Los millonesDespués de acogerme a la ley del mínimo esfuerzo ( penitenciacite), me despido insistiendo en lo mismo que el señor Amat: ¿a qué esperan para leerse este libro? Búsquenlo, cómprenlo y léanlo, no se arrepentirán.
Santiago LorenzoLibros Mondo Brutto205 págs.¿Los millones? Su reino no es de este mundo. ¿De qué reino hablamos? De uno que sobrevive perdido, aislado, olvidado, una meseta 80’s que –contra todo pronóstico- vuelve a nosotros en pleno 2011, acarreando algo de paz para combatir el desasosiego y la presente banalidad de base. Pero no me entiendan mal: Los millones no es un libro ochentas; simplemente está ambientado allí. En 1986, para ser exactos. Esta sensacional novela, por añadidura, ostenta la más escueta y a la vez descriptiva nota de contraportada que hemos visto jamás: “Marzo de 1986. A uno del GRAPO le tocan doscientos millones de pesetas en la Lotería Primitiva. No puede cobrar el premio porque no tiene DNI”. Pero esta (por otra parte) fabulosa reducción de trama podría llevarles a engaño, porque Los millones dista mucho de ser una noveleta-con-guiño, una broma pulp con aroma cañí, por mucho que transcurra en el Madrid de mediados de los ochenta y por mucho que su protagonista sea “terrorista”. He aquí una novela que podría ser descrita como “analógica”, de la forma en que Thomas Pynchon se refirió alStone Junction de Jim Dodge. Un libro que, tanto por su celebración de las cosas que ya no existen, por su inherente panegírico a ese mundo (a ese Madrid) en vías de desaparecer, como por su lenguaje deliberadamente anacrónico, como por su rechazo a truquitos metaliterarios o fragmentación posmo, podría ser de cualquier época, perenne, inmutable. Noventayochista, si me permiten exagerar. Esta es, entonces, una novela pre-tecnológica, pre-globalización, escrita por alguien que aún está enamorado de Salgari, Verne, Chesterton, el Valle-Inclán de Luces de bohemia y Conan Doyle, ajeno a los dimes y diretes del mundo editorial, sus modas y bagatelas, sus pisaverdes y sus pelmazos. Una novela casi de aventuras, solo que en lugar de suceder la acción en un altiplano perdido de la Amazonia o en un bajel pirata que sortea el Cabo de Hornos (o en un café de 1924), su adictiva trama se nos presenta en un maravilloso Madrid 1986 preservado para nosotros con el amor y el cuidado de un veterano entomólogo.La trama detectivesco-conspirativa de Los millones, como habrán imaginado, es solo un pequeño encanto de los muchos que pasea por ahí esta remarcable obra. Uno pasa las páginas con furia, enfrentado a un misteriete que tiene tanto de El hombre que fue jueves como de The Ipcress file. Pero lo que deja más poso, lo que le rompe a uno el corazón, es su maravillosa oda a un mundo que parecía eterno, y resultó no serlo. En ese sentido, Los millones es una obra nostálgica, de la forma menos imbécil, menos barata y menos estéril posible: una novela que celebra la sociedad, comunidad y forma de vida de 1986, un universo que aún era remarcablemente parecido al de 1886, un medio ambiente que creíamos destinado a la eternidad, y que hacia mitades de los 90 nos arrancaron de debajo de los pies sin avisar ni pedir permiso. Piensen en el reciente “My town” de The Wild Swans, o el “Losing Haringay” de The Clientele, o la penúltima novela de Jonathan Coe, y entenderán el sentimiento subyacente aquí; incurable pesadumbre por lo que ya no existe.Los millones, por tanto (sin caer jamás en la sensiblería Reader’s Digest, o el afectado kitsch gilipollas del que luce una camiseta de Naranjito), le canta a Radio Ochenta Serie Oro, a la cazalla y los botellines, a las chupas de “termoforro”, a la prensa deportiva, los Bonys y el mundo social pre-Facebook, pre-móviles, pre-subnormalidad. En ese sentido, como obra que aplaude a un planeta 80’s tan seguro de su permanencia como inquieto por el futuro, la novela es insuperable. Es irónico, asimismo, que el responsable de describir esa sociedad sea, precisamente, un protagonista forzado a la marginación y a la asocialidad, pero tal vez sea su estática soledad la que realza la vida de una ciudad que vivía en la calle; o, más concretamente, en los bares de ésta. Y es que Los millones es también un canto al bar, a sus costumbres, hábitos, clichés y particularidades, a sus leyes y su aspecto, tanto interior como exterior. Desde luego, solo alguien que haya pasado media vida en bares y bodegas (ver lista de julio-agosto) puede ser capaz de plasmar con semejante meticulosidad molecular el maremoto de detalles y referencias que pueblan la prosa del libro. Como el propio autor reconoce al final, “todas las localizaciones de la novela son reales, y funcionaban como tales en 1986”. Ni que lo jures, Lorenzo.No obstante, debemos insistir, esta no es una novela vivencial. Su propósito final es ese entretenimiento de vieja escuela, Jardielesco y Mihurista, que los cráneos previlegiados de la literatura actual rehúsan tocar, y que tan en falta se echa en las librerías de hoy. Y a la vez, esas aventuras son la excusa para hablar con grandioso pathos de la soledad y la supervivencia, de lo dañina que es la carestía amical, del hueco en el alma que horada la falta de seres a quien amar, y a la vez a las posibilidades redentoras del amor romántico, del compadreo eterno, del encuentro de la media naranja. Por si esto fuese poco, casi inadvertidamente, Santiago Lorenzo erige simultáneamente un manual para el ahorro, un decálogo para arreglárselas con pocas perras, que apreciaran todos los manirrotos patológicos y dados al dislate pecuniario.Como todo debe encajar, quizás sepan ya que Santiago Lorenzo es además artista pre-tecnológico (no se pierdan sus esculturas-híbrido de modelismo amueblante), cineasta (suyas son Mamá es boba y Un buen día lo tiene cualquiera, además de varios cortometrajes premiados aquí y allá), señor con cola de caballo y amante fatal de una buena barra de bar. Es decir: un humano al que desearíamos conocer, abrazar, sepultar en lisonjas, abrumar mediante brindis de repetición y, ya juntos y ebrios, maldecir la dictatorial intangibilidad y estulticia de estos tiempos nuevos, nada salvajes. Compren su libro, por favor.Kiko Amat
domingo, 29 de septiembre de 2013
Los millones
Pongamos qué un miembro de los GRAPO, de una pírrica célula durmiente instalada en un suburbio de Madrid y que está compuesta única y exclusivamente por su mismidad, es agraciado con el premio gordo de la Lotería Primitiva. Pongamos que al terrorista, en su innoble condición, le resulta difícil cobrar un premio para lo cual habría de identificarse y abandonar el anonimato y la marginalidad. Pues bien, eso es "Los millones", deliciosa novelita del polifacético artista y artesano vasco Santiago Lorenzo. Bueno eso y mucho más tal como apunta Kiko Amat en esta magnífica entrada en su web que suscribo de Pé a Pá:
jueves, 26 de septiembre de 2013
Hellsingland Underground en El Loco, que no es poco
A ver como empiezo...
...pues se suponía que esta crónica, junto a la de JetBone, tenía que salir mañana viernes. Dado que la espalda no me está dando tregua y lastimosamente no voy a poder asistir al concierto de esta noche, ahí van mis apuntes sobre lo sucedido el pasado jueves en la sala El Loco con los Hellsingland Underground como protagonistas.
No sé si por el boca a boca, por una buena labor de promoción, porque al valenciano le pone lo sueco o simplemente porque allí todo pichichi había entrado por la patilla, pero la sala presentaba un aspecto reconfortante. Y es que si comparamos la cantidad de público allí congregado con la escasa afluencia de otros conciertos celebrados recientemente en esa misma sala, los organizadores ya se pueden dar con un canto en los dientes. La gente vino a disfrutar del rock sureño de unos Hellsingland Underground que visitaban nuestra ciudad en el marco de una extensa gira que incluía nueve actuaciones en otras tantas ciudades dentro del territorio español. Llegaban presentando su último disco “Evil will prevail”, publicado el pasado 2012 y considerado por la crítica especializada como lo mejor que estos suecos han grabado hasta el momento. Y hasta puede que sea así -no he escuchado lo suficiente su primer álbum como para pronunciarme- pero desde luego, de lo que sí estoy seguro es de que con este disco Hellsingland Underground han alcanzado una identidad propia que no era fácil de advertir en los cortes del “Madness & Grace” (2010) ni en los de su álbum homónimo de debut (2008). Obviamente el sonido del sexteto de Ljusdal sigue rindiendo tributo a gentes como los Allman Brothers o Lynird Skynird, si bien ahora incorpora algún que otro arreglo, elemento guitarrero y por encima de todo unas letras tirando a oscurillas que los alejan, aunque sea mínimamente, de los maestros del southern rock. Respecto a esto último decir que me resulta muy curioso. O sea, que uno esperaría que unos chicos provenientes de una ciudad al norte de Estocolmo se asemejaran más a los héroes del hard rock y el stoner que tanto gustan por aquellos pagos. Pero no, Charlie Granberg es más Gregg Allman que Nicke Andersson, si bien, el espíritu de unos Hellacopters más sincopados también está presente en Hellsingland Underground, como quedó patente en el directo.
En fin, deciros que el concierto estuvo la mar de bien, porque su disco es un buen disco de rock y porque ellos, con su vocalista a la cabeza, pero también con un pedazo de teclista llamado Henning Winnberg que hizo las delicias de los asistentes, son muy buenos músicos. Mención aparte merecen ese maravilloso dúo de guitarristas compuesto por Mats Olsson (na' que ver con el mítico balonmanista del Teka Cantabria y la selección sueca) y Peter Henriksson. Unos tipos que hacia el final del show destaparon el tarrito de las esencias y nos dieron una master class que al parecer venía incluida en el precio de la entrada. La verdad es que estos grupos nórdicos son la polla. No suelen inventar la pólvora pero siempre tienen un nivel acojonante. Envidia sana visto (y oído) lo que hay por aquí. Y eso es todo amigos...
...bueno, eso y que me jode perderme a los JetBone esta noche. Y es que como dirían estos tipos: “el mal -de espalda en mi caso- siempre prevalecerá”.
...bueno, eso y que me jode perderme a los JetBone esta noche. Y es que como dirían estos tipos: “el mal -de espalda en mi caso- siempre prevalecerá”.
martes, 24 de septiembre de 2013
Una historia conmovedora, asombrosa y genial
Con
este libro, el primero de una prometedora trayectoria literaria, Dave
Eggers sedujo a crítica y público hasta el punto que The Times lo
incluyese en su lista de libros más importantes de la década. Y es
que “Una historia conmovedora, asombrosa y genial” es un libro
especial, las memorias noveladas del joven Eggers quien, tras la
muerte de sus padres ha de responsabilizarse de su hermano de ocho
años. Inmediatamente decidirá romper con el pasado, vendiendo
la
casa familiar en
las inmediaciones de Chicago y emprendiendo
un viaje con
su hermano que los habrá de llevar hasta la maravillosa San Francisco.
El
libro comienza muy bien, de hecho esa primera parte en la que nos
cuenta los últimos días de vida de sus padres, es fantástica. Sin
caer en lo melodramático, Eggers consigue que sigamos con interés y
con alguna sonrisa unos momentos que, sin ningún género de dudas,
debieron ser terribles. Pero
después decae. Y lo hace principalmente porque lo que se
nos cuenta ya no es tan interesante. Un canto a la juventud y a las ganas de
vivir, es cierto, pero que no emociona tanto como me habían dicho. Todo ello empeora por culpa de un
estilo
narrativo que
abusa de los juegos literarios, además
de, porque no decirlo, aproximarse
a la pedantería en no pocas ocasiones. Lo cual no quita que haya pasajes brillantes y que
apreciemos en la prosa del joven Eggers muchos de los elementos que más adelante le convertirán en un escritor genial. En este sentido es
interesante ver como ignora cualquier tipo de barrera narrativa y creativa, introduciendo
un
prólogo enorme con
avisos a lo Cortázar (por aquello de “el lector puede leer sólo
los capítulos imprescindibles y no hace falta que lea los
prescindibles),
digresiones continuas, y cualquier experimento que se le ocurra
siempre que le sirva para su propósito.
lunes, 16 de septiembre de 2013
La sombra de Fakescovedo es alargada...
Sábado
noche con cena baratilla en la mítica bodeguita de El Cedro, después
concierto de Javier Escovedo sin los Zeros en la sala Wah
Wah y todo ello en inmejorable compañía. Buen plan. Encima
marcó Bale, pero solo le valió al Real para empatar un partido que,
según cuentan las crónicas, mereció perder. Aunque bueno, eso ya
es otra historia. De hecho no es ni historia. Joer, sí, lo he
puesto para rellenar.
Realscovedo mola... |
Pues
sí amiguetes, Javier es el hermanísimo del gran Alejandro Escovedo,
con quien llegaría a compartir banda en aquellos True Believers con
los que Javier continuaría su trayectoria dentro del punk
californiano. Un camino que finalizaría tras la separación de
Chariot porque lo que vino después ya no tenía nada que ver con lo de antes y es que
muerto el punk se acabó la rabia... ¡¡¡que noooooo!!! Pero vino
el power-pop, eso sí.
Tampoco es una evolución carente de lógica, al
fin y al cabo no hay tanta
distancia entre los Ramones y Cheap Trick, ¿o sí? Bueno y yo que
sé... A lo que iba, que ya han pasado muchos años desde que un Javier adolescente, junto a Elvez y algún otro más, comenzara a aporrear los
instrumentos en Chula Vista (gran nombre el de este pueblo). Un tiempo que le ha
dado para madurar y en ese proceso incorporar nuevas influencias
suavizando su agría propuesta inicial. Y así es como surgió el “City
Lights”, álbum en solitario de Javier que viene a ser un compendio
de pop-rock energético en el cual aún se siente algo del
espíritu punk de The Zeros, pero donde la carga melódica
adquiere mucha más fuerza.
jueves, 12 de septiembre de 2013
Bron/Broen/The Bridge/El Puente
...y mientras paladeo la última joyita que nos ha regalado ese señor tan
sueco él, a pesar de ser moreno y apellidarse González, que anda
detrás de Junip, yo sigo a lo mío y a vueltas con la ficción
escandinava de la que tan bien os hablé hace escasamente un mes.
Le toca el turno a “Bron/Broen”, que viene a traducirse como “el puente” en sueco y en danés (y es que son buenos vecinos hasta para esto). Pues bien, estamos ante una interesante co-producción de diez episodios, si bien, según he podido leer en algunos foros, se anuncia una segunda temporada con otros tantos. Bebiendo de las mismas fuentes de las que se nutría “Forbrydelsen” y con un patrón bastante similar, la primera temporada de “Bron/Broen” se concentra en una única investigación policial que habrá de llevar a dos detectives, uno danés y la otra sueca, hasta resolver un complejo crimen acaecido en la frontera entre ambos países. En concreto todo se inicia en medio del puente Oresund. Sí amigos viajeros, hablamos de ese puentarraco de ocho kilómetros que comunica la capital danesa, Copenhague, con la ciudad sueca de Malmö. Allí se encontrarán Saga Noren, una atractiva detective sueca con síndrome de Asperger y Martin Rohde, orondo y bonachón policía danés de risa inolvidable que, a modo de curiosidad, está interpretado por alguien que os resultará bastante familiar si sois fans de la trilogía “Pusher” de Nicolas Winding Refn.
Le toca el turno a “Bron/Broen”, que viene a traducirse como “el puente” en sueco y en danés (y es que son buenos vecinos hasta para esto). Pues bien, estamos ante una interesante co-producción de diez episodios, si bien, según he podido leer en algunos foros, se anuncia una segunda temporada con otros tantos. Bebiendo de las mismas fuentes de las que se nutría “Forbrydelsen” y con un patrón bastante similar, la primera temporada de “Bron/Broen” se concentra en una única investigación policial que habrá de llevar a dos detectives, uno danés y la otra sueca, hasta resolver un complejo crimen acaecido en la frontera entre ambos países. En concreto todo se inicia en medio del puente Oresund. Sí amigos viajeros, hablamos de ese puentarraco de ocho kilómetros que comunica la capital danesa, Copenhague, con la ciudad sueca de Malmö. Allí se encontrarán Saga Noren, una atractiva detective sueca con síndrome de Asperger y Martin Rohde, orondo y bonachón policía danés de risa inolvidable que, a modo de curiosidad, está interpretado por alguien que os resultará bastante familiar si sois fans de la trilogía “Pusher” de Nicolas Winding Refn.
Siguiendo
la mejor tradición de la novela negra escandinava, la de Mankell o
Indridasson que no la de los Larsson, la investigación y las vidas
de los protagonistas se irán enredando conforme avancemos en la
trama. Aparecerán nuevos crímenes y conexiones que nos harán dudar
de todo lo que anteriormente dimos por sentando. Encima las
implicaciones irán alcanzando a todos los estamentos de la sociedad
y como buenos escandinavos, lo hará sin dejar de lado las cuestiones
de tipo social. En paralelo a todo ello iremos descubriendo el lado
más íntimo de nuestros protagonistas, Martin y Saga. Eso sí, tengo que decir que el
personaje femenino, siendo bueno, no llega a emocionarme tanto como
la enorme Sarah Lund de "Forbrydelsen".
En definitiva estamos ante otra gran serie surgida del frío. Producto de
gran calidad que es perfectamente exportable a todo el mundo, como de
hecho así ha sido, excepción hecha de los EEUU. Y es que, como bien
sabréis, los gringos sufren aversión por la cosa de los subtítulos.
De ahí que hayan rodado un libérrimo remake titulado
“The Bridge”, que sitúa la acción
en la frontera entre México
y los USA. Creo que la están
dando en La Sexta.
¡Na´que rascar ahí!
Y
ya termino. Con lo mismo que empecé, Junip y su nuevo disco homónimo. ¡Joer que bueno es! En serio, que son varios meses
intentando hacer ver que este álbum me gusta mucho menos de lo que
realmente me gusta. ¡Qué coño me gusta! ¡¡¡Me encanta!!!
Quién te ha visto y quién te ve y sombra de lo que eras Suloki...
¡Viva José González y la madre que lo parió! Tack.
miércoles, 11 de septiembre de 2013
11-S (una reflexión)
Los
cojones me voy a meter yo en este berenjenal...
Pero
ya que he captado vuestra atención aprovecho para introducir un par
de reflexiones que
me asaltaron, o más bien se introdujeron into
my enormous chola, tras
el partidito de fútbol de ayer noche. A ver chavalotes, como sé que
sois de los que se dejan llevar por ese placer menor, a todas luces
indigno para gentes de vasto intelecto como vosotros, ya
os
habréis
percatado
del asunto que nos ocupa: el de "la intención" futbolera. Temita
recurrente dentro del microcosmos
casposo del periodismo deportivo patrio
capaz de elevar
a
la sacrosanta “intención”
del mago, del playmaker
y hasta del tuercebotas de turno, al nivel de valor
supremo.
Pongamos por caso que en
un partido de la selección
Xavi
lanza un pase en profundidad a Soldado,
pero el pase sale por la banda porque el
fino mediocampista catalán
no ha visto que mi
paisano
rompía a
correr en la otra
dirección.
Pues bien, al
comentarista de turno le
faltará tiempo para alabar
“la intención” con
la que Xavi Hernández
ha
dado el pase.
Ni
se le ocurrirá plantearse que Xavi se
haya
podido
equivocar,
que
haya
golpeado
la pelota con la
uña o
que al tipo
se
le haya cruzado el cable y pegase un
balonazo contra el público. Da
lo mismo.
Ha
tenido intención y "la intención" en este mundillo es algo sumamente
positivo.
De
hecho es lo único que siempre es positivo (nuuunca negatiffo!!!). Lo
que
me inquieta
es que al Manolo
Lama o al Kiko
Narvaez
de
turno no se
le
haya pasado por la cabeza que eso de
la intención es una
milonga. Vamos, que "la intención", como el valor en la antigua mili,
se presupone. El tipo hace el pase con la intención de que llegue a
buen puerto, lógico,
como el
delantero chuta con la intención de marcar o
el
defensa se lanza al corte con la intención de deshacer la jugada de
ataque del oponente o
el portero se lanza al suelo con la intención de atajar la pelota.
La intención del
futbolista es algo que va
en el sueldo, como la intención del panadero en
hacer un pan o
la del fontanero en
arreglar
las cañerías. Pero si lo hacen mal pues no hay intención que
valga. Joder, no me veo yo con el piso inundado y exculpando al
jodido fontanero que vino a revisar las bajantes por su "intención" reparatoria, ¿capish?
En fin coleguis, que la cosa está bien malita.
Eso y que disfruten mucho del 11-S los amigos catalanes... y por supuesto también los amigos chilenos...
Eso y que disfruten mucho del 11-S los amigos catalanes... y por supuesto también los amigos chilenos...
viernes, 6 de septiembre de 2013
Un regreso a los 90's de la mano de Built to Spill
Venidos
desde algún recóndito lugar de la América más profunda y en
plenos años noventa, se colaron en el dial unos chicos que
respondían al nombre de Built to Spill. Unos tipos cuya música se
caracterizaba por el uso de melodías construidas a base de
guitarrazos, bases y ramalazos post, pero
sobretodo por la peculiarísima voz de su front-man, Mr. Doug
Martsch. Ofrecían un producto con poco de novedoso y mucho de
ecléctico, bien es cierto, aunque lo mismo podría decirse de
Pavement, Sebadoh, Dinosaur Jr o Superchunk, bandas con las que, de
alguna manera, se podría entroncar el sonido de este cuarteto de
Idaho. Sobra decir que todas ellas están incluidas dentro de ese
pelotón indie norteamericano que tanto nos impactó a los
desgreñados y losers de instituto público de principios de
los noventa.
Reconozco
que mi relación actual con Built to Spill es casi de reverencia
icónica. O sea, que antaño rallé sus discos de tanto escucharlos y hoy día como que no, pero aún así les profeso un respeto
ilimitado. Tampoco quiero decir con ello que ya no me gusten, más
bien al contrario, pero es que apenas les escucho. Es más, ¡no soy capaz de
recordar la última vez que puse a rodar el “Keep it like a
secret”! Y tiene delito porque hablamos de un auténtico discazo en el que se incluyen joyitas como
“Carry the zero”, “Else” o la maravillosa “Center of the
Universe” (lo más parecido a un hit single que nunca vayan
a tener estos tíos). Mi distanciamiento queda patente cuando me entero en pleno concierto de que están a punto de sacar nuevo disco. ¡No tenía ni puta idea! El octavo ya y quieren que salga antes de que finalice el año. Lo escucharemos.
El
caso es que por todo lo que os he explicado y también por el miedo a
perderme una actuación que podría constituir la última oportunidad
de un servidor para disfrutar de uno de sus referentes musicales,
pagué la mordida de rigor y me acerqué hasta la sala Wah Wah. Y eso
es exactamente lo que hice, disfrutar como un enano. Pasarlo bien. Tararear, canturrear y hasta hacer wachi wachi cual fan
quinceañero del enésimo producto surgido de la factoría OT. Incluso logré sobreponerme a las hordas venidas desde Mónguerland que, apostadas en las primeras filas como hacen siempre, se pasaron todo el puto show hablando, fotografiándose en posiciones absurdas y
haciendo todo tipo de monadas irrespetuosas para con los allí
presentes (incluidos los músicos, obviamente). Dio lo mismo. El
largo y guitarrero concierto me satisfizo como hacía tiempo no me
pasaba. Que bueno que vinieron y que bueno que yo fuera a verles.
jueves, 5 de septiembre de 2013
miércoles, 4 de septiembre de 2013
martes, 3 de septiembre de 2013
Ya es otoño en H&M
Y
cuando parecía que ya habíamos tocado fondo, aparace questa
cosa. Y es que la cadena sueca de tiendas de ropa ha
decidido jugárselo todo a una carta: ¡Que los hipsters de
este país decidan procrear! ¡¡¡Lo que nos faltaba!!! ¿Para cuando un H&M
Kids en Ruzafa? Pos eso.
Visto
a través de El hematocrítico.
lunes, 2 de septiembre de 2013
Siempre quise ir a Ele A...
Sobre
estas líneas el cartel de la decimonovena edición del Festival
Rock Alaquàs -el Fra para los amigos- que se celebró el
pasado sábado noche en el Parc de la Sequieta de esta población de
l'Horta Oest. Un evento gratuito que llegaría a ser
glorioso cuando, no hace tanto tiempo, contaba con un cartel
integrado por ilustres nombres del panorama musical nacional e internacional como Mogwai,
Black Rebel Motorcycle Club, John Spencer Blues Explosion, Nada Surf,
Teenage FanClub, The Charlatans, The Sounds, Yo la Tengo, Los
Planetas, the (International) Noise Conspirancy, Ash, Super Furry
Animals, Chucho, Mercury Rev, Heavy Trash, Gigolo Aunts, the Muffs,
Hefner, Mäximo Park, Asian Dub Fundation, la Buena Vida, the Posies,
Raveonettes, Black Lips... Pero eso fue antes de la crisis económica,
la subida del IVA “cultural”, los recortes en las
administraciones públicas... en fin, ya sabéis, cuando en este país
se ataban los perros con longanizas. En este sentido no hay nada que
oponer al comportamiento de un Ayuntamiento de Alacuás que, no
estando dispuesto a dejar morir uno de los festivales más longevos
del panorama patrio, ni queriendo renunciar a la gratuidad del mismo
como su signo distintivo, se ha partido los cuernos en montar un cartel
decente que no hipotecara los maltrechos presupuestos públicos. El
resultado es este cartel, bastante discreto según yo lo veo, pero
más que decente dados los condicionantes expuestos.
Por
apoyar todo ese esfuerzo y valorizar un gesto que no debería caer en
saco roto, seguimos la vieja aspiración de un joven Loquillo -el del “Cadillac Solitario”- y nos fuimos a ver L.A. y dejamos por un
día -o más bien por una noche- esta ciudad. Vale que Alacuás está en el área metropolitana de Valencia, açí al costaet...
Porque los cabezas de cartel eran los mallorquines L.A., que
arribaban hasta esta tierra de luz, flores, amor y corrupción tras
triunfar en el pasado S.O.S. 4,8. Venían presentando las
canciones de “Dualize”, su último y mejor álbum según cuentan
las crónicas. Pero es que ni con eso les da. O sea, que son unos
tipos cancheros que no suenan mal del todo. Y la voz del cantante es
chula y su inglés, a diferencia del de la mayoría de bandas patrias
que utilizan la lengua de Shakespeare, no da vergüenza ajena... pero
paremos de contar. Y es que practican una suerte de folk americano
-a la balear- que suena a cosas mil veces oídas y que encima
aderezan en su directo con unos ecos noventeros que afean el
conjunto. Una retahíla de canciones que parecen todas una sola y muy
larga, que tan solo los muy fans fueron capaces de
desenmadejar. Bueno los fanáticos y aquellos que nos fijamos en las
posturitas del guitarrista de la izquierda, ya que, cada cambio de
pose del menda equivalía a un nuevo tema.
Pese a todo lo dicho, el año que viene y si aún andamos por aquí, volveremos hasta Alacuás para apoyar este festival. Y lo haremos a diferencia de otros que
supuestamente forman parte de este negocio -y bien que se jactan (cuando no se aprovechan) de ello- que esta vez ni siquiera
asomaron el hocico. Después serán los primeros que con toda suerte
de lamentos y críticas hacia los demás utilizarán sus remunerados espacios
para decir que la escena valenciana se va a la mierda... pero nunca es por culpa de ellos. Vosotros sabéis a lo que -y a quienes- me
refiero.
Agur...
...i força al canut.
domingo, 1 de septiembre de 2013
Septiembre 2013. YA ES PRIMODERIVERA EN EL CORTE INGLÉS
Ya
estamos en el fantabuloso mes de septiembre. Aquel en el que llega la temida gota fría y en el cual, supuestamente, los calores se
esfuman de un plumazo... Ese mes en el que muchos vuelven al tajo después de unas merecidas vacaciones, aunque hay quienes ni nos
hemos ido ni sabemos cuando coño podremos hacerlo... Septiembre, cuando normalmente comienza el campeonato nacional de Liga, si bien este año, incomprensiblemente ya ha comenzado con unas semanitas de adelanto... El mes en el que un servidor pone una velita más en el pastel de cumpleaños, y van...
Y para hacerle honor he creado esta nueva SuloTK que nos habrá de acompañar hasta la entrada del ansiado otoño. Una lista que incluye cosas como el regreso de Tindersticks con un corte nocturno, embriagador y sensual titulado “Put Your Love in Me” que no es otra cosa que la versión del clásico de Hot Chocolate, deconstruido, con base electrónica y como no sumándole la voz de Stuart Staples. También el interesante debut de los suecos Yast, uno de los más emocionantes en lo que va de 2013. O el extemporáneo ambiente playero de la música de Washed Out, que continúa presente en su nuevo álbum "Paracosm". También recupero el glorioso "Teargas" de Katatonia, si bien han sido ellos mismos quienes han decidido relanzar la edición remasterizada del que fue y es su mejor álbum hasta el momento. Y que decir del regreso de esa musa del rock llamada Anna Calvi, anticipando su nuevo elepé. O la aparición de Vidunder, maravilloso trío sueco de sonidos setenteros que surge de entre las cenizas de los míticos Abrakadabra. Y Mosieur Periné y esa propuesta de swing latino liderada por una bella vocalista colombiana que se defiende igual de bien usando la lengua de Cervantes y la de Baudelaire.
Y para hacerle honor he creado esta nueva SuloTK que nos habrá de acompañar hasta la entrada del ansiado otoño. Una lista que incluye cosas como el regreso de Tindersticks con un corte nocturno, embriagador y sensual titulado “Put Your Love in Me” que no es otra cosa que la versión del clásico de Hot Chocolate, deconstruido, con base electrónica y como no sumándole la voz de Stuart Staples. También el interesante debut de los suecos Yast, uno de los más emocionantes en lo que va de 2013. O el extemporáneo ambiente playero de la música de Washed Out, que continúa presente en su nuevo álbum "Paracosm". También recupero el glorioso "Teargas" de Katatonia, si bien han sido ellos mismos quienes han decidido relanzar la edición remasterizada del que fue y es su mejor álbum hasta el momento. Y que decir del regreso de esa musa del rock llamada Anna Calvi, anticipando su nuevo elepé. O la aparición de Vidunder, maravilloso trío sueco de sonidos setenteros que surge de entre las cenizas de los míticos Abrakadabra. Y Mosieur Periné y esa propuesta de swing latino liderada por una bella vocalista colombiana que se defiende igual de bien usando la lengua de Cervantes y la de Baudelaire.
Por otro lado tenemos a Polvo, uno de los más grandes referentes de
aquella cosa que se etiquetó como math-rock, que regresan inesperadamente. ...o el de los enormes Superchunk!!! ¡Ouyeah! Y los japoneses Lite y su extraño post-rock en el que se atreven incluso con los ritmos tropicales. Para continuar con otro adelanto de lo nuevo de Arctic Monkeys. Y es que el nuevo disco de la banda de Alex Turner promete y mucho. También está esa marcianada de treinta minutos de unos Retribution Gospel Choir a los
que, si Dios quiere (vamos si existe y demás...) veré en directo a
finales del mes
que viene. Y
seguimos desgranando ese pedazo de disco que se ha marcado (again)
Mr. Kanye West, ahora con “New Slaves”...
En fin, todo eso y mucho más aquí: