viernes, 16 de septiembre de 2016

Vasquez, nieto de Vasco e hijo de la fiesta

Pues no sé como enfocar esta crónica exprés de lo anoche acontecido en El Loco. Y es que se presentaba, por primera vez en España que yo sepa, el amigo Matthew Logan Vasquez. Alma máter de los Delta Spirit. El más apocado de aquellos tres medio hermanos responsables de uno de los mejores discos del 2011: "Middle Brother". Venía acompañado por un bajista y un bataca para, supuestamente, presentar los diez cortes que componen su álbum de debut en solitario, el estimable "Solicitor Returns". Continuista de aquel "Austin - EP" publicado tan solo unos meses antes. Un buen disco de folk-rock, ideado, diseñado y ejecutado al noventa y nueve por ciento por este prolífico músico tejano. Rico en influencias que van desde el distintivo trabajo de guitarras de unos Crazy Horse, el country rock escuela Gram Parsons -con o sin los Flying Burrito Brothers-, o el espíritu de esos Deer Tick más juerguistas, con el (midel)broda' John McCauley al frente. Amén de la inclusión de cadencias psicodélicas y, lo que es más sorprendente, cierta deriva grungera en varios de los cortes.

Dicho así la cosa no pinta nada mal, ¿verdad? El problema viene cuando el trío calavera se pasa por el forro el repertorio esperado y, en apenas una hora de concierto, se dedica a insertar covers y reinterpretaciones casi metaleras, que en ocasiones parecían autenticas improvisaciones surgidas de la ingesta masiva de alcohol. Y aún así no estuvo mal del todo. El tipo tiene actitud y lo dejó patente anoche. Además la banda sonó como un trueno. De hecho demasiado a trueno. Y es que el estruendo fue la tónica dominante y quizás salvo cuando sonó "Maria", el bolo anduvo escaso de matices. Esos que tan bien le sientan a las canciones enlatadas por Vasquez. Por otra parte la revisión de esa suerte de himno rockero titulado "Everything I do is out", en versión alargada y con incrustaciones del "Negative Creep" de Nirvana -entre otras- moló bastante. La versión de alguno de los clásicos de Middle Brother también, pero me pareció obvia y por lo tanto innecesaria.

Al final salgo con la impresión de que los tíos han cruzado el charco con la única finalidad de beberse hasta el agua de los floreros y pasarlo teta. Y está bien que así sea, pero un poco de "disciplina" sobre el tablao -una mijita siquiera- no les iría nada mal. Pueden y deben dar más de sí. Eso y presumir de disco. Yo al menos lo eché bastante en falta. 
 

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