lunes, 22 de diciembre de 2014

Café y cigarro, muñeco de barro

...o cagarro, si queremos ser menos poéticos que el refranero y más acordes con lo que voy a contar. Y es que el conciertillo que se cascó anteayer el amigo Craig Bjerring aka Oldseed en el Flexidiscos fue exactamente eso. 

Y no es que tuviera demasiadas expectativas puestas en el show, la verdad. Pero bueno, me habían vendido que el menda practicaba una suerte de folk oscuro, sincero e intenso. ¡Vamos, que ni el puto Munly! Y encima, también había leído que venía de compartir escenario con peña como Lambchop, Smog o el puto Howe Gelb... en fin... se habría colao, digo yo... El caso es que, para que no me acuséis de prejuicioso, decidí ir p'allá.
...y como esperaba, nada que rascar. Una absoluta pérdida de tiempo.   

A ver, tengo que decirlo: estoy hasta el rabo de la sinceridad como valor aplicado a cualquier pavo tocando la guitarra. ¿Qué coño quiere decir eso? ¿Que el compadre se abre en canal para contarnos sus mierdas? ¿Que no hay falsedad ni doblez en su estrofas? ¿Que tutto questo è vero, e se non è vero è ben trovato? Pues nada chico, enhorabuena por expresarte sin reservas ni fingimientos, pero yo al menos, para valorarte como artista, te pido algo más. Vamos, que cualquier reunión con mis amigotes rezuma la misma o más sinceridad que las canciones de Oldseed y no por ello exigimos un reconocimiento, ¿capish?.
Lo de intenso también es gracioso. Un tío y una guitarra a pelo. ¡Joer! Intensidad es lo mínimo que se puede pedir ¿no? ¡Si hasta María Ostiz la tenía!
Y oscuro... Échale huevos!!! Aquí me planto. Folk oscuro es Dave Eugene Edwards y punto. Y anteanoche, oscuro lo que se dice oscuro, el atuendo del trovador de Kassel i prou. Y es que ni siquiera la sala estaba a oscuras. Allí había más luz que en una iglesia del Císter.
Lo de música artesanal, que también lo he leído por aquí y por allí, ni lo comento. Artesanal, artesanal... como los helados de Ca' Melchor!!! Cagondeu

Tíos, no sé si son malos tiempos para la lírica, como cantaba el difunto Germán Coppini, pero sí me parece que son tiempos en los que cualquiera se calza una guitarrita y ya por eso se le reviste de una dignidad que no tiene a la vista de lo que ofrece sobre el tablao. Vamos, que para algunos, el mero hecho de que alguien se suba al escenario es suficiente, por aquello del valor de enfrentarse al público y demás mandangas. Como sí eso no fuera algo que se le presupone a cualquier músico por el hecho de serlo. Siguiendo esa lógica, tendríamos que darle valor a lo que hace Conchita, la pesada aquella del "Nada que perder". ¿A qué va a ser que no? 


Y aquí lo dejo. No es cuestión de hacer más sangre. Pero vamos, que no había presenciado un concierto tan insípido desde hacia años. Y el tipo venia desde Alemania, ni más ni menos, pa esto... Ahora sé que desde la ciudad protagonista de algunos de los cuentos de los hermanos Grimm y ya lo entiendo mejor. ¡Vaya par de sosos los brodas'! Me apuntaré Kassel entre los lugares a no visitar...

2 comentarios:

  1. Que risas, jajaja, si es que como joden estas cosas y esta fiebre de darle a todo un bombo y platillo a veces inmerecido. Tienes más razón que un santo. A veces los críticos y las hojas promocionales parecen de chiste. Lo malo es cuando te toca el fraude en directo, porque mira, si es en disco pues la de aquel, pero estar de pie ahí cervezeando con un soporífero hilo musical de fondo, da pereza. Este año me ha pasado con varias propuestas, que vi alabadas en muchos sitios y me han parecido insulsas de pelotas, como James Vincent McMorrow (quizá sea yo que no le he pillado el punto, todo sea dicho).
    En fin, larga vida al sonido Denver y lo demás son hostias.
    Ah! y que se puede esperar de una ciudad con el mismo nombre que ese peñazo de serie policíaca que emite Cuatro...

    ResponderEliminar
  2. ...sasto!!! Ahí le has dao. McMorrow sucks Munly rule!!!
    Castle o Kassel ídem de lo mismo...

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...