miércoles, 29 de febrero de 2012

Vergüenza


De la extensa cosecha cinematográfica que nos deparó el pasado año 2011, me han gustado sobremanera “Drive” de Nicolas Winding Refn, “El árbol de la vida” de Terrence Malick y “Shame” de Steve McQueen. Curiosamente, en un año en el cual la industria no ha estado especialmente brillante (¡otro año más!), pariendo una hornada de mediocridades variadas, films homenaje exentos de originalidad, remakes, secuelas y precuelas innecesarias, ninguna de las tres ha obtenido el merecido reconocimiento en la gala de los Oscars celebrada la pasada semana. La cosa tiene delito, especialmente en el caso de Michael Fassbender, cuya rotunda interpretación de un ejecutivo adicto al sexo en “Shame” no sólo se merecía un Oscar, sino dos.

Michael Fassbender es Brandon, un treintañero que vive en un lujoso apartamento de Nueva York y que para evadirse de la monotonía del trabajo se dedica masturbarse, ver porno, buscar rollos de una noche o directamente pagar por sexo, sin permitir que los sentimientos afloren. De hecho es incapaz de mantener relaciones normales de amor e incluso de amistad. Su vida se reduce al sexo. Con todo, dentro de la turbiedad, su día a día sigue un ritmo metódico y ordenado. Algo que se verá alterado por la imprevista llegada de su hermana Sissy (Carey Mulligan, la rubita de “Drive”), una chica rebelde, problemática y traumatizada por algo que intuimos pero no se nos cuenta. Al final su presencia explosiva llevará a Brandon a perder el control sobre su propio mundo.

La verdad es que he visto pocas películas en las que se indague en el peliagudo asunto de la adicción sexual de una manera tan profunda como en “Shame”. Porque la peli va de sexo, sexo y más sexo, pero en el fondo no trata de otra cosa que la soledad, la incomunicación, el rechazo y también los traumas sexuales que pueden llevarnos a la autodestrucción. Psicológicamente claustrofóbica, Steve McQueen (nada que ver con el mítico protagonista de “Bullitt”) desnuda a sus actores literal y figuradamente, dejándolos sin nada que esconder. Aunque sobretodo, como ya he apuntado al comienzo, lo más impresionante es que incluye uno de los más acertados retratos de personajes de los últimos años, interpretado por un actor superlativo que con su mirada, sus gestos y su cuerpo (desnudo o vestido) nos cuenta muchas más cosas que si la película estuviera llena de diálogos. No es casualidad que ese maravilloso actor germano-irlandés con apellido de realizador de culto fuese galardonado con la Copa Volpi, al mejor actor, en el pasado Festival de Venecia.

"Shame" es una película perturbadora y certera que transmite amargura y que te altera profundamente el ánimo. Una de esas obras que dejan poso. Magnífica. Cine con mayúsculas. No os la deberías perder.

lunes, 27 de febrero de 2012

To pa' Nóos


Este fin de semana comenzó la esperada comparecencia del “indignado” Iñaki Urdangarín, Duque de Palma, ante los juzgados de Palma de Mallorca. El yernísimo ha tenido que responder durante dos días a las preguntas del juez, en calidad de imputado por presuntas irregularidades en el Instituto Nóos que presidía [que también tiene gracia que a un tipo que no pega un sello durante la semana le toque pringar todo el fin de semana]. El caso es que el interrogatorio nos ha deparado pocas sorpresas. Si acaso el que Urdangarín haya relacionado en la corruptela a gente de la terreta como al Doctor Paco Camps o a Doña Rita Barberá, aunque bueno, ¿a alguien le extraña que aparezcan estos dos pájaros? Por lo demás se ha quitado el muerto de encima echándole la mierda a otro, en este caso a su socio Diego Torres, de quien asegura era el encargado de los contratos. Además, ha definido como testimonial el papel que tenía la Infanta Cristina en el Instituto Nóos. Vamos que ni él sabía y mucho menos la Infanta, elevada a la categoría de tonta oficial del Reino que "dirige" su padre.

En fin, que no sé si al final nos harán comulgar con ruedas de molino y tendremos que tragarnos que estos dos pavos no son más que un par de pardillos a quienes han utilizado, ¡pero que más da! Porque lo realmente grave es que la pasta sustraída nadie la va a reponer, ni el tal Torres, ni Urdangarín, ni la Infanta, ni la Casa Real. Y corriendo los tiempos que corren, nos hubiera venido la mar de bien para destinarla a otros menesteres más claros. Pero esa es la tónica en este país multicolor, que la pasta nunca aparece y eso que es cosa conocida por todos que el dinero, como la materia, ni se crea ni se destruye, tan sólo se transforma.

Feliz lunes.  

domingo, 26 de febrero de 2012

"Somos Manos de Topo y no tenemos talento"


Al menos eso declaraba la banda barcelonesa en una entrevista concedida a un periodista del extinto diario Público. De ahí lo de llamarse Manos de Topo, aludiendo a la escasa destreza con la que eran capaces de desempeñarse a la hora de tocar cualquier instrumento musical. En otra entrevista más reciente, creo que publicada por el Mondosonoro, Miguel Ángel Blanca, el cantante con la tonga mejor puesta del panorama musical patrio, contaba una graciosa anécdota familiar en la cual su abuela tras escuchar una de sus canciones en el radioca del coche, le decía algo así como “hijo mío, ¿era necesario cantar de esa manera?”. Y es que uno de los signos distintivos de Manos de Topo es el que todas sus canciones están interpretadas con voz llorosa. Una voz que, os he de reconocer, me costó aceptar, erigiéndose en un lastre del cual me costó desprenderme y que aún hoy día tan solo he soltado de forma parcial. Y eso a pesar de que el otro signo distintivo de Manos de Topo son unas maravillosas letras, surrealistas, paródicas, irónicas hasta decir basta y sobretodo divertidísimas, que me encantan. Pareciera como si estos chicos hubiesen emprendido una cruzada para convencer a la humanidad de que el amor no es más que una puta farsa. Y la verdad es que parte de razón no les falta.

Obviamente todo es pura coña. Una divertida broma que se les fue de las manos para suerte de todos. Porque la cosa empezó por pura diversión, en pequeñas fiestas de amiguetes en las que Miguel Ángel y Alejandro (xilófono y teclados) hacían una pantomima consistente en que el primero, con su característica voz, le explicaba sus males de amor al colega, para descojone generalizado. Así nacieron sus primeras composiciones como “El cartero”, “Otra llamada” o la maravillosa “Chica tripolar” (“…no te comas los espaguetis crudos… te sentará mal… no estés ni un segundo a mi lado… te sentará mal…”).

Pues bien, el pasado viernes y en el marco del VI Festival Vinilo Valencia, actuaron Manos de Topo junto a los valencianos Senior i el Cor Brutal. Y fue esta la primera vez que pude ver en acción a este trovador con síndrome de Joselito adolescente. Me gustó, lo reconozco y eso que Manos de Topo me siguen descolocando más de lo necesario. Quiero decir con ello que, al igual que pasa con sus discos, consigo captar esas imágenes brillantes y ampulosas marca de la casa, historias fantásticas en las que en ocasiones y a pesar de la evidente coña, hasta me puedo ver representado (“En las fotos nunca metes barriga… no es verdad… mentirosa… estarás siempre a mi lado…no es verdad… mentirosa…”). Pero lo excesivo de la voz del señor Blanca, el abuso en los sonidos quasi-campaniles y la sensación de que Manos de Topo padece esa necesidad patológica por epatar tan presente en demasiadas bandas, me impiden conectar del todo con su propuesta.

Con todo y a riesgo de parecer contradictorio, lo pase realmente bien. También por la compañía, obviamente, y por el telonero, el divertido Senior junto a su Cor Brutal (a quien, por cierto, he visto dos veces en la misma semana. Senior tambien fue el telonero de Megafaun).

De Senior y su original propuesta musical ya os hablaré en otro momento. Tan sólo os adelantaré que con ellos me pasa lo que con pocas bandas: ¡me gustan mucho más en disco que en vivo! Y eso que el tipo se lo deja todo sobre el escenario y siempre consigue que sus shows sean divertidos, pero al final acaba pecando de "brasas". Vamos, que habla demasiado entre canción y canción, ¡e incluso en el transcurso de las canciones! Hasta el punto de que, a veces, tienes la sensación de estar presenciando un spoken word más que un concierto.

En fin, que la cosa acabó, nos escapamos con el anticiclón y volvimos con la boca roja (No he dicho que de Manos de Topo también me encantan los títulos de sus canciones y de sus álbumes). Os dejo con una de las mejores composiciones (y videos) en la aún corta trayectoria de estos dignos herederos de El Niño Gusano: “Tus siete diferencias”    


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PD. Eso sí, Manos de Don molaban muchísimo más.

viernes, 24 de febrero de 2012

Tan sólo diré una palabra: Megafaun


Cuentan que la cosa comenzó en agosto de 1997. Fue en el marco de un festival de rock celebrado en la ciudad de Chicago en el cual actuaban como cabezas de cartel, Neil Young, Ben Folds Five y Leftover Salmon. Allí, en el rebautizado New World Music Theatre de la ciudad de Al Capone, se dieron cita los cuatro miembros de lo que a la postre resultaría ser DeYarmon Edison, uno de los padres de todo este movimiento de música folk de raíz americana y con el que unos cuantos barbudos, como el que suscribe estas líneas, tanto disfrutan.  

Así pues sería en aquella edición del Horizons of Rock Developing Everywhere cuando se juntaran Justin Vernon, Joe Westerlund y los hermanos Brad y Phil Cook. Cuatro tíos con ganas de montar algo serio y que, al parecer, ya se conocían de alguna estancia previa en una escuela de jazz. La cosa cuajó y prontamente empezaron a dibujar sencillas composiciones que les daría para grabar tres interesantes discos, con una mención muy especial para el imprescindible “Silent signs”, el segundo de ellos.

El caso es que la reperscusión de la banda no fue la esperada, o mejor dicho, la merecida a la vista de la calidad del producto. Es por ello que Justin Vernon decidiese dejar DeYarmon Edison y emprender su propio proyecto… y sí chicos, estoy hablando del celebradísimo Bon Iver. ¿Y que paso con los otros tres miembros? Pues decidieron continuar haciendo música juntos, ahora bajo el nombre de Megafaun. ¡De ahí al éxito! …menor que el de Bon Iver, cierto, pero éxito al fin y al cabo. Y es que la vida tiene esas cosas, montas un grupo y nadie te hace ni puto caso, pero justo cuando se disuelve el grupo y uno de los excomponentes es mundialmente reconocido, el resto de compañeros comienza a recibir atención.

Cuento esto porque el pasado miércoles por la noche Megafaun pasaron por mi ciudad para presentar su tercer y maravilloso álbum, titulado como ellos, "Megafaun". Y la banda de Wisconsin justificó el porqué de las sonoras alabanzas a su propuesta musical. Una buena dosis de folk-rock destartalado en el cual se combinan los instrumentos acústicos con los eléctricos, en una espiral de armonías, collages sonoros y paisajes abstractos que entroncan con la mejor esencia de los Byrds, The Band, la etapa buena introspectiva de los Beach Boys y, por buscar un referente actual, con los Fleet Foxes, si bien he de sincerarme y decir que me gustan bastante más Megafaun que estos últimos (oh sacrilegio!… penitenciacite!!!).  



Con el término “megafauna” los paleontologos designan a los grandes animales terrestres extintos que vivieron a partir del final del Cretácico, justo en el periodo posterior a la extinción de los dinosaurios. Pues bien, justo después de la desaparición de DeYarmon Edison vinieron Megafaun y estos tres animales post-cretácico, acompañados de un doble mío de nombre Nick Sanborn (Made of Oak), pisaron terreta valenciana para dejarnos sus huellas. Unas huellas que se me antojan imborrables con el paso de los tiempos. Y ello a pesar de tener la sensación, una vez leídos los comentarios de Txarls en Music is my Girlfriend, de que su paso por Valencia fue más “discreto” que el día anterior en Barcelona. Aún así la cosa resultó de un nivel tan alto, quedé tan complacido, que sólo puedo calificarla de sobresaliente. Y es que los Megafaun nos dieron algún motivo más para creer, para mirar con esperanza al frente y confiar en las pequeñas cosas maravillosas que nos ofrece esta vida… como la música… Al final de eso se trata ¿no?  

martes, 21 de febrero de 2012

Bienvenidos al cambio

Una somanta de palos es lo que se han llevado los chavales del IES Lluís Vives, cuyo único delito ha sido el protestar por los recortes de la Generalitat en la enseñanza pública. A ver que se inventan ahora los responsables, con el Ministro del Interior y la infame Delegada del Gobierno a la cabeza, para justificar la, a todas luces, desmesurada actuación policial. Por lo pronto, el jefe superior de la Policía ha exculpado la represión policial de los manifestantes, ante la agresividad que estos manifestaron. Sin embargo las únicas muestras de esa agresividad, grabadas por las cámaras de los periodistas o los móviles de los allí presentes, vinieron protagonizadas por esos matones con porra que atienden al nombre de antidisturbios. No contento con eso, Antonio Moreno, que así se llama el menda, se refiere a los manifestantes como “el enemigo" y ya sabéis que al enemigo ni agua. ¡Manda cojones! En fin, que podrán decir lo que quieran, pero todos hemos visto lo que ha pasado. La violencia es el último recurso de los incompetentes o, como dijo Ghandi, el reflejo del miedo a los ideales de los demás. Si ante la que está cayendo, las únicas soluciones que se les ocurren a algunos es moler a palos a unos críos que reclaman lo que reclamaríamos todos, incluso ellos mismos para sus hijos, sí que está mal la cosa. Hostias para todos.
Proud to be a valencian... again.  

miércoles, 15 de febrero de 2012

Todo el mundo es bueno (cuando muere)


Ha muerto Whitney Houston, "la reina afro-americana del pop y del rock, el prototipo de soul diva, el blues del éxito, la voz de América, la hija del reverendo de portentosa voz…" Asisto atónito a como todos los telediarios se convierten en panegíricos dedicados a ensalzar la obra y milagros de la diosa de ébano. Los presentadores se estrujan las meninges para ver quien suelta las mayores alabanzas y le dedica mayor número de parabienes. Mientras tanto el “I will always love you” no para de sonar… Eso sí, nadie se acuerda de mencionar que la cancioncita que encumbró a la fallecida ni siquiera era suya, sino de Dolly Parton, la gran dama del country. Pero eso les da igual. Tampoco se hace hincapié en los numerosísimos traspiés de la diva, si acaso se menciona y casi de pasada el tema de sus adicciones. Se nos habla de “el enorme legado” que nos ha dejado Whitney Houston y nos muestran como a los nuevos dioses de la cosa musical se les llena la boca de elogios y agradecimientos… Y entonces vuelve a sonar la dichosa banda sonora de “El guardaespaldas”… Dios salve a la reina (muerta)… ahora te recordamos con cariño y admiración… lo cierto es que viva ya te habíamos olvidado.

Hemos de aceptar que la muerte no solo nos hace a todos iguales sino que, al parecer, nos purifica y nos redime. Y está bien, puede que sea lo correcto, por aquello de saber perdonar, ser generosos y evitar la venganza que no es para nada civilizado, ¡que no hay que hacer leña del árbol caído coño! Pero digo yo, todo tiene un límite ¿no?

Recuerdo un artículo (¿o era una entrevista?) del profesor de la UAB Félix Balanzó en el que reflexionaba sobre la muerte. Comentaba que, pese a que a él ese tema no le interesaba demasiado, la profusión de noticias sobre ilustres fallecidos y su particular tratamiento informativo, le había llevado a plantearse una serie de cosas. Porque está muy bien aquello de “agua pasada no mueve molino”, pero por favor, dejemos a los muertos en paz si tan desmemoriados estamos. Decía el profesor que cuando muere un burro (o un perro, o un gato…) y a la pobre bestia se le pasan por alto los vicios cometidos, nadie se escandaliza. Al final es hasta posible arrancar un buen recuerdo y perdonar las coces, los mordiscos y el resto de padecimientos que nos hiciera pasar. Sucede que un burro es un burro y que no sólo se mueren los burros (o los perros), sino que nos morimos todos. Y que si con el burro, el cerdo, el perro o el gato hacemos la vista gorda, conviene que nos distingamos de ellos y seamos ecuánimes, prudentes y pudorosos en el recuerdo del fallecido de nuestra especie. En definitiva, que si hemos de recordar, recordemos también lo malo, o si no mejor dejarlo estar.

Pensareis, “¡hostias este tío! ¡Cómo se ralla por un tema menor como el de la Whitney! ¡¡¡si tampoco es para tanto!!!” Tenéis toda la razón del mundo, la cosa no es para tanto. Y aunque reconozco que me resulta estomagante el que en cada telediario dediquen la mitad del espacio a loar a la diva, lo cierto es que los muchos lunares en su vida que con tanta facilidad se obvian, tan sólo le hicieron daño a ella (bueno, a ella, a su hija y al resto de su gente). Lo que me jode, ¡lo que realmente me jode!, es que esa misma técnica panegírica se le aplique a todo hijo de vecino, independientemente del currículum que atesore, como si estuviese prohibido por Decreto-Ley hablar mal de los muertos. O sea, que hace cuatro días nos tuvimos que tragar otro episodio de adulación exacerbada, ¡casi felatorio!, con Don Manuel Fraga Iribarne, ex – Presidente de la Xunta de Galicia, del PP, ex – senador y diputado de Cortes, ex – Vicepresidente del Gobierno y no se cuantas cosas más. Bueno, una de esas cosas es que don Manuel también fue ministro de Gobernación durante el franquismo. Aunque parece que eso a algunos, demasiados, les cuesta recordarlo. Eso sí, lo de “Padre de la Constitución”, “el Winston Churchill español”, “gallego internacional”, “político versátil de mente privilegiada”, “pieza clave de la Transición”, etc. etc. etc. lo pudimos oír tropecientasmil veces. Como veis todo luces y ninguna sombra a la hora de hablar del dinosaurio gallego. Y eso que las sombras fueron, cuando menos tantas como las luces. Comenzando porque ni siquiera fue capaz de renegar de su pasado franquista y de que, durante esa etapa, fuese el responsable político de los lamentables sucesos de Vitoria y de Montejurra.

En fin, que nadie pone en duda la contribución de Fraga durante el proceso de consolidación de la democracia española. Sin embargo, me parece un ejercicio de amnesia selectiva poco recomendable y hasta peligroso, el intentar maquillar su pasado. Pero bueno, se ve que de los muertos tan solo se puede hablar bien aunque hayan hecho las cosas mal. El escritor y dramaturgo Enrique Jardiel Poncela lo tuvo claro cuando mandó colocar en su epitafio aquello de “si queréis que hablen bien de vosotros, moríos”. Descansen en paz pues… y tanta gloria lleven como paz dejan.

Ya para acabar diré que tanto la canción de “El Guardaespaldas”, como la música de Whitney Houston en general, me parece horrorosa. Una mierda pinchada en un palo. Y es que si no lo digo reviento. Que Patrick Bateman me perdone…

martes, 14 de febrero de 2012

I have a dream...


….que cuando a alguno de esos canallas del BCE, del FMI o de la banca alemana se le ocurra pisar territorio griego, los detenga la policía y se le instruya un  juicio sumarísimo por delitos de lesa humanidad, al haber condenado a la miseria a millones de ciudadanos griegos, mientras sus señorías se enriquecían especulando con las inhumanas tasas de interés impuestas a la deuda griega.

… que cuando alguno de los patrióticos ricos helenos beneficiarios del vaciamiento del estado vuelvan a pisar territorio griego, los detenga la policía y se les haga un juicio sumarísimo por delitos de lesa humanidad, por condenar a la miseria a millones de ciudadanos griegos, mientras ellos mantienen sus capitales colocados a buen recaudo en bancos suizos y en otros paraísos fiscales.

Pero los sueños, sueños son. Mientras tanto esto sólo se resuelve a pedradas… o como diría un buen amigo …a foc Pepita!!!*

Aquí os dejo unas impactantes fotos de Grecia en fallas….







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*I don’t believe in God. I just believe in Lupin. Than you Mr. Lupin.

lunes, 13 de febrero de 2012

Malo no, lo siguiente


El otro día me leí del tirón los siete números de Black Summer y os he de decir que es un cagarro de dimensiones considerables. Y es que Black Summer pretende ser un cómic sesudo de superhéroes, en la onda The Watchmen ya me entendéis, pero no se queda ni a mitad de camino. Más que nada porque no se entiende un pijo. Fatalmente escrito por Warren Ellis, el único interés radica en las ilustraciones del andaluz Juan José Ryp, si bien tampoco es que la cosa sea como para tirar cohetes. Es más, se aprecia un gusto del dibujante por el recargamiento visual, el abigarramiento de cosas y colores y ese horror vacui todavía ayuda menos a la hora de que pillemos de que va la historieta. Se supone que nos están contando las consecuencias de que un superhéroe bueno se cargue al Presidente de los Iuesei, no sabemos muy bien porqué. Obviamente este ficha no es el único con superpoderes en ese ridículo mundo ideado por el señor Ellis, también están los Seven Guns, otrora compañeros de aventuras y tropelías de John Horus -así se llama el faker asesino- y ahora ¿enemigos? ¿justicieros de la noche y del día? En fin, que así es como vas pasando las hojas y sigues sin enterarte de nada o te enteras de cosas que en realidad no llevan a ninguna parte, eso sí, desde el inicio eres consciente de que tanto los superhéroes güenos como el supermaloso son los personajes más mal trazados que has visto en tu vida. Y así hasta ese glorioso final… ¡Una pirueta digna del peor guionista de Hollywood! Vamos, que todo se va a tomar por culo y casca hasta el apuntador (¡¡¡Toma spoiler!!!). No os enfadéis, os he hecho un gran favor. Hacedme caso y no lo leáis.

Lo dicho, malo no, lo siguiente.

domingo, 12 de febrero de 2012

Viernes noche con Catpeople


He de reconocer que mi aproximación a la música de Catpeople ha sido algo tardía. Supongo que había escuchado algunas de sus canciones y visto algún que otro vídeo en Youtube, pero poco más. Lo cierto es que hasta la publicación de “Love Battle”, el quinto y último disco de la banda viguesa, no me había parado a escucharles con detenimiento. Gran parte de la culpa fue del Mondosonoro, que promocionó su trabajo regalándolo junto a la edición de abril de la revista. Aunque además de por la gratuidad, influyó en que les prestara atención una más que evidente similitud compositiva entre las portadas de este “Love Battle” y del mítico “Spiderland” de Slint (circunstancia ésta que viene perfectamente explicada por Lapor en un bonito post). Este llamémosle acercamiento por similitud, o evocación, es algo que me sucede con asiduidad y a veces, no siempre, me encuentro con gratísimas sorpresas como por ejemplo con el “Paupers Field” de Dylan Leblanc, que me agencié porque su portada me recordaba a algún disco de los Allman Brothers.

El caso es que por todo ello y porque me apetecía pasar un buen rato con unos amigos, el pasado viernes noche acudí hasta una conocida sala de conciertos de esta ciudad para vivir el directo de Catpeople. Y os he de decir que, a toro pasado, no tengo muy claro si me arrepiento de la tardanza del descubrimiento o sí hubiese dado lo mismo haberme privado de algo tan bueno durante todo este tiempo. Dicho esto sin ningún atisbo de ironía, porque estos tipos buenos son, o sea, buenos músicos que hacen buenas canciones. E incluso tienen sus tablas sobre el escenario, probablemente ganadas a fuerza de pelarse el culo trasladándose en furgoneta de punta a punta del país. El problema es que, según yo lo veo, sus canciones no tienen alma. O sea, son ricas en matices, no están exentas de cierta belleza y, todas ellas juntas se integran en un setlist coherente, trabajado y ordenado en la búsqueda de un clímax que haga vibrar a la gente. Pero, al menos conmigo, no hubo conexión, ¡no me "llegaron"! Y tengo la sensación de que no fui al único al que le pasó. Por otro lado está la cuestión idiomática. Catpeople cantan en inglés y padecen del mismo mal que casi todas aquellas bandas patrias que se expresan en la lengua de Shakespeare. Hablo de esa manera antinatural de forzar las pronunciaciones, más evidente en los tramos menos ruidosos de su repertorio, que tanto afean el resultado final. Bien es cierto que esta circunstancia no se aprecia tanto en el disco como en directo. Tal vez porque está muy bien acabado y se nota que han cuidado los detalles al milímetro.

En fin... que no sé tíos... que como siempre me lo pasé bien -conste que para mí ir a un concierto siempre es una fiesta y encima, en este caso, la compañía era inmejorable-...  pero reduciéndolo todo a la mera experiencia musical, quedé tremendamente despagado... otra vez será.
Por cierto que también había unos teloneros que tocaron un poco antes, cuyo nombre no recuerdo o no quiero recordar.

jueves, 9 de febrero de 2012

Pacheco tiene razón, la justicia es un mojón


Para los más jóvenes del lugar os diré que Pedro Pacheco Herrera fue el alcalde de Jerez entre los años 1979 y 2003. Militante del Partido Andalucista, Pacheco ha sido la persona que más tiempo ha ocupado ese cargo y durante su largo mandato llevó a cabo un arduo proceso de transformación de la ciudad, ejecutando importantes proyectos como el circuito de velocidad o el parque tecnológico agroalimentario. Sin embargo la fama le llegó a don Pedro por otra vía. Fue en 1985, en rueda de prensa, cuando Pacheco gritó a los cuatro vientos aquello de “la justicia es un cachondeo”. Al parecer, el alcalde jerezano no encajó muy bien una resolución de la Audiencia Provincial de Cádiz a través de la cual se anulaba un edicto de demolición de un chalé propiedad Bertín Osborne. Pacheco pretendía así denunciar la existencia de una connivencia entre el juez y los abogados del (pseudo) cantante y presentador, lo cual le acarreó una serie de problemas legales que por poco no acaban con su carrera política. El caso es que la “hazaña” del gaditano le concedió cierta notoriedad entre sus paisanos y hasta hace relativamente poco no era difícil ver pintadas apoyando su causa.

Ya han pasado unos añitos desde aquello y no muchos se acuerdan del affaire, sin embargo la afirmación de Pedro Pacheco respecto a nuestra justicia está hoy más vigente que nunca. Porque ha sido hoy, día 9 de febrero del año 2012, cuando el Tribunal Supremo ha condenado al juez Baltasar Garzón por el caso de las escuchas de la Gürtel, expulsándolo de la Audiencia Nacional e inhabilitándolo para el ejercicio de la carrera judicial por un periodo de once años (en la práctica, hasta que se jubile, ya que el magistrado cuenta en la actualidad con 57 años de edad). En una sentencia durísima, que supura odio y vendetta por los cuatro costados, los jueces del Supremo achacan a Garzón el haber utilizado “prácticas propias de regímenes totalitarios”, causando “una drástica e injustificada reducción del derecho de defensa y demás derechos afectados anejos al mismo” y colocando con ello “a todo el proceso penal español, teóricamente dotado de las garantías constitucionales y legales propias de un Estado de Derecho contemporáneo, al nivel de sistemas políticos y procesales característicos de tiempos ya superados”. Se le condena por lo tanto por un delito de prevaricación.

Y vale sí, ya sé que en un sistema garantista como el nuestro todo no vale o, por seguir la jerga de los carcas que han redactado la sentencia, el fin no justifica los medios. Y que un juez ponga escuchas a un abogado para descubrir cosas sobre su cliente es absolutamente ilegal y atenta contra el derecho de defensa que consagra el artículo 25 de la Constitución. Pero que las escuchas sean ilegales no significa necesariamente que exista un delito de prevaricación, para ello ha de demostrarse la existencia de dolo o imprudencia grave y lo habitual en estos casos es que se certifique la ilegalidad de las escuchas y por lo tanto se anulen, pero absolviendo al juez. Pero a Garzón se la tenían jurada desde hace tiempo. El hombre había pisado demasiados cayos a lo largo de su trayectoria y su historial como juez estrella le había granjeado no pocos enemigos dentro y fuera del estamento judicial. Así que, acusado por los jefes del “te quiero un huevo” (Francisco Correa y Pablo Crespo) y en connivencia con “una casta de burócratas al servicio de la venganza institucional” (Carlos Jiménez Villarejo, ex fiscal anticorrupción, dixit), la carrera del juez Garzón se ha ido por el retrete. Como diría Supercrepus, el plan “suena brillante” Pero no lo es. Tan sólo es demente. Porque tiene cojones que sea precisamente el tipo que destapó todo el merder de la Gürtel, el primero y hasta el momento el único en caer. Y a través de una sentencia fruto de una sucia maniobra orquestada por corruptos y magistrados pendencieros que, en definitiva, supone un balón de oxígeno para la corrupción imperante en España y una coerción expresa a cualquier magistrado que decida acordar un sistema de investigación legítimo como son las escuchas telefónicas” (Jiménez Villarejo again). 

Para más INRI, durante el día de hoy también hemos conocido que la Comisión Disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) va a investigar al magistrado encargado de instruir el “Caso Urdangarín”, por las “filtraciones” producidas durante el proceso. Ya veremos si este no acaba también en el trullo, mientras que el yernísimo se sale de rositas… y con los bolsillos llenos.  

Pues sí amigos, esto es lo que hay. Eso y que Pacheco tenía razón. Siempre la tuvo. 

martes, 7 de febrero de 2012

Berenjenal nº 153. El caso Contador


Contador se ha dopado y por lo tanto merece una sanción, es lo justo. A quien infringe una norma se le ha de sancionar. Ese es el principio básico en el cual se sustenta todo este tinglado. La existencia de ese conjunto de reglas y normas que establecen el marco adecuado para las relaciones entre personas e instituciones, autorizando, prohibiendo y permitiendo acciones específicas que atiende al nombre de justicia. Un sistema que, como todo el mundo debiera saber, tiene un fundamento cultural pero también formal, o sea, que si bien se basa en un consenso amplio entre los individuos de una sociedad sobre lo que es bueno y lo que no lo es, además requiere una codificación en forma disposiciones escritas que han de ser aplicadas por personas especialmente designadas a tal efecto.

Hasta aquí bien. O sea, bien porque como sociedad entendemos que el doping en el deporte esta mal, por ser malo para la salud y para la competición deportiva. Ergo si te dopas, se te ha de sancionar. Y como ello viene recogido en algún código normativo, en el caso que nos ocupa el reglamento antidopaje de la Unión Ciclista Internacional (UCI), y se ha juzgado por órganos investidos de esa potestad como el TAS, máximo órgano judicial en el ámbito del deporte, pues no hay nada a oponer… ¿o sí? A partir de ahora viene lo malo.

Lo malo es que la sanción es exagerada. Es la sanción máxima que se le podía haber impuesto cuando, no hace falta ser especialista en nada, para darse cuenta que las circunstancias concurrentes distan mucho de ser las más graves que se pueden dar en este tipo de infracciones. O sea, que no puede ser lo mismo el dar positivo en un control aislado y por esa ínfima cantidad que el dar positivo tropecientas veces y en cantidades muy superiores, como así ha ocurrido en otros muchos casos en la historia reciente de este deporte. Hay una cosa llamada principio de proporcionalidad y en el caso que nos ocupa no parece que se haya aplicado. No es un asunto baladí, sin él la justicia es menos justa. Y sí, ya lo sé, se le sanciona porque existe la sospecha de que la existencia de esa pequeña cantidad de clembuterol en su organismo enmascara algo más grave. Ya. Pero habrá que demostrarlo, ¿no?

¡Pues no! Porque aquí juega la prueba diabólica, un asunto que me deja pasmado, sobretodo al ver que casi nadie de los medios se eche las manos a la cabeza ante semejante barbaridad. O sea, que corresponde al acusado el demostrar su inocencia y no a quien acusa el demostrar su culpabilidad. De ahí que la sentencia concluya diciendo más o menos que, bueno, no parece que haya habido intoxicación alimenticia aunque tampoco se descarta. Tampoco se puede aseverar que haya habido dopaje pero lo más probable es que la contaminación se deba a la ingesta de algún suplemento alimenticio… Wtf!? ¿Qué clase de aberración jurídica es esa? Vamos, que como yo, señor juez, no sé que carajo ha pasado y lo que tú me dices no me lo aclara, pues te sanciono duramente aunque ni siquiera yo soy capaz de asegurar nada. Pa’ mear y no echar gota.  En fin…

Y eso por no hablar del tema de la lentitud. ¡Más de año y medio para resolver! Sorprendente a la vista de la resolución. Si tan claro estaba, ¿a que Santo tanta demora? Estos señores deberían saber que la justicia lenta ni es justicia ni es nada.

Para colmo, según leo en algunos medios franceses (e italianos), las autoridades, los opinadores y los empresarios de la cosa ciclista se congratulan de la dureza de la sentencia porque es “ejemplificante”. Pues cojonudo. El problema es que el TAS está para juzgar y sancionar ilícitos de su competencia, no para “ejemplificar”. El que Contador sea un mal ejemplo para el ciclismo, el deporte o para la infancia, como los demagogos de turno se han apresurado a decir, no es labor de ningún tribunal. Más aún cuando el ciclista ya ha sido condenado moralmente y sometido a un linchamiento mediático orquestado principalmente desde Francia, con L’Equipe y Le Monde (con los organizadores del Tour de Francia detrás filtrando cosas a conveniencia) a la cabeza. Sólo hay que ver el “reconocimiento” al que fue sometido Contador durante la presentación de la pasada edición de la ronda gala. Eso sí, mucho actuar por detrás pero nada de ser coherentes en sus actuaciones. Si tan seguros estaban de su culpabilidad, si tantos indicios obraban en sus manos, lo lógico hubiese sido prohibirle participar en cualquier tipo de competición. Pero eso no interesaba, que una carrera sin el mejor escalador del mundo es menos carrera, menos audiencia, menos ingresos y un mal negocio ¿no señor Preudhomme? En fin, que por desgracia vivimos en un mundo en el cual juzga quien no tiene competencia para juzgar y a quien realmente le corresponde tan sólo ejecuta órdenes… o ejemplifica, que parece que de eso se trata.  

Y sí, de acuerdo, en España se han hecho las cosas rematadamente mal en asunto de dopaje, con episodios vergonzosos como la Operación Puerto. También es cierto que entre los pro-Contador existe un gran número de hoolligans que se suman a la causa tan sólo por patrioterismo barato u otros que se sienten víctimas de la  histórica envidia de los franceses cuando se ven superados en algo por el vecino pobre. ¡Pero coño!, eso no quita que todo este proceso sea un enorme despropósito que poco bien le hace al ciclismo y al deporte en general.

En fin, un desastre de consecuencias irreparables. Porque yo no descartaría que esto acabara en la justicia ordinaria y allí puede pasar cualquier cosa. El tiempo será quien dé o quite razones, pero la cosa pinta bastante mal. Por lo pronto, este deporte tan bonito y tan sufrido lleva años resintiéndose por sus escándalos y por la incompetencia de sus dirigentes, perdiendo adeptos a marchas forzadas. Y no parece que este affaire vaya a detener esa espiral autodestructiva. Bastante más gente se va a borrar, hasta yo mismo.

jueves, 2 de febrero de 2012

Chusma


"Tu vida es una puta mierda... (y lo sabes)", reza la sabiduría popular plasmada en forma de graffiti. Palabras rotuladas por algún sabio sobre las paredes de un edificio que podría ser el tuyo o el de cualquier otro. Aunque, bueno, no nos pongamos dramáticos, siempre cabe el consuelo de ver que la cosa podía ser peor y hay gente mucho más abollada que tú. Y entras en sitios en cuya puerta una pintada como esa tendría mucho más sentido que en la tuya. Como en el Bar de los Amigos de Benimaclet, prototípico barucho de barrio bajo, antro repleto de gentes de baja estofa, receptáculo de personas a cuál más vulgar. Uno de esos antiguos bares de menú barato que, en cosa de cuatro días, han pasado a ser aún más baratos. Ahora regentados por alguna familia china con escaso apego por la higiene, en sus sucias barras se aposta lo peor de cada casa, gente soez, detritus humanos corroídos por el consumo de alcohol barato, perdedores profesionales embrutecidos por una vida que, contra lo que nos quieren vender, nunca resulta fácil… Anoche estuve allí, en un necio intento por disfrutar de un partido de fútbol que daban en la tele de pago. La cosa no pudo ser peor y no lo digo por las manos de Pinto -aka Colorado- que el señor colegiado no quiso ver. Pero entre los gritos del poco respetable, las provocaciones de los especímenes allí presentes, el asqueroso olor a humanidad corrupta, las lamentables consecuencias de la autodestrucción física y psíquica, decidí que no, que mi vida no es una puta mierda. Comparada con la de esa infame turba (de nocturnas aves) es, sencillamente, maravillosa.

En fin, que hoy es 2 de febrero, “el día de la marmota”, hace frío y parece que en los próximos días irá a peor. Intentad no abollaros demasiado. Que tengáis un buen día.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Pinchadiscos

Ahora que caigo no os conté nada de lo acontecido un viernes de finales del año pasado en el Swan Club (por cierto que, si Dios quiere, próximamente habrá novedades). Estuvo bien y aquello se petó, aunque no es de aquella gloriosa pinchada sobre lo que os quería hablar. El motivo de retrotaerme a batallitas del pasado es que mi buen amigo Esteban Hernández guardaba un documento gráfico de la velada. Lo podéis ver sobre estás líneas. Thank you Stevie.

Y no, evidentemente no somos los Black Keys barbudos, ya quisieran ellos.
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