miércoles, 18 de octubre de 2017

Maudit Allende

Me ha gustado bastante este cómic en torno a la figura de Allende –y la de Pinochet-, escrita por un francés e ilustrada por un argentino. El francés es Olivier Bras y fue corresponsal para medios francófonos en Chile, además de colaborar con Juan Guzmán en el libro “En el borde del mundo - Memorias del juez que procesó a Pinochet”. De ahí que tire de su experiencia personal en el país transandino para montar una historieta que bien podría ser real. La de un chaval nacido en Chile pero criado en el extranjero, a dónde emigró junto a su familia a comienzos de los años setenta. Hijo de pinochetistas, recibe una imagen de Allende que poco o nada tiene que ver con la realidad. Años más tarde y gracias a una relación sentimental, acaba viajando a su país natal donde descubre una visión de la historia completamente diferente a la que le contaron. En paralelo a este descubrimiento, asistimos al auge y caída del recordado presidente chileno y a la traición del golpista militar porteño.
 

Más allá de la trama, la parte gráfica al cargo de Jorge González es muy interesante. Combina carboncillos, pasteles y lápices con técnicas cercanas al collage, dotando de una personalidad propia a cada viñeta del álbum. Muy chulo todo.

lunes, 16 de octubre de 2017

El refugio de los canallas

El fader me regaló este libro por el día de mi cumpleaños. Al parecer lo recomendaron en la sección cultural del programa radiofónico líder de las mañanas del fin de semana. He de reconocer que me sorprendió, ya que suelo escuchar ese programa y me fío de lo que allí dicen. Sin embargo no me sonaba haber oído a Pino & Co hablar sobre la novelita de marras y de ahí el escepticismo con el que me introduje en su lectura. Bueno, para ser justos, probablemente se debiera a la saturación de gestos y símbolos que durante estos días dan la razón al Dr. Samuel Johnson en su archirepetida reflexión sobre el patriotismo que sirve de título a esta novela. El caso es que al final, me ha dejado un muy buen sabor de boca.

He leído por ahí que “El refugio de los canallas” es la novela de madurez del escritor, guionista y columnista Juan Bas. También que remite parcialmente a “Patria” de Fernando Aramburu. El problema es que no me he leído el que fuera el hit literario del pasado 2016. Eso y que antes de zambullirme en esta obra, desconocía de la existencia de su autor, así que no puedo valorar lo de la madurez. Bien es cierto que el bilbaíno tiene ya unos cuantos libros publicados. Entre ellos el que fuera Premio Euskadi de Literatura 2007 , “Voracidad”,  o un sugerente  “Tratado sobre la resaca” que trataré de agenciarme. Pero lo dicho, hasta ahora ni idea de este buen hombre.

Pero vamos a la mandanga.

La novela en cuestión va de terrorismo, sí. Y de banderas, también. El autor se basa tanto en historias que ocurrieron durante aquellos años del plomo -como el secuestro de J. A. Ortega Lara, el macabro asesinato de Ramón Baglietto, el caso Lasa- Zabala y otras operaciones de los GAL...-, como en personajes fácilmente reconocibles para quienes asistimos a la barbarie televisada del terrorismo. Juan Bas construye con ello una estructura compleja en la forma, a partir de saltos en el tiempo, pero bastante ágil y muy fácil de seguir. Concatena breves capítulos, siempre encabezados por el año en el que transcurre la acción –entre 1946 y 2015-, para que así nos ubiquemos y podamos situar cada momento.

Con esta fórmula conocemos las tragedias sufridas por un amplio abanico de personajes tocados directa o indirectamente por el terrorismo. Del mosaico destaca la historia protagonizada por “La Pantera”. Guapa y sanguinaria terrorista que evoca muy mucho a la figura de Idoia López Riaño aka “La Tigresa”. También la miseria vital de la madre del etarra Mairu, una fanática que con su odio acabará destruyendo a todos aquellos a quienes supuestamente quiere. Y como no la trama que recrea los orígenes del GAL y en paralelo el auge y caída de sus principales actores, con una mención muy especial para los últimos días en la indigencia del comisario Arnedo. 

Como he dicho al comienzo, la novela es bastante chula. Te mantiene en vilo hasta el final y no se hace pajas mentales en un tema tan delicado como el que trata. Y se agradece.

lunes, 2 de octubre de 2017

La "Música de mierda" no mola...

Parece obvio, ¿no? Y es que, como dice su autor, el periodista musical Carl Wilson, "200 millones de discos después Céline Dion sigue sin gustarle a nadie". Y a Dios gracias añadiría yo, aún sabiendo que no es cierto. Porque eso de que nadie aprecia los gorgoritos de la estomagante chillona de Charlemagne, es una mentira como un piano de cola. Vendría a ser como aquella leyenda que reza que nadie vota al PP en el entorno de uno. O como aquello otro de las meigas, que haberlas haylas. ¡Putos expedientes X!

Se supone que "Música de mierda” va sobre Céline Dion y el gusto. O mejor dicho el mal gusto. Y de la mierda de música que nos gusta y hasta tarareamos en público para vergüenza de los presentes. También pretende explicar algo acerca del esnobismo cultural. Y de la pugna cultura popular vs cultura de masas. Y otras muchas muchas cosas. Para eso Wilson tira de Paul Valéry, Whitman, Hume, Kant o Bourdieu. Pero ... Ni por esas. El ensayo, como dice su título en español, es una piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii. Quizás no un ñordo catedralicio, pero desde luego dista mucho de ser la joyita literaria que han tratado de vendernos. Aparte de que en algunos aspectos está absolutamente desfasado. Ofreciendo escasas conclusiones y yéndose por los cerros de Úbeda con una pasmosidad que asusta.  

O sea, que sí, que el gusto de gran parte de los mortales es pésimo. Que incluso los que presumimos de buen gusto musical aceptamos de buen grado nuestras dosis de mierdecilla en forma de vicios inconfesables, o reivindicados hasta con pose torera. Que el pop crea-diabéticos que se gasta la Dion es indefendible y sus power-ballads producen vergüenza ajena se pongan como se pongan sus fans alrededor del mundo. Que la humanidad, como tal, está sobrevalorada desde el affaire de Adán con la manzana y solo eso explica que gente como Céline sean referentes musicales para millones. Y también que está muy mal mirar por encima del hombro a otra persona por sus preferencias. Aunque tampoco esperarás que te feliciten si te pasas el día cantando el horror ese de “Titanic”. Vamos que sí… Pero para contar todo eso no hacía falta este ensayo con pretensiones literarias.


Pues eso.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...