jueves, 22 de noviembre de 2012

Jim Jones en el cap i casal


Buen bolo el que ofrecieron anoche las huestes del otro Dr. Jones en la sala Wah Wah. Rock’n’roll con actitud (luego matizaré este extremo) y contundencia que hizo las delicias de un público entregado desde el minuto uno. Y contra todo pronóstico, en un recinto lleno hasta la bandera. Digo esto porque la broma superaba los 20 eurazos gracias a Tickemaster y a su puta madre (todavía me estoy partiendo la caja con lo de que las salas iban a asumir parcialmente la subida del IVA) y porque estábamos a mitad de semana, siendo esta una jornada de Champions League y lo que eso supone en un país que profesa auténtica devoción a los dioses del balón. Por otra parte, según me han contado gentes que estuvieron allí, los conciertos que Jim Jones Revue ofreció en Castellón y Alicante en mayo del año pasado, dejaron tan buen sabor de boca a los asistentes que nadie quería perderse la nueva gira de los británicos por estas tierras. No en vano estos chicos fueron nominados por la prestigiosa revista Mojo como una de las mejores bandas en directo. Así que, por todo eso y mucho más, aquello estaba más petado que el neceser de McGyver. ¡Y por peña con ganas de guerra! “No problem”, debieron pensar estos rockers. No queríais caldo, ¡pues tomad dos tazas!

Los tíos se presentaban con nuevo disco bajo del brazo, “The Savage Heart”, publicado hace apenas un mes. Por eso el tracklist de la noche estaba compuesto principalmente por nuevo material. Y hombre, vale que aún no le tengo muy oído y tal vez por ello este “corazón salvaje” me parezca inferior a todo lo anterior, sin embargo, tras asistir anoche a su puesta en escena, puedo afirmar que lo nuevo, al menos en directo, suena la mar de bien. También tocaron, como no podía ser de otra forma, éxitos del pasado como “Princess and the frog”, “High horse”, “Burning your house down”, “512”, el apoteósico “Dishonest John” o el ya mítico “Elemental”, habitual compañero de pinchadas (sure?).


Hasta aquí las loas, ahora vienen las críticas. He dicho al comienzo que fue un buen concierto y justo en el párrafo anterior que el directo sonó muy bien. Vamos, que no me importa reconocer que disfruté del rockanrolleo furibundo exhibido por estos cinco tíos con mucho oficio sobre las tablas. Pero también os he de reconocer que no salí lleno del todo. Justo al finalizar la actuación me comentaba mi compañero de correrías, que le había parecido que la cosa había ido de más a menos. Exactament...el concierto empezó mucho mejor de lo que acabó. Pero aún así, eso no fue lo peor. Lo peor de todo, según yo lo veo, es que en todo momento tuve la sensación de que estos tíos no se lo pasan bien sobre el escenario (a excepción de ese teclista maravilloso llamado Henry Herbert). Y eso, en una banda de rock’n’roll es grave. A partir de ahí toda la actitud expresada sobre el escenario es impostura, farsa, irrealidad (de ahí el matiz que introducía al inicio de esta crónica). O sea, que la puesta en escena está como muy medida, cuadriculada, con poses chulescas más que ensayadas y eso es algo que uno no se espera de una banda de rock. La espontaneidad forma parte del espíritu del género, o al menos así es como a mí me lo enseñaron.

A ver, tampoco quiero acabar el post dando a entender que todo fue una estafa, ni que el concierto fuera una decepción absoluta. Un despago parcial sí, pero no total. Entre otras cosas porque es la primera vez que les veo y lo pasé bien. Posiblemente si fuese un tío más joven y menos resabiado, me habría parecido la polla. Pero no lo soy y ya tengo más tiros pegados que Clint Eastwood.

Y nada más. No hay más cera. Eso es lo que hay. Como sentenciaba el gran Tyrell de “Blade Runner”, “la luz que brilla con el doble de intensidad dura la mitad de tiempo”, o dicho de otra forma que lo bueno, si breve, pues dos veces bueno. ¿Y si es malo? Para eso Gracián no tenía máxima, así que os jodéis. Haber entrado en el Jot Down.

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