lunes, 10 de junio de 2013

El filo de la navaja

Arduo hallarás pasar sobre el agudo filo de la navaja.
Y penoso es, dicen los sabios, el camino de la salvación.”
El título de la novela hace referencia a este conocido pasaje del “Katha Upanishad”, libro sagrado del hinduismo que tiene como finalidad la enseñanza del camino hacia la sabiduría.  Porque básicamente de eso es de lo que va “El filo de la navaja”, del arduo camino que ha de recorrer un tipo cuya única finalidad vital es saber, buscarle sentido a las cosas y encontrar el sentido de su propia existencia. 

El protagonista se llama Larry Darrel y es un norteamericano de buena familia, con una novia bonita y un gran futuro por delante. Pero eso no le será suficiente. Tras sobrevivir a la Gran Guerra, se da cuenta de que algo ha muerto en su interior y por eso decide que es mejor tomarse un tiempo para reflexionar (u “holgazanear” como le gusta decirlo a él). Así pues, Larry romperá su compromiso de boda y renunciará a un brillante porvenir en el mundo de las finanzas. En su lugar se embarca en un viaje abierto al encuentro de culturas y espiritualidades diferentes que le llevará desde Francia a España, de Italia a Grecia y del Tíbet a la India. Será en este último lugar, en el país de Krishnamurti, Tagore o Ghandi, donde encontrará las claves para una vida mejor.

Lejos de lo que pueda parecer por su argumento, e independientemente de esa manoseada -y poco creíble- evocación a la India espiritual y fantabulosa que a todas las almas despierta y a todos los intelectos sacia, “El filo de la navaja” no es una novela perrofláutica. Más que nada porque está escrita en 1944, cuando ir a la India significaba algo muy diferente a lo que hoy día, y por supuesto porque su autor es un grande de las letras como William Somerset Maugham, novelista, dramaturgo, ensayista, cuentista ¡¡¡y hasta espía!!!.

Por otro lado he de deciros que el personaje de Larry, me parece uno de los más fascinantes con los que literariamente me haya topado. Un tipo que le da sentido a aquello de que viajar abre las mentes y no como suele pasar ahora, cuando viajar tan solo sirve para llegar a otro sitio y ver lo que uno quiere ver.

Por cierto que hay película. Un clásico de 20th Century Fox dirigido por Edmund Goulding e interpretado por Tyrone Power, Gene Tierney, Anne Baxter y John Payne. Aquí la tenéis, por si os interesa:

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