martes, 28 de octubre de 2014

Unastoria

Hoy hablaremos de una historia, de hecho “Unahistoria” -“Unastoria” en su original italiano-. Y lo hago por tratarse del esperado regreso del más popular historetista italiano de todos los tiempos tras unos añitos de voluntario silencio. Aunque bueno, esto último es una verdad a medias ya que Gipi se ha mantenido activo, pero alejado del noveno arte, precisamente para hacerse un hueco en el mundo del séptimo. Yo diría que lastimosamente. E incluso vergonzosamente, a la vista del resultado. Y es que el día que Gian Alfonso Pacinotti decidió guardar sus lápices y pinturas para ponerse a rodar, en algún lugar del mundo murieron cientos de gatitos y hasta un unicornio. Porque “L'ultimo terrestre”, el debut cinematográfico del pisano, es un auténtico espanto. Por mucho que su autor trate de defenderse con el argumento de que la peli fue nominada en los premios David de Donatello e incluso mencionada en el Festival de Venecia. Pero ni caso. Una bacalà infame.
Y por esa cagada el tío nos ha dejado en ascuas todo este tiempo. O sea, que si hubiese seguido dibujando a la vez que se ciscaba en el mundo del celuloide, pues no habría nada que reprocharle. Cada cual con su tiempo y dinero puede hacer lo que le salga del pié. Pero lo que no tiene perdón de Dios es que Gipi, uno de los grandes del cómic, se dedique a jugar a ser un artista total, un uomo del Rinascimento, sin ofrecernos nada decente a cambio que nos haga pasar por alto su delirio. ¡Tus ausencias se notan compadre! Y no creo que eso mismo lo estén diciendo en los despachos de Cinecittà.

Respecto al tebeo en sí tan solo decir que es fantástico. En el se nos cuenta la historia de Silvano Landi, un escritor de éxito que parece no discernir la realidad de la ficción. El tipo ha perdido la chaveta y consagra sus días a dibujar de forma compulsiva dos imágenes recurrentes: una estación de servicio y un gran árbol desnudo. Además está completamente obsesionado con el hallazgo de las cartas que su bisabuelo Mauro, soldado durante la Primera Guerra Mundial, escribía a casa desde las trincheras. Así es como Gipi nos hace participe de esta segunda historia que, como habréis deducido ya, se entrelaza con el presente de Silvano conformando así esa única historia a la que hace referencia el título.
Enorme. Como todas las cosas que hace este hombre. Okey... ya... eso sería antes de ver la peliculita de marras. Digamos que maravillosa novela gráfica como todas las novelas gráficas que firma Gipi. Así mucho mejor.  

Más Gipi aquí... y aquí...
El cagarro también esta disponible. Que Dios os pille confesaos...

martes, 21 de octubre de 2014

Los hijos

Ya son días los que llevo sin pasarme por aquí, lo sé. Discúlpenme por ello compays. Pero tampoco se preocupen demasiado. Todo marcha bien, o casi.
¿Que en que mierdas ando metido para dejaros ahí, to tiraos, huérfanos de conocimiento y sabiduría? Y yo que sé. Que estoy aburrido. Y dolorido. Y hasta la polla de
Es fácil sentirse así en esta terreta en la que un día a finales de octubre, la temperatura alcanza los 36 grados. ¡El día de octubre más caluroso en Valencia capital desde 1852! Poca broma. Y es que, si esto no es un hell on earth que baje Dios y lo vea. 

Con todo y con eso aquí estoy de nuevo. Repantigado en el sofá de mi nueva residencia russafera. Sufriendo en soledad los extemporáneos calores en insana combinación con mis eternas dolencias. Aunque como contrapunto, justo ahora, estoy gozando con la enésima escucha del maravillosísimo segundo álbum de Brian Eno. Sí, este mismo, el de la terrible portadita perpetrada por obra y gracia de Mr. Peter Schmidt. Pero el continente, ¡ay el continente! ¡Tremendo! ¡Grandioso! ¡¡¡Glorioso!!! No hay adjetivo que le haga justicia... En fin... 

Sirva esto para ilustraros sobre las condiciones en las que me dispongo a plasmar mis impresiones -a boli y en libretita como los antiguos- , del que muy posiblemente acabe por convertirse en uno de los primeros clásicos literarios (sino el primero) de este siglo XXI: "Los hijos". ¡Y eso que fue escrito a finales del XX! Digo todo esto a raíz de los innumerables comentarios publicados en periódicos, revistas y webs, en los que se afirma que tamaño privilegio correspondería a "El Jilguero" de Donna Tartt. Y es que, aún reconociendo que todavía no me he atrevido a sumergirme entre las mil y pico páginas que conforman el Pulitzer a la mejor obra de ficción del pasado año, tengo serias dudas de que sea mejor que esta maravilla firmada por Gay Talese de la que ahora me dispongo a hablar, aunque sea brevemente.

"Tus hijos no son tus hijos, son hijos e hijas de la vida, deseosa de sí misma".
Así comienza un conocido poema del cirrótico profeta libanés Kahlil Gibran que me viene al pelo para recomendaros esta fastuosa crónica autobiográfica escrita y co-protagonizada por este periodista italoamericano. En ella su autor nos hace viajar desde el sur de Italia mucho antes del siglo XIX, hasta el sueño americano de su juventud, pasando por las opulentas sastrerías del París de principios de siglo, las sórdidas trincheras de la Primera Guerra Mundial, el Risorgimento garibaldesco, la Italia de Mussolini, los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial o los dramas de la inmigración italiana en los EEUU. Y es que “Los hijos” desgrana la odisea de la familia Talese a través de los ojos de Gay, el menor de todos ellos, sirviéndonos su historia como paradigma de la de millones de emigrantes italianos que llegaron hasta los Estados Unidos en el despertar de una época que cambiaría el mundo. Una aventura épica compuesta de lazos de sangre, amores y desencuentros, tensiones políticas y vínculos con el pasado.

Tremebunda, no digo más. Y no solo por su extensión.
"¿Qué es inmigración? Irse de un lado a otro con la esperanza de que el segundo lugar sea mejor que el primero, de desertar de sus problemas de juventud. Mi padre dejó a dos hermanos, una hermana y una madre viuda en Italia. Y les enviaba dinero para absolver su culpa, pero nunca se la quitó del todo".

lunes, 6 de octubre de 2014

Bored Nothing y esos 90 que nunca se acaban de ir

Bored Nothing son un pavo escuchimizado con aires a un Christopher Owens macaulayzado por obra y gracia de las drongas, su novia rubia, su hermano menor, su mejor amigo y su segundo mejor amigo/a para completar el equipo y de paso comerse el marrón de la batería. Como se desprende de lo anterior Bored Nothing son/es Fergus Miller i prou. Osea, que es su proyecto personal, mientras que los demás están para darle lustre al directo y poco más. Y es que este jovencito australiano es el único responsable de todas y cada una de las composiciones de Bored Nothing, tanto las que vienen incluidas en su álbum de debut homónimo, como de las novedades que viene presentando en la gira. Canciones creadas en la intimidad del hogar familiar con la única compañía de una grabadora de cuatro pistas.

El caso es que su paso por Valencia se produjo el jueves pasado, en la sala el Loco para más señas. Y hasta allí que nos acercamos al calor de la gratuidad y del rockanrol. Gloriosa combinación que supera a otras para nada desdeñables como son ginebra y tónica, paté y tokaj, o sexo y mañana, tarde, noche o madrugada. Y es que la cosa no está para bromas y teniendo en cuenta que, de un tiempo a esta parte, mi partida de gastos en música y conciertos se ha disparado, nada mejor que encontrarse con eventos como este para poder disfrutar a la vez que economizo.
Sonaron a noventas. Los Bored Nothing suenan a noventas. Y las referencias son muchas, como os podréis imaginar todos los noventeros de pro, pero no por ello demasiado variadas. De hecho creo que van desde Pavement hasta ¿Pavement? jeje... Bueno va, sustituidlo por Sebadoh... Okeeeeeey... vaaaaaale... en ciertos aspectos también podríamos entroncar su sonido con el de bandas actuales como, por ejemplo, Yuck, o compatriotas más poppies como son Free Time e incluso Twerps. ¿Seguro? Bueno, y yo que sé... El caso es que lo del lo-fi noventero estuvo más que claro durante toda la velada. De hecho campó a sus anchas por todos los recovecos de la sala para alegría de unos pocos y disgusto de otros tantos. En este sentido aprecié división de opiniones entre el respetable. Y es que no tengo muy claro si el aforo allí congregado, en torno a media entrada, salió más satisfecho o decepcionado. Por lo que a mí respecta, ya que este es mi blog y aquí el que importa es el menda, pues ni lo uno ni lo otro. Creo que no sonaron especialmente bien y que su material de partida es manifiestamente mejorable. Pero tampoco me parece que aquello fuera la peste ni que su disco sea la última mierda que cagó Pilates. Es más, si tuviera que decantarme por un extremo o el otro les daría un aprobado. Porque no lo pasé nada mal, lo cual ya es indicativo de algo, pero es que encima tuve la sensación de que dentro de la cabecita del tal Miller se vislumbraba algo, quizás no más que un destello, un esbozo, una simple intención, que puede acabar concretándose a medio plazo en algo interesante. Así que estaremos al tanto. 

Y eso es todo lo que os tenía que contar sobre el concierto de Bored Nothing. Eso y dar las gracias a los chicos de El Loco, sin ningún género de dudas la mejor sala de esta ciudad. 

jueves, 2 de octubre de 2014

Simpatía por los Stones

Llevo unas semanas viendo como afrontar esta mini-crítica que ahora os presento aquí. Y he decidido que de hoy no pasa, más que nada porque no creo que mi regusto vaya a cambiar demasiado ni aunque me empachase de chicles de menta. Todo esto tiene que ver con la cacareada exposición que sobre los Rolling Stones han montado en el Centro Cultural Bancaixa, otrora faro espiritual de todos aquellos valenciantets a los que nos interesa el mundillo "exposicional". Un espacio que, como ya he contado aquí en varias ocasiones, lleva tiempo languideciendo.

Sympathy for the Stones”, que así se titula la expo, se plantea como un recorrido abierto a través de algunos momentos estelares de la banda capitaneada por morritos Jagger. Analizando una presencia icónica multiple que a nadie se le escapa, se nos muestran mogollón de imágenes, sonidos y testimonios que dan fe de la importancia más allá de lo musical de los Rolling Stones, además de dar cuenta de su evolución musical y estética.

Por todo eso y por supuesto, por tratarse de una de las bandas más importantes de toda la historia del rock y de la música en general, tenía muchísimas ganas de acercarme hasta la Plaza Tetuán para zambullirme por enésima vez en el mito stoniano. Pero la zambullida se tornó en un costalazo de las dimensiones del que originó la triste historia de Ramón Sampedro. Y me sabe mal porque la cosa podía haber estado la mar de bien. Lo cual se hubiese agradecido aún más en una ciudad como esta, cada vez más huérfana de propuestas culturales interesantes. Además conozco el trabajo de alguno de los que andan detrás de la muestra y son gente a la que respeto mucho por lo que opinan y hacen. Pero es que la cosa les ha quedado muy flojita. Tanto que, al final de la carrera, “Sympathy for the Stones” no pasa de ser un paseo por el cuarto de cualquier miembro de The Rolling Stones Fan Club con toda su parafernalia fetichista. Sus cuatro pósters de Jagger, Richards & Co, otras tantas fotitos de portadas de discos requetevistas por todo hijo de vecino, la transcripción de algunas anécdotas conocidas por cualquier melómano de medio pelo (ya no digo por los fans), además de las proyecciones de “Gimme Shelter” (con las escenas mil veces vistas del trágico concierto de Altamont), “Sympathy for the Devil” de Godard o “Shine a Light” de Scorsese. Vídeos a los que cualquiera con un mínimo de interés tiene fácil acceso.
Y es una pena, la verdad, porque estamos hablando de los fuckin' Rolling Stones... ¡¡¡que estos no son U2!!! Por mucho que la banda de Londres también se merezca una buena dosis de collejas desde que decidieran preocuparse más en sostener un emporio comercial que en componer canciones.

Y eso es lo que hay...  

miércoles, 1 de octubre de 2014

Octubre de 2014. MÉTANSE A LOS CUDOLS POR DONDE AMARGAN LOS PEPINOS aka EL QUE TUVO RETUVO PERO EL QUE NUNCA TUVO...

Hete aquí con la nueva SuloTk. Imponente colección de canciones en la que no está lo nuevo de U2 ni falta que hace. 
¿Es que no es bueno su nuevo disco? ¡¿Es que no es digno de aparecer en una lista que incluye la friolera de 109 canciones?! Pues mirad, ni lo sé ni me importa. Porque ni siquiera lo he oído, más allá del consabido estribillo con el que Apple nos machaca, día sí y día también, a través de la tele, la radio y hasta las redes sociales, aprovechando el lanzamiento de su nueva estafa (aka iPhone 6). Así que, honradamente, no debo juzgar la calidad del enésimo álbum de la banda irlandesa. Aunque seguro que es una mierdaca como casi todo lo que han publicado estos tipos desde que se formaran en un pub de borrachos allá por el año 76. Pero como os he dicho antes tampoco me interesa. Y no es por prejuicio, aunque se lo hayan ganado a pulso en estos más de 30 años de poses ridículas. Simplemente es que me niego a escuchar a unos hipócritas que a la vez que instan a los estados para que implanten medidas conducentes a la detención de la gente que descarga música sin autorización, nos imponen por decreto-ley su nuevo disco, descargándolo supuestamente gratis y sin permiso de sus usuarios en los aparatitos de Apple. Si tenéis alguno (¡yo sí!) sabréis de lo que os hablo. Un no-gratis publicitario con el que la banda liderada por el estomagante Bono, el implicado de boquilla, el mesías del papel couché, se asegura una distribución monstruosa por la vía de los hechos. Algo que con total seguridad no habrían conseguido de concurrir al “mercado” en condiciones normales. Y es que tengo la sensación de que U2 cada vez interesa a menos gente, por mucho que la legión de irreductibles nostálgicos (que haberlos haylos) pretendan convencernos de lo contrario en conversaciones de birra y bar.

Pero hay vida después de U2. Y que no esté el boniato de Dublín no quita que dentro de la SuloTk te puedas encontrar con cosas bien bonitas, como la voz aterciopelada de Agnes Obel, el come to daddy de unos Weezer que retoman la buena senda gracias a papá Ocasek, el maravillosisímo nuevo disco de Spoon, a unos Interpol que han decidido hacer de Interpol again, la consolidación de Mazes como herederos de tantas cosas buenas, la interesante vuelta de tuerca de unos Amplifier a los que cada vez respeto más, el excesivo nuevo disco de unos Dry the River que mucho me temo estamos perdiendo para la causa, o a un par de interesantes song-writers de nuevo cuño (al menos para mí) como son Benjamin Booker y Jerry David DeCicca... Ah! Y me dejo a Tony Molina, a los Zig-Zags, a Royal Blood, The Drums, etc...

En fin, lo dicho, que menos farsantes y más música. Y Bono, menos samba e mais trabalhar... 

Enjoy it.    
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