miércoles, 29 de enero de 2014
martes, 28 de enero de 2014
World Press Photo 2013 - Valencia
El
pasado sábado, como ya hiciera el año pasado -y haré el que viene si el hombre del
espacio quiere-
, me acerqué hasta el Palau de Valeriola para degustar la
maravillosa selección de fotografías premiadas por la
fundación
World
Press Photo durante
el
2013.
Casi ciento cincuenta instantáneas
en las que se reflejan todos aquellos sucesos relevantes y
significativos que tuvieron lugar durante el año. Maravillosa
muestra
que cumple con una doble e
importantísima función:
erigirse
como testimonio de excepción de todos aquellos acontecimientos
importantes acaecidos
en el planeta Tierra
-independientemente
de que algunos se nos pasaran por alto por
culpa de la infoxicación-,
así como actuar
a
modo de
alegato
en defensa de los derechos humanos. Imperdible
por partida doble.
Poco o nada más que añadir.
Bueno sí, algunas imágenes que hablan por sí solas:
Poco o nada más que añadir.
Bueno sí, algunas imágenes que hablan por sí solas:
[...]
¡Visitadla!
¡Visitadla!
domingo, 26 de enero de 2014
14 Totchmeti
Me
la
recomendó un amigo sabiendo
de mi gusto por la prosa de Emmanuel Carrere. Y es que la escritura
sencilla, que no simple, de Jean Echenoz, así como la importante
carga de ironía e incluso humor que contiene -al
menos en lo que se refiere a este
libro-, recuerda mucho a las formas del autor de “Limonov” o “Una novela rusa”. La
novela en cuestión se titula “14”, como el año en
curso,
y es una
de las
diez seleccionadas
por los
especialistas de Babelia en
su lista de imprescindibles 2013. Con
todo y con eso no me hubiera introducido en el universo Echenoz de no
mediar sugerencia, por mucho que el currículo de este autor
nacido en la Provenza hace la friolera de 66 años, incluya
prestigiosos premios como el Médicis de 1983 por “Cherokee”, el
Goncourt de 1999 por “Me voy”, o el Aristeion y
el Mauriac 2006 por “Ravel”. Hubiera
sido una pena.
Más
que una novela “14” es un cuento largo con moraleja -más o menos
explicita-. Nos habla de la Primera Guerra Mundial, aquel conflicto
que se iba a resolver en un par de semanas y acabó durando más de
cuatro años, siendo movilizados más de setenta millones de
militares y causando más de nueve millones de muertes. Sin embargo
Echenoz huye de la épica con la que se suelen narrar este tipo de
historias. Y hete aquí con la principal fortaleza de “14”, el
tocar
este
fenómeno
monstruoso con
criterios de absoluta cotidianidad. No nos importa tanto la Gran
Guerra como la pequeña guerra en la que se embarcan Charles, Anthime
y sus amigos. La guerrita a
la que ha de sobrevivir
Blanche,
su
hija y su
familia. El conflicto en el que todos acabarán perdiendo muchísimo, pese a que el país por el cual supuestamente luchaban se alce con la victoria final.
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14 Totchmeti - Catorce თოთხმეტი
viernes, 24 de enero de 2014
Dos no será multitud, ¿pero pa' que más?
Sentencia el refranero castellano que dos es compañía pero tres ya son multitud. Bueno, esa es la máxima comúnmente aceptada, luego está lo de Andrés Calamaro y Fito, para quienes la suma de sus dos egos ya supone multitud. Y no les falta razón, porque uno de ellos, por sí solo, ya adquiere la consideración de muchedumbre insondable pero sobre todo insoportable. Al nivel de pasear por un Toys “R” us en víspera de Reyes.
Dejando al margen la paja mental del cocainómano con tonga y el calvo con patillas, es evidente que, de un tiempo a esta parte, el formato dúo se ha puesto de moda en el universo del rock. Y es que no hace falta mucho más para hacer buena música. Y si no que se lo digan a Jack y Meg White, cuya aparición fue fundamental para la normalización de esta fórmula entre quienes pretenden guarrear sobre un escenario tirando de derivados del garage y el blues más bastardo. No hace falta ser un melómano para conocer a los mencionados The White Stripes, a los archipresentes The Black Keys o incluso a los eclécticos The Raveonettes. Quizás sí exige un mayor grado de inmersión en este universo el saber de otros duetos como los imprescindibles -al menos para mí- Two Gallants, mis añorados Death From Above 1979 o estos The Naked Heroes de los que ahora pensaba hablar. Y es que anoche tuve la oportunidad de ver como desnudaban sus miserias sobre un escenario los perpetradores de aquel maravilloso “99 Diamond”. Sin duda uno de los mejores álbumes de rock'n'roll del 2009.
Estos héroes desnudos provienen de los EEUU, ¿cómo no? Concretamente de Brooklyn y eso sí que me resulta más extraño. No es que uno sea ajeno a la diversidad de las propuestas que nos llegan desde ese barrio neoyorquino, pero lo que hacen The Naked Heroes, quizás, lo asociaría más con otros rincones de los Estates como Chicago, Detroit o incluso Philadelphia. Da lo mismo, serán cosas mías. El caso es que The Naked Heroes son un matrimonio bien avenido que sale desde Brooklyn al mundo para desparramar energía sobre los escenarios. Y eso es exactamente lo que vinieron a hacer aquí, en el marco de la extensa gira que les está llevando por lo largo y ancho de este país (y el de al lado).
Tienen una gran ventaja. Y es que, a día de hoy, ya pueden tirar de un interesante y extenso repertorio de canciones incluidas en un dos discos, el mencionado “99 Diamond” y el más reciente “Demon the Whiskey Down”, además de un par de singles de adelanto de lo que está por venir. Con todo y con eso, o mejor dicho, precisamente por eso, el show de anoche en el Magazine Club me pareció excesivamente corto. Se me antoja que la cosa podría haber dado algo más de sí y, por motivos que se me escapan, se quedó como a mitad. Una suerte de coitos interruptus que deslució, en parte, una actuación que fue tremendamente energética y que tuvo como puntos fuertes la interpretación de “Ginger Jones”, “Bag O'Bones”, pero sobretodo la ya icónica “99 Diamond” y la vigorizante “Take a Knee”. Y es que la cosa seguía aún mu' pa'rriba cuando los gachones decidieron poner fin al asunto. En fin... lo que pudo haber sido pero no fue. Una auténtica lástima.
Por si os interesa aquí tenéis su página oficial en donde les podéis escuchar y descargar for free.
martes, 21 de enero de 2014
Sonríe o muere
Interesante
ensayo especialmente indicado para todos aquellos que, como yo, estén
hasta la polla de la farsa esa del pensamiento positivo. Y es que la
cultura del porque yo lo valgo ya ha dejado demasiados cadáveres en
el camino como para seguir soportando a sus voceros. Vale
que
el libro no descubre la pólvora, pero no viene nada mal que alguien
con el prestigio y los conocimientos de Barbara Ehrenreich,
escritora, periodista y activista social norteamericana, exponga
hacia donde nos lleva - y porqué - ese optimismo irredento tan del
gusto de los siervos del capital.
Os dejo un enlace en el que la propia autora comenta su libro:
lunes, 20 de enero de 2014
El fascinante mundo de Dorian Wood
Alguien
a quien aprecio bastante me comentó, hace ya un tiempo, que escuchar
a Dorian Wood le suscitaba un cúmulo de sensaciones contrapuestas.
No sabía decirme si le encantaba o le disgustaba su música, ahora,
eso sí, tenía claro que esa particular propuesta entre el folk,
el blues bastardo y la ópera rock no podía dejar
indiferente a casi nadie. Eso y que, en directo, la performance
del angelino era algo digno de ser visto. Y vaya si lo es. Ahora
puedo dar fe de ello.
Y es
que el pasado sábado por la noche en el Espai la
Rambleta, el torbellino Dorian Wood se presentó ante el público
valenciano. Un respetable que, me dio la impresión, desconocía
grosso modo la propuesta de este artista multifacético y sin
embargo, al menos mayoritariamente, salió contentísimo del evento.
Poca importancia tuvo el que la formación tuviera un carácter casi
accidental (si no me equivoco el baterista de la noche era el tío de
Betunizer). Porque Dorian Wood (& Co) fue capaz de
reproducir las excelencias de esa
joyita titulada “Rattle
Rattle”, su
tercer y último disco hasta el momento, al que estuvo consagrada
casi toda la velada. Tampoco
importó demasiado lo conciso del concierto, poco más de una hora
incluyendo un único bis. Ya
sabéis que
lo bueno, si breve, dos veces bueno.
Y
es que la
voz de este hombre emociona y sobrecoge, dejando espacio para el
estremecimiento en piezas cuya densidad y
melancolía
le han valido ser comparado con el señor Antony (de Antony and the
Johnsons). Pero pasando por alto esta semejanza, bastante
obvia por otra parte, así como
otras que habréis leído por ahí, la aventura musical de Wood es
mucho más que un mero
remedo. Sus canciones se adentran en una
serie de caminos
experimentales que
ofrecen como resultado una propuesta única, original, inclasificable
y siempre
brillante.
A todo ello ayuda el delicioso
contrapunto vocal de Leah
Harmon, fantástica durante toda
la noche con su acordeón y su pelo rosa. Supongo
que aún hubiera sido más espectacular de haber contado con la
presencia de “The Difficult
Women”, el coro de 45 miembros del cual Dorian Wood se ha valido
para grabar su último álbum.
Pero bueno, eso ya hubiera sido pedir demasiado.
Ya
para acabar me gustaría incluir una última reflexión. En ocasiones
uno asiste a conciertos en los
que se percibe
claramente que aquello va de otra cosa. Y
es que uno tiene la sensación de
que, para Dorian Wood, el directo no es solo una cuestión musical. Subirse al escenario e interpretar
sus canciones ante nosotros le supuso,
de alguna manera, introducirnos en su complejo
mundo. Algo que, muy posiblemente, resultaría prácticamente imposible de no adoptar la música como lenguaje vehicular. Y así fue como Dorian Wood se abrió
en canal ante nosotros haciéndonos participes de sus miedos,
anhelos, pensamientos, vicios y pasiones. Esa es la forma de contarnos su historia, la de una niña
frustrada por haber
nacido aprisionada dentro
del feo cuerpo de un niño gordo.
Mi
amigo no sabía cómo definirse
respecto a la música de este hombre, pero yo sí: Es preciosa... ...pero duele. Entre el candor y el escalofrío. Maravillosa.
Si
podéis acudir a verle no lo dudéis ni por un instante.
martes, 14 de enero de 2014
El Imperio, según Kapuscinski
Como
os decía en la entrada que colgué ayer, muy mal titulada “El Roto vs
Kapuscinski”, hoy toca hablar de este último. El motivo es
obvio: la muestra fotográfica que actualmente y hasta finales de
mes, se expone en el MuVIM (Museu Valencià de la Il.lustració i
la Modernitat). La exposición, que se ha titulado aquí
“Kapuscinski (Ryszard) - L'Ocàs de l'Imperi”,
está compuesta por una serie de fotografías tomadas en diferentes
repúblicas de la ex- URSS por el propio Kapuscinski durante el
periodo 1989-1991. Parece ser que el mítico reportero tenía en
proyecto organizar una exhibición con esas imágenes, tomadas en el marco de todos aquellos viajes magistralmente narrados en su obra magna “El
Imperio”. Pero el hombre se murió sin concretar nada. Unos
años después, algunas de las instantáneas seleccionadas fueron
halladas entre su extenso archivo personal. Y de ahí salieron las
cincuenta que se expusieron en la Galería Nacional de Arte
Zacheta de Varsovia, reducidas aquí a treinta y cinco. Se ve que cincuenta aún les pareció demasiado a los encargados de esta cosa.
Como
habréis deducido ya, la exposición me supuso una decepción
mayúscula. Y es que quien suscribe estas líneas es muy fan
del periodista polaco y se ha leído la mayoría de sus libros.
Curiosamente el primero fue “El Imperio”, justamente en el
proceso de “ambientación” que precedió a un bonito viaje que me
llevaría a transitar por entre las tierras de los zares, hace la tira de años.
Se supone que con la
exhibición de estas fotografías se pretendía dotar de una
dimensión personal a todo aquello que tan bien se contaba en el
libro. Pero no. Y es que treinta y pocas imágenes, la mayoría de
ellas sobre la marcha que tuvo lugar en Moscú frente al intento de golpe de Estado perpetrado por Guennadi Yanáyev, no dan para dimensionar nada. Y lo que es peor, no
le hace justicia a un magnífico libro que cuenta como ninguno el
como y los porqués del desmembramiento de la URSS. Porque “El
Imperio”, pese a no ser más que un librito de viajes y anécdotas, cuenta ese periplo mejor de lo que hacen la mayoría de manuales de historia. Nunca
un relato personal me había ayudado tanto a comprender un proceso histórico tan complejo. Bueno, matizo lo anterior, rayando a ese
nivel de excelencia, aunque referido a otros procesos y localizaciones,
también están los libros que Kapuscinski dedicó al Sha de Persia
(“El Sha o la desmesura del poder”) y al puzzle africano
(“Ébano). Y es que, como comentó en su día Salman Rushdie, “un
Kapuscinski vale más que mil chupatintas
con sus gimoteos y fantasías”.
En fin, ¡lástima de exposición!
Por cierto que del genio de Pinsk ya os hablé aquí y también aquí. Y de la peligrosa moda instaurada en Valencia de montar exposiciones de mierda, justo aquí.
lunes, 13 de enero de 2014
El Roto vs Kapuscinski
Ya
hacía tiempo que no me echaba a la boca alguna muestra, de las que
aún se montan en esta ciudad deteriorada en todos los aspectos, y
salía de ella plenamente satisfecho. Fue el pasado viernes cuando,
aprovechando la tregua que me daba mi maltrecha espalda (aunque luego
se la cobrara ¡Y vaya si se la cobró!), me di un paseillo por
el centro de la ciudad y me metí en la exposición sobre El Roto del
Centre Cultural La Nau. Antes de eso también me di un
garbeo por la exigua muestra de fotografías de Ryszard Kapuscinski
que se exponen en la tercera planta del MuVIM. Aunque esa es
otra historia.
Así
que vayamos por partes.
La
exposición de El Roto aka “El Roto, OPS, Rábago. Un viatge de
mil dimonis (i un parell d'àngels)”, es, como la obra del
dibujante madrileño en general, una auténtica maravilla que no os
deberías de haber perdido. Y sí, no me he equivocado en el uso de
los tiempos verbales, porque para desgracia de todos aquellos que no
la vierais, la muestra ya no se expone en nuestra ciudad. Desconozco
si van a llevarla hasta otros lugares del espectro patrio o si la
exposición fue montada para goce y disfrute exclusivo de los
ciudadanos de Valencia. En todo caso, si se diera el primero de los
supuestos, no perdáis la ocasión y visitadla, no os arrepentiréis.
Porque la obra de Andrés Rábago es merecedora de esta amplísima
exposición y, como afirmaría vehementemente el Luisma Floriano, no solo de esta ¡¡¡sino de muchísimas más!!!
Estructurada
en tres niveles, la parte de la muestra que más me impactó fue
aquella dedicada a las primeras obras de Andrés Rábago. Hablo de
cuando se refugiaba -que no es lo mismo que esconderse- bajo el
sobrenombre de OPS. La fuerza de las escenas, su dureza, la poesía
visual, el onirismo y el recurso a lo surreal, convierten a estos
cuadros y viñetas en algo digno de ser visto. La verdad es que me
impresionó una barbaridad. Y es que, que este tipo fuese capaz de
hacer todo eso en el momento en el cual lo hizo, ¡con la que estaba
cayendo!... buah... brutal es poco. En este sentido podemos
apreciar cierta continuidad entre este OPS primigenio y la obra
pictórica que constituye el tercer nivel de la exposición. Si bien,
al menos según lo veo yo, a los cuadros de Rábago les falta algo de
la poesía y bastante de la fuerza de OPS. No sé, quizás se deba al
lógico cambio en las condiciones circundantes o no, o tal vez tenga
que ver con que el hombre se hace mayor o yo que sé.
Entre
OPS y Rábago tenemos a El Roto que todos conocemos. La selección de
viñetas, muy buena como no podía ser de otra forma, le resultará
conocida a todos los lectores de El País. Como siempre El Roto no
deja títere con cabeza, critica todo lo criticable y más, pero
sobre todo reivindica el concepto de persona por encima de esa noción
de individuo que la modernidad engendró y los nuevos tiempos
establecieron como dogma de fe.
Respecto a “Kapuscinski (Ryszard). L'ocàs de l'imperi”, no voy a comentar nada aquí. Me lo he pensado y, sobretodo por respeto al genio de Pinsk y a todas las grandes tardes de lectura que me ha dado en esta vida -el mismo respeto que parece no le tuvieron los programadores del MuVIM al montar esta mierda de exposición-, mañana le dedicaré un post a parte.
miércoles, 8 de enero de 2014
Bush, out of my bush
Recuerdo la escena de un Telediario. Varias chicas completamente desnudas se manifestaban frente al Congreso de los EEUU portando unas pancartas en las que se podía leer “Bush, out of my bush” (Bush, fuera de mi “arbusto”) Obviamente la referencia al arbusto tiene que ver con el vello púbico de las mujeres. El segundo arbusto, porque el primero designa a esa planta leñosa que gobernó los EEUU -y por ende al Planeta- entre los años 2001 y 2009. Y es que justo en esos momentos, y os hablo del año 2003, en la Cámara de Representantes del Congreso se estaba aprobando la polémica ley contra el aborto impulsada por el gobierno de George W. Bush. Es ahora cuando por obra y gracia del ministro Gallardón y su asquerosa reforma de la ley del aborto española, recuerdo la escena. Una situación que entonces se produjo en Washington pero que hoy día podría darse aquí.
Sí amigos, estamos ante la obra de Gallardón “el progre”, el amigo de los sociatas según (des)Esperanza Aguirre, la gran esperanza blanca de los centristas de este país... lo queeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee???!!! ¿Que no va ahora el tipo y se destapa con una medida que nos equipara con lo más rancio y conservador del panorama político internacional? En fin...
Desconozco si lo hace para congraciarse con el ala más conservadora de su partido, ahora que pintan bastos tras la revocación de la “doctrina Parot” por parte del TEDH, o simplemente porque es incluso más facha que su padre, ministro durante el franquismo -como afirmaba él mismo según la anécdota relatada por el profesor Gregorio Peces-Barba-. El caso es que por una cosa o por otra Gallardón ha decidido meterse en orificios ajenos y sin consentimiento previo. El tamaño del despropósito no lo da tanto el tamaño de su miembro viril, como los apoyos internacionales que ha recabado la medida: la ultraderecha de Jean-Marie Le Pen. Vamos, que no nos extrañaría que en los próximos días Gallardón fuera defendido por el presidente de la república islámica de Irán o por el ultracentrista primer ministro turco. Dicen que lo que Gallardón pretende con la medida, es que las mujeres españolas dejen de abortar como locas. Es cosa sabida que en España somos muy de abortar. Incluso hay chicas que lo hacen una vez después de cada polvo.
Desconozco si lo hace para congraciarse con el ala más conservadora de su partido, ahora que pintan bastos tras la revocación de la “doctrina Parot” por parte del TEDH, o simplemente porque es incluso más facha que su padre, ministro durante el franquismo -como afirmaba él mismo según la anécdota relatada por el profesor Gregorio Peces-Barba-. El caso es que por una cosa o por otra Gallardón ha decidido meterse en orificios ajenos y sin consentimiento previo. El tamaño del despropósito no lo da tanto el tamaño de su miembro viril, como los apoyos internacionales que ha recabado la medida: la ultraderecha de Jean-Marie Le Pen. Vamos, que no nos extrañaría que en los próximos días Gallardón fuera defendido por el presidente de la república islámica de Irán o por el ultracentrista primer ministro turco. Dicen que lo que Gallardón pretende con la medida, es que las mujeres españolas dejen de abortar como locas. Es cosa sabida que en España somos muy de abortar. Incluso hay chicas que lo hacen una vez después de cada polvo.
En
fin, lo dejo aquí, que la cosa no está para muchas bromas cuando
alguien pretende imponer su moral personal a la fuerza y con el
respaldo del Código Penal. Espero que la medida no acabe saliendo
tal cual la ha planteado el mónguer este. Aunque mucho me
temo que sí lo hará, por lo que tan solo nos queda contar las horas
que faltan hasta que nos quitemos de encima a toda esta purria de
cristofascistas envalentonados y podamos, si es que nos dejan,
revertir la situación. Unos tipos que se creen con el derecho de
obligar a los demás al sufrimiento, justificándolo en arcanos e
irracionales mitos y supercherías en los que, váyase usted a saber
por qué motivos, creen. Por lo que a los demás nos toca, confío en
que para las próximas elecciones conectemos el cerebro antes de
depositar la papeleta en la urna. Aunque tampoco estaría mal que al
final de la carrera, existiera ese hombre del espacio justo y
redentor en el que todos los gallardones de este país
fundamentan sus desmanes. Y estaría bien porque así podría bajar hasta la Tierra
con su coro de ángeles y llevarse a todos sus adoradores en dirección a ese
maravilloso cielo por el que tanto suspiran. Nos dejarían a los demás bastante más tranquilos. Amén.
---------------------------------------------
Ilustra
la entrada “El origen del mundo” del maestro Gustave Courbet.
martes, 7 de enero de 2014
Crossfakers S.A.
De un
tiempo a esta parte, ese crisol de razas y culturas en el que se ha
convertido el barrio en el cual habito, ha añadido un nuevo elemento
a la coctelera. Y no, no son ni los Elder ni las Sister,
que esos, aun siendo bastante pesaditos, le ponen color al terreno
con sus teces rubicundas y vestiditos como de otra época. Un toque
alabamesco e inocentón que no puede entrañar demasiada
maldad. Nada que ver con estos otros de los que os vengo a hablar,
auténticos esbirros de Satán. Infraseres que con su mera presencia
desmienten a toda esa literatura bienintencionada y buenrollera que
afirma que toda diversidad es intrínsecamente buena y enriquecedora.
Pues mira, no, a veces la diferencia no es sinónimo de beneficio ni
tiene porque reflejar nada positivo. El caso de los cofrades del
Crossfit (en adelante crossfakers) es
paradigmático en este sentido.
Les
calé desde el minuto uno. En esos comienzos titubeantes en los que
la secta comenzó a dejarse ver por el barrio, en forma de paseantes
desenfadados que oteaban cada rincón del entramado callejero sin
interaccionar con nadie. Al poco tiempo ya se dejaban ver en parejas
o incluso en forma de pequeñas células silentes. Aquellos primeros exploradores dieron el visto bueno para que las
obreras construyesen un espacio en el que arrellanarse. Sin embargo
no le dí mayor importancia. Quizás me resistía a creer que en un
barrio como este, entre popular y modernucho, esos individuos
pudieran encontrar acomodo. Como casi siempre me pasa me equivoqué.
¡Pero de pé a pá! Y es que no pasó ni un mes desde aquel primer
avistamiento y ya les teníamos aquí implantados. Aprovechando el
cierre de un antiguo almacén de muebles, los crossfakers
erigieron allí su templo al entrenamiento extremo. Y desde entonces
hasta ahora, el número de destrellatats no ha hecho sino
aumentar.
¿Sabéis
de lo que os hablo, verdad? Vosotros también les padecéis en
vuestro lugar de residencia. Son una plaga venida directamente desde
los Estates, como los Davidianos o los New Kids On The Block,
pero a diferencia de estos últimos ni pregonan ni cantan al
Apocalipsis, ¡son directamente el Apocalipsis! Su catecismo reza que
todo crossfaker que se precie ha de reventarse practicando
ejercicios absurdos tales como, levantar ruedas de camión a pelo o
con una vara, lanzar bombonas de butano contra una pared acolchada o
sin acolchar, o trepar con una maroma de barco llena de nudos
utilizando tan solo los brazos, un solo brazo, los dientes o hasta el
escroto dependiendo del nivel crossfático alcanzado por el
crossfaker de turno. Se supone que con estos movimientos
funcionales (sic), trabajan todo su
cuerpo como un conjunto,
aprovechando todas las posibilidades del mismo. Así
preparan su
cuerpo para superar grandes
esfuerzos hasta conseguir cualesquiera que sean sus objetivos (desde
perder cuarenta kilos de peso, hasta levantar un toro a pulso como
Andoni el del chiste). Los crossfakers
afirman que, de esta manera,
aparte de estar en el mejor estado físico que puedas llegar a
alcanzar, se entrenan
para superar cualquier obstáculo con el que se puedan encontrar en
el día a día... Ya ya... Me
gustaría a mí ver a esta caterva de mónguers
en una
guerra.
El
caso es que yo, de naturaleza
curiosa
porque
así me parió mi madre,
suelo pasear
frente a su templo y con el
rabillo del ojo observo
sus
ritos y rutinas.
¿Y sabéis
que es lo que veo? Pues a una
cuadrilla de gordobufas,
revenías,
epic nerds
y fuertotes
varios (en jerga de mai
parents),
pegando berridos como si los estuviesen despellejando vivos y, en
algunos casos, vomitando hasta la primera papilla. Si esto es el
entrenamiento del futuro, el que
nos llevará a alcanzar no se cual estadío superior, a mí que no me
busquen. Y si esto es la madera
con la que se cincelan los líderes, como
afirma algún eminente crossfaker,
no sé
de que nos extrañamos de tener la mierda líderes que tenemos. Vamos, que seguro que el Marihuano levanta ruedas de Jumbo.
jueves, 2 de enero de 2014
Necro(i)lógica
Ha
muerto James
Avery, el
enorme
actor que
interpretó al Tío
Phil en
la mítica serie "El
príncipe de Bel
Air" (la
misma que nos
dio
a conocer al hoy megafamoso Will Smith).
Parece
ser que la
palmó anteayer, durante la jornada del último día del 2013. Tenía
65
años.
Ya
sé que esta forma de comenzar el ejercicio no da demasiado buen rollo. Pero
este bloguero se siente en
deuda con todas aquellas personas que, de un modo u otro, han
contribuido a su felicidad. Es por ello que la primera entrada
de este 2014 sea para rendir
homenaje James
Avery - Philip Banks. Descansa en paz compadre.
Ah!
Y que no se me olvide enlazar el fantástico tuit
de despedida que
le ha dedicado su
hijo en la ficción Alfonso Ribeiro (aka Carlton Banks):
I'm
deeply saddened to say that James Avery has passed away. He was a
second father to me. I will miss him greatly. pic.twitter.com/UrW0EeBFbO
—
Alfonso Ribeiro (@alfonso_ribeiro) enero
1, 2014
¡Grande
CaraCartón!
Os
dejo con una de las escenas más recordadas del tío Phil: