sábado, 26 de diciembre de 2015

La listaka 2015 - Parte IV. La crème de la crème...

1. Titus Andronicus – “The Most Lamentable Tragedy”
Patrick Stitckles es un puto genio y eso no hay barbaca que lo oculte. Para este 2015 se ha sacado de la manga esta ópera rock en veintinueve actos sobre los problemas de un tipo corriente de New Jersey. Sobre él mismo, vamos, aunque a tenor de la trayectoria que va atesorando, de corriente tiene bien poco. Mejor disco del año sin ningún género de dudas. Antes de haberlo escuchado ya lo era. ¡Toma criterio!
2. Toundra - “IV”
El cuarto disco de los madrileños evoca el mito japonés del kitsune, espíritu del bosque con forma de zorro cuya función es fundamentalmente protectora. Esta vez se han permitido introducir una sección de viento y cuerda en varios de los cortes, pero sin dejar de lado la contundencia marca de la casa. Porque Toundra siguen sonando a Toundra y eso es lo mejor de todo.
3. Ezra Furman - “Perpetual Motion People”
Lo de este chaval es tremendo. Ya su anterior disco, “Day of the Dog”, era absolutamente maravilloso, pero este no le va a la zaga. Imposible etiquetar ese genial ejercicio de desparrame pop-rock-punk-surf y dos huevos duros. Una batido en el que caben desde los New York Dolls hasta Jonathan Richman, desde Bowie hasta los Violent Femmes.
4. Squarepusher - “Damogen Furies”
Fantástico álbum de electrónica conceptual y machacona. El catorceavo en la carrera de Tom Jenkinson. Un discarro de IDM con mayúsculas, repleto de melodías pegadizas y sobreabundamiento de sintetizadores. Ejercicio musical rayano en la locura que a veces resulta aterrador y otras, las más, desquiciante. Pero bendito desquicie.
5. Kurt Vile – “B'lieve I'm Goin' Down...”
Cotas ingentes de inspiración las que han llevado al ex-War on Drugs hasta parir este, su sexto disco en solitario. Una obra introspectiva que le acerca al universo de algunos de sus héroes musicales. Una verdadera delicia que confirma el magnifico momento compositivo en el que se haya este treintañero nacido en Philadelphia.
6. Pablo Und Destruktion - “Vigorexia Emocional”
Estamos ante un discarro de corte raphaelista que confirma al gijonés como uno de los artistas más interesantes surgido en este país durante las últimas décadas. Impecable compilación de canciones íntimas e intimistas que no desatienden ni la política, ni la filosofía, ni la religión, tratando de compaginar anarquismo, mística y romanticismo.
7. Ultimate Painting - “Green Lanes”
El segundo capítulo del proyecto paralelo de Jack Cooper (Mazes) y James Hoare (Veronica Falls) comienza justamente donde su prometedor debut les dejó. Un encantador álbum que picotea de la Velvet, los Beatles pre-psicodelia y el pop sesentero. Apuesta por la sencillez, los estribillos silbables y cierta luminosidad en las letras que se echaba en falta en su anterior entrega.
8. Viet Cong – s/t
¿Remedo de Interpol? Sí, pero de unos Interpol más sucios, más experimentales y extravagantes. Como si en ellos se plasmara la evolución lógica que cabía esperar de la banda liderada por Paul Banks, tras su sonado debut en 2002. Primera entrega de esta interesante banda canadiense con vocación post-punk y ramalazos esquizo.
9. Jim White vs. The Packway Handle Band - “Take it Like a Man”
Jim White y los cinco miembros del combo de Athens se conocieron a través del interesante documental "Searching for the Wrong Eyed Jesus". De ahí surge este álbum colaborativo en el cual White aporta su saber hacer y The Packway Handle Band un absoluto control del Evangelio musical norteamericano. Resultado: Este apabullante disco de raíces.
10. Föllakzoyd - “III”
La propuesta instrumental del trío chileno es la misma que en sus discos anteriores. O sea, canciones largas, sonidos monocordes, adaptación de patrones propios del techno y estructuras repetitivas que nos llevan hasta un estado próximo a la hipnosis. Una nueva forma de krautrock vendida desde Santiago. Ellos prefieren llamarlo Cosmic-rock y lo mismo me da que me da lo mismo. Te agitará el cerebro a base de bien.
11. Metz – “II”
El segundo disco de los canadienses Metz, también es más de lo mismo. Otro bombazo sonoro que explota en plena jeta. Deja sin resuello de principio a fin. Noise-rock rabioso que recuerda la actitud de aquellos muchachos desgreñados que surgieron de Seattle a comienzos de los noventa.
12. The Soft Moon - “Deeper”
Luis Vásquez se marchó hasta los Apeninos para componer su nuevo álbum. De la reclusión en un estudio de grabación llamado Hate, salieron once cortes cercanos al electro-dark, en los que vuelca sus demonios particulares. Bienvenidos al mundo de las sombras. No querréis salir de ellas.
13. Leon Bridges – “Coming Home”
El álbum de debut de este trasunto de Sam Cooke es una verdadera delicia. Pareciera que el chaval le ha robado la voz a quien fuese considerado el rey de soul. Podéis comprobarlo a través de las diez pistas que integran “Coming Home” y que nos retrotraen hasta la época dorada de la música negra. Soul, funk y rythim & blues made in Texas. Cualquiera lo diría.
14. Sleaford Mods – “Key Markets”
Williamson y Fearn siguen martilleándonos con su discurso y bien que hacen. La almorrana sigue en plena efervescencia sanguinolenta en medio del culo de la industria musical británica. Idéntico minimalismo rabioso que en anteriores entregas para construir nuevos himnos en la prolífica trayectoria del dúo de Nottingham. Y un humor que de tan negro hasta rapea, nunca mejor dicho.
15. Deaftheaven – “New Bermuda”
Deaftheaven es black metal para pijos.... Deaftheaven es black para hipsters... Deaftheaven es la enésima estafa del universo indie, ahora en versión oscurita.... Repetidlo todas las veces que queráis. Tendréis razón. ¡Pero como molan Deaftheaven joder! A la mierda los puristas. Esta banda de San Francisco es la hostia. Es poner a rodar este “New Bermuda” y que a uno le entren ganas de salir a quemar iglesias.
16. Sufjan Stevens – “Carry & Lowell”
Hablar Sufjan Stevens es hablar de sinceridad. La de alguien que se desnuda ante nosotros con cada una de sus canciones. “Carrie & Lowell” es otra muestra más de eso. Una verdadera obra de arte que estoy seguro ganará con el paso del tiempo. Disco bellísimo con el que el cantautor de Detroit celebra, de la mejor manera, su entrada en la cuarentena.
17. Blanck Mass - “Dumb Flesh”
Benjamin John Power, mitad pensante y ejecutante de los fantabulosos Fuck Buttons, se ha sacado de la manga un disco de electrónica pesada, que roza lo industrial pero sin renunciar a esas curvas melódicas con las que rompe la monotonía. Un buen disco que, si bien no llega a las cotas de grandeza de lo último publicado con su proyecto de cabecera, tampoco lo desmerece.

viernes, 25 de diciembre de 2015

La listaka 2015 - Parte III. Cuaaate!!! Aquí hay tomaaate...

18. Ryley Walker - “Primrose Green”
Segundo disco de este talentoso guitarrista nacido en Illinois. Una exquisitez que conviene degustar de a poquito. Preciosismo anacrónico al cargo de un veinteañero que rehuye modas y corrientes musicales. Evoca al primer Van Morrison, pero también a Jansch y Renbourn, colaboradores en Pentangle. Magnífico ejemplo de lo que la trova contemporánea puede dar de sí.
19. Astro - “Chicos de la Luz”
Desde Chile con amor. Música de sanación y meditación, como le gusta definirlo a ellos. Psicodelia electrónica y psicotropía pop con ciertos ecos a unos MGMT más divertidos y en lengua de Cervantes. Más reposado y menos impactante que su álbum de debut de 2012, pero no por ello obra menor. Ergo cosa mayor, siguiendo la filosofía del poco ilustre presidente agredido.
20. Happyness - “Weird Little Birthday”
Un discazo tremedundo en proporción inversa a lo horroroso de su portada. Se les perdona. Son jóvenes y además seguidores de Pavement, lo cual resulta evidente y a los audios me remito. Un debut que nos hace esperar buenas cosas en un futuro próximo por parte de estos londoners. Y nosotros que las podamos disfrutar...
21. Waxahatchee - “Ivy Tripp”
El tercer disco de Katie Crutchfield es lo más personal y emocional que nos ha mostrado hasta la fecha. Surge de las entrañas, de momentos complicados, de gran confusión y honda tristeza. También de lo que supone aprender de ello y crecer. Y es que, la tristeza siempre es una buena fuente de inspiración. Y las penas son menos cuando las cantamos.
22. Best Coast - “California Nights”
Uno de mis discos energizantes de este 2015. Trabajo que huele, sabe y sobretodo suena a noventas. Muy mal recibido por la crítica, a diferencia de discos anteriores, lo que me lleva a concluir que prefiero a la Cosentino en sus patinazos antes que en sus aciertos. Poned a toda virolla “Feeling Ok”... no hace falta decir más.
23. Ryan Bingham - “Fear & Saturday Night”
Este 2015 ha sido el elegido por el oscarizado country-man de Nuevo México para regalarnos su mejor obra. Bingham se alejó de la ciudad y aislado en su remolque compuso una docena de canciones que hablan de una infancia inestable, la muerte de su madre por culpa del alcohol y el suicidio del padre. Álbum inspiradísimo y amargo como la hiel en el cual, a la preciosa voz de Bingham, se han unido las manos y los brazos de varios Rose Hill Drive.
24. Ampacity - “Superluminal”
Interesante propuesta de rock retro-futurista que viene desde Gdynia, en la costa báltica polaca. Pero es que encima, estos paisanos de Robert Lewandowski demuestran un más que efectivo manejo de los cánones de la psicodelia. Una especie de Man or Astro-man? pero algo más técnicos y reposados. ¿Puede ser? Pues sí.
25. Seasick Steve - “Sonic Soul Surfer”
Séptimo álbum de estudio para este bluesman californiano. Un maestro de la slide-guitar que, con sus más de setenta años, mantiene las facultades intactas y a sus riffs me remito. Álbum de blues arenoso que, si bien no supone ninguna revolución dentro del genero, suena de coña.
26. Alabama Shakes – Sound & Colour
Este “Sound & Colour” va mucho más allá de aquella fórmula vintage con la que Brittany Howard y sus chicos se presentaran ante nosotros hace ya tres años. Estamos ante un plástico más fiero, sexy e incluso más guarro que aquel “Boys & Girls”. Referencias evidentes al primer Prince, a las bandas sonoras de la blaxploitation y a la psicodelia, ¿alguien da más?
27. Diamond Rugs - “Cosmetics”
Incomprensible que este disco, el segundo del proyecto colaborativo capitaneado por John McCauley (Deer Tick) y en el que también se encuentran miembros de The Black Lips o Los Lobos, haya pasado tan desapercibido. Imperdonable en el caso de que seas fan de la banda de Providence. Más que nada porque “Cosmetics” suena a Deer Tick en su faceta más juerguista. Y es un buen disco. Incluso mejor que “Divine Providence” o “Negativity”.
28. Alberto Montero - “Arco Mediterráneo”
El regreso del trovador del Puerto de Sagunto ha sido todo lo feliz que cabía esperar. Lo ha hecho con esta entrega repleta de luminosidad y olor a mar. Un disco algo más tranquilo y delicado que aquel fantástico “Puerto Príncipe”, con el que mantiene en común los pasajes oníricos, incluso cinematográficos y el gusto por el etnicismo en las instrumentaciones.
29. Liturgy -“The Ark Work”
El tercer disco de la banda de Brooklyn demuestra que el Black Metal puede reinventarse. El cuarteto liderado por Hunt-Hendrix se aleja del estándar de género, incorporando elementos electrónicos y acercándose a patrones propios de la IDM. Un esfuerzo que es algo absolutamente novedoso -incluso revolucionario- dentro de un movimiento que, quizás, ha pecado de autocomplacencia.
30. Jim O'Rourke - “Simple Songs”
Ocho canciones que, contradiciendo el título del álbum, de simple tienen bien poco. Y es que destacan precisamente por la complejidad en los arreglos y el virtuosismo de esos músicos japoneses que acompañan al músico de Chicago en esta aventura. Un álbum emocional, con cierto deje de amargura, que nos retrotrae al Harry Nilsson barbudo y melenudo de comienzos de los setenta.
31. Will Johnson - “Swan City Vampires”
Will Johnson es Dios. Esta es su quinta entrega en solitario y es excelente como todas las anteriores. Algo que podemos hacer extensible a los álbumes con South San Gabriel, Centro-Matic, Overseas y a las colaboraciones con Jay Farrar, Jason Molina, Anders Parker o Yim Yames. Un disco crudo y honesto, pero sobretodo brillante. Y es que todo lo que toca Johnson se convierte en oro. El puto rey Midas de la americana.
32. The Minus 5 - “Dungeon Golds”
Scott McCaughey se rodeó de algunos de sus amigos para grabar a su aire y en su estudio casero -la mencionada mazmorra-, esta joyita deliciosamente pop, con ciertos toques de psicodelia y algo de rudeza garajera. Eso sí, nunca renunciando a ese clasicismo marca de la casa que, al final de la carrera, determina que el disco sea tan jodidamente bueno.
33. The Mountain Goats - “Beat the Champ”
La enésima entrega de la banda de John Darnielle propone un objetivo loable pero complicado: batir al campeón. Para ello se sirve de trece composiciones que dibujan esos paisajes sonoros tan reconocibles para cualquier seguidor de la banda de Claremont. La verdad es que no sé si han conseguido su objetivo, pero desde luego lo han intentado. Y yo he disfrutado con su esfuerzo, que al final es lo que importa.
34. Caspian - “Dust & Disquiet”
Desde la publicación de “Tertia” a finales de 2009, cualquier anuncio de nuevo material efectuado por Caspian, es acogido con enorme expectativa. Este año hemos tenido suerte y el quinteto de Massachusets nos ha obsequiado con una decena de composiciones que se retuercen en plena ascensión, para luego bajar abruptamente y así una vez tras otra. Furia y no precisamente silenciosa, pero también momentos de tranquilidad. Caspian en estado puro.

jueves, 24 de diciembre de 2015

La listaka 2015 - Parte II. Bueno, algo más habrá que desir...

35. José González – “Vestiges & Claws”
Lo último del artista sueco-argentino fue, posiblemente, el primer gran disco que se publicó en este 2015. Al menos en lo que a mi goce concierne. Y es que, desde la primera semana de febrero, vengo disfrutando de la cálida voz de González a través de estas diez canciones en las que se respira cierto aire meditativo. Historias pequeñas que encapsulan grandes ideas.
36. Iron and Wine & Ben Bridwell - “Sing into my Mouth”
Delicioso disco de covers al cargo de dos de las mejores voces -y barbas- del panorama musical actual. Por él desfilan temas originales de los Talking Heads, Bonnie Raitt, Ronnie Lane, John y JJ Cale, Sade, Pete Seeger, Marshall Tucker Band o Spiritualized. Siempre en clave raíces, lo cual funciona mejor en unas ocasiones que en otras. En todo caso, lo que nació como una mera curiosidad, acabó por transformarse en algo muy disfrutable.
37. Speedy Ortiz - “Foil Deer”
Es este un disco maltratado por parte de la crítica. Sin embargo, a un servidor, esa propuesta noventera repleta de medios tiempos, le pone los pelillos de punta. Y sí, quizás el álbum no se sostenga al mismo nivel de principio a fin, pero aunque solo fuera por sus guitarras serpenteantes y los complejos juegos de palabras creados por Sadie Dupuis, ya merecería la pena. El artefacto sigue evolucionando y cada vez suena mejor.
38. Wavves X Cloud Nothings - “No Life for Me”
Me costó entrar en esta peculiar propuesta colaborativa. Pero una vez dentro ya no pude salir. Y es que, al principio, no acababa de entender la indolencia que transmiten los señores Baldi y Williams. Lo gracioso es que, tras un par de escuchas, eso me pareció lo mejor del disco. Y sí, también es verdad que sigo prefiriendo a Cloud Nothings en solitario. También que prefiero a Wavves mostrando pachorra. Lo comido por lo servido.
39. Havalina - “Islas de Cemento”
Soy incapaz de valorar si este, el octavo disco en la trayectoria del trío madrileño, es lo mejor que han grabado hasta el momento. Si sé que es el primero con el cual han captado realmente mi atención. Un disco notable con cierta sensación de profundidad en el cual se respira la influencia de bandas tan dispares como The Cure, Sonic Youth, los Deftones e incluso aquellos mundos dibujados por el fallecido Gustavo Cerati.
40. Drenge - “Undertow”
Segundo lanzamiento al cargo de este prometedor dueto británico. Los hermanos Loveless mantienen su propuesta ruidosa, catalogada por algunos como post-grunge, para goce y disfrute de los adeptos al rock alternativo 2,0. Guitarras sucias y distorsiones a lo largo de once canciones en las que la fiereza aparece como el común denominador. Más Alice in Chains que Nirvana. También algo de los primeros Arctic Monkeys.
41. Courtney Barnett - “Sometimes I Sit and Think, and Sometimes I Just Sit”
A veces me siento y pienso, y a veces solamente me siento, es el simpático título del álbum de debut de esta indie-rocker australiana. Tras la enorme expectativa creada a raíz de sus EP's de presentación, la de Melbourne continúa poniendo en práctica esa particular manera de entender el rock, el pop y hasta el folk. Álbum repleto de garra e incomodidad post-adolescente que se disfruta con suma facilidad.
42. Eilen Jewell - “Sundown Over Ghost Town”
El nuevo álbum de esta legítima heredera de Loretta Lynn, se presenta tras un sugerente título que alude a su nueva residencia en Idaho. Su tierra natal, a la que regresó para convertirse en mamá. Lo que ha determinado que estemos ante un elepé de corte más intimista e introspectivo que los anteriores. Bonita colección de canciones en las que no cuesta envolverse, sobretodo gracias a la cálida voz de la rubia de Boise.
43. Nudozurdo - “Rojo es peligro”
Feliz regreso del tipo más carismático del pop-rock patrio. Más reposado de lo que cabría esperar, pero sin dar la espalda a las señas de identidad que han hecho de los madrileños lo que hoy día son. La presencia de sintetizadores denota una voluntad de renovación sonora envidiable. Y con ello introducen nuevos matices a una propuesta musical ya de por sí bastante rica. Una de las mejores surgidas de entre las entrañas de la piel de toro.
44. Peter Broderick - “Colours of the Night”
Pop cavernoso y elegante. Melodías perfectamente cuidadas y preciosas voces –la suya y la de su acompañante femenina-, además de una instrumentación impecable. El multi-instrumentista de Portland repasa toda la paleta de grises que conforman esa noche a la que consagra su último disco.
45. Two Gallants - “We Are Undone”
Quinto álbum de estudio publicado por este dueto de folk-rock multivitaminado proveniente de la bella San Francisco. Un disco en el cual nos encontramos con los habituales medios tiempos y esas murder ballads marca de la casa. Pero también, como novedad, cadencias poperas en algunos de los cortes que suenan de coña. Siguen generando mucho ruido. ¡Y a Dios gracias!
46. Will Haven - “Open the Mind to Disconfort”
El último elepé de Will Haven no da tregua ni medio segundo. Nada nuevo respecto a ese noise-metal arrollador con el que lograron fama y fortuna hace unos años. Aún así cabe situar esta nueva colección de berridos, en el top de los álbumes publicados hasta el momento por el sexteto de Sacramento. Desde luego es lo más brutal que se han sacado de la manga desde el mítico "WHVN" de 1999.
47. Daniel Norgren - “Alabursy”
Seis discos le ha costado a este compositor sueco ser reconocido fuera de su país. Diez pistas de corte minimalista, en las que su voz inestable, la guitarra acústica y sobretodo las atmósferas son los protagonistas. Canciones tristes que nos hablan de la enfermedad, de la muerte y de la soledad. Poco alentador, lo sé, pero delicioso.
48. Calexico - “Edge of the Sun”
La última gran obra de la banda de Joey Burns y John Convertino es otra oda al multiculturalismo. Se han ido de tournée por México para ofrecernos una fusión tex-mex más evidente que en discos anteriores. Menos americana y más ritmos latinos. Incluso africanos. Y con un plantel de colaboradores de postín: Neko Case, Ben Bridwell, Sam Beam, Carla Morrison, Gaby Moreno y otra vez Amparanoia.
49. Colleen Green - “I Want to Grow Up”
Recién entrada en la treintena, esta californiana clama por crecer -aka madurar-. Me parece bien, mientras siga demostrando que tiene un don para escribir y hacer buena aquella máxima ramoniana en virtud de la cual no hacen falta más que un par de acordes para componer canciones perfectas. Un disco muy energético y poco pretencioso que, pese a insistir en los mensajes negativos, resulta bastante divertido.
50. Camerado – s/t
Supergrupo pergeñado por el co-fundador del sello Undertow, Mr. Mark Ray. Se ha servido de sus “asalariados” Matt Pence (Centro-matic), John Askew (The Dodos, Richmond Fontaine) o Steve Rauner (Nadine, The Longest Days) para grabar estos once cortes que revelan su amor por los primeros discos de la ELO, Badfinger o Pink Floyd. Todo con una peculiar sensibilidad cercana a la del lo-fi noventero.
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