viernes, 20 de enero de 2012

Crónicas de Jerusalén


Jerusalén pasa por ser la ciudad más bizarra que he pisado en mi vida. Bueno, bizarra no sería la palabra que mejor definiría a la capital de Israel. Ese adjetivo se lo reservo a otros sitios en los que también he estado como Las Vegas, con sus millones de luces de colores iluminando el cielo de Nevada, Vilna con esa mezcla de edificios soviéticos, iglesias neoclásicas, casas tradicionales y barrios hippies, o Benifaió (Lupin sabe porqué... Mourinho no). Porque Jerusalén es más bien marciana. Pero marciana hasta decir basta. El único lugar en el mundo donde te puedes topar con un tipo paseando alegremente a sus hijos, vestido de sport y con una ametralladora de última generación colgada a la espalda. Yo anduve por allí hace menos de un año y a pesar del poco tiempo que permanecí, quedé tremendamente impresionado. Algo parecido, pero con mayor conocimiento de causa, debió de pasarle al historetista canadiense Guy Delisle. Al menos eso se desprende de la lectura de sus “Crónicas de Jerusalén”, en las que narra sus vivencias tras un año en la Ciudad Santa. Delisle nos muestra las numerosas peculiaridades, extravagancias y situaciones absurdas propias de Jerusalén, que el autor va descubriendo en sus vagabundeos: las restricciones a la libertad de desplazamiento, los cacheos e interrogatorios sistemáticos, los enfrentamientos entre las diferentes comunidades cristianas que gestionan el Santo Sepulcro… Aportando así su personal visión de uno de los conflictos más enquistados del planeta. Todo ello, como no podía ser de otra forma, siguiendo su particular estilo sobrio y haciendo uso de un agudo sentido del humor.
Ahondando en el asunto de la marcianidad como característica definitoria de Jerusalén, el autor realizó unas declaraciones a diversos medios de comunicación para promocionar su nueva obra afirmando lo siguiente: “Hay cosas que sólo he entendido al estar en Jerusalén. Y cuando descubro algo nuevo tengo la debilidad de creer que es interesante compartirlo. Por ejemplo, me parecía pertinente explicar cómo funcionan las colonias, de qué forma está dividida en dos la ciudad, este tipo de cosas…”.

Con todo y con eso, un servidor, devoto confeso de la obra de Monsieur Delisle, ha quedado un tanto decepcionado con estas crónicas. Y eso que su aparición en las estanterías de mi librería de cabecera supuso de un acontecimiento de primer nivel. No quiero decir con ello que el libro sea una mierda, no está tan mal, pero viene a ser más de lo mismo si ya te has leído “Pyongyang”, “Shenzen” o muy especialmente las “Crónicas birmanas”. Y es que el historetista canadiense ha continuado la senda emprendida con esta última, la de mostrar su lado más íntimo y hogareño. Hay que tener en cuenta que tanto en “Crónicas birmanas” como en estas “Crónicas de Jerusalén”, Delisle marcha al extranjero en calidad de cónyuge de una cooperante de Médicos sin Fronteras, para hacerse cargo del cuidado de los hijos en común. En fin un libro recomendable tan sólo para fans. Si queréis introduciros en el universo Delisle mejor cogeros "Pyongyang"

Por cierto que las fotografías son mías. En la de más arriba podréis observar a tres judíos, cada uno con el atuendo que mejor representa su devoción, pegando cabezazos contra el archiconocido "Muro de las lamentaciones". Aunque la de abajo mola más. Se trata de un obrero descansando en la Ciudad Vieja, después de una agotadora jornada de trabajo. Y es que, como veréis, no solo en Espain pasan ese tipo de cosas...     

2 comentarios:

  1. Hola,
    No he leído nada de este tipo. Pero hace unos años tuve el placer de asistir a unas conferencias sobre conflictos en el mundo (exterior) en las que estaba el señor Vicente Romero (TVE) y la periodista de la nuestra y dinamitable canal 9, Lola Bañón. Del primero recomiendo el libro "Palabras que se llevó el viento" y, de la segunda, "Palestinos". Para mi humilde parecer, historias íntimas, humanas e inteligentes. Nada baladí en los tiempos que corren.
    Chin chin a tu salud y a la de tu blog.
    B.

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  2. Cenquiu verimach por la recomendación. Intentaré localizar esos libros. De todas maneras este cómic, como todos los de Delisle, presenta el perfil más "amable" de los dramas que cuenta. No es como Joe Sacco, por poner un ejemplo, que es más crítico e incluso más político. Delisle no deja de ser un cronista de viajes que cuenta las anécdotas propias de un trotamundos.

    Un beso pa' vos B.

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