaría cuatro. De modo que, cuando ella se ha marchado a pasar el día fuera y visto que el aire está gris y denso y la nieve cae como ceniza, trabaja rápido intentando asentar los cimientos. Una vez a concluido los cimientos, decide que para impresionarla –y quiere impresionarla de algún modo todos los días y quiere querer impresionarla siempre- necesitará levantar al menos tres paredes antes de que regrese a casa."

Maravilloso cuento de Dave Eggers. 

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