Dicen que lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas. Es por
ello que aún no tengo claro si ganamos el Mundial de fútbol o ese logro sólo
aconteció en la bizarra capital del juego. Es como lo de las bodas en las
archiconocidas Wedding Chapels en donde la gente se casa vestida de
Elvis y que tan sólo tienen validez dentro del estado de Nevada. Y es que, por
marciano que os parezca, fue allí donde asistí a tan inesperado acontecimiento.
Fue en un hotel casino del Strip, el Sahara (“Dijo Sahara?...
suuure!!!”), una horterada que pretende asemejarse al palacio de algún
jeque árabe, pero hecho de cartón piedra y que es fácilmente reconocible por
sus altas torres multicolores. El sitio en cuestión aparece fugazmente en la
peli Ocean’s 11
y, según he leído, tuvo cierta distinción en el pasado, cuando los miembros del
Rat Pack o el cómico Jack Benny solían actuar en él. Hoy día esta
repleto de chusma como servidor, y de turistas, como mis
compañeros de aventuras, aunque también (muy de tanto en tanto) aparecen por
allí los conductores estrella de la NASCAR.
Precisamente en un restaurante dedicado a ese deporte tan del
gusto del público norteamericano, es donde nos apostamos para ver la final del
Campeonato Mundial de Sudáfrica. Desde las 11:30 de la mañana, rodeados de
holandeses ludópatas (alguno de ellos con muchas ganas de bronca) y apoyados
por los camareros mexicanos y una familia de origen hispano de vacaciones en
Las Vegas, padecimos lo insufrible hasta que el colegiado pitó el final del
partido. Especialmente a partir del minuto 116, glorioso momento en que Chocolate Blanco Iniesta marcó ese golito que, a la fin y a la postre, supuso
la victoria. Madre
mía, que momentazo, que explosión de felicidad, que ganas de llorar… sí, lo
reconozco, al Sulo también le van estas sucias emociones tan ajenas a la
intelectualidad, que se le va a hacer… Tan sólo hubiese sido más lindo si el
puto holandés macarra se hubiese caído de la silla y se hubiera abierto la
cabeza… aunque bueno, en honor a la verdad hay que decir que, una vez
finalizado el encuentro, el tipo tuvo los santos cojones de venir a
felicitarnos. Siendo sincero, creo que yo no me hubiera comportado de forma tan
caballerosa de haber perdido España.
Y el caso es que la cosa pintaba mal, hasta muy mal, tras la
inesperada derrota contra Suiza. La prensa nacional y también la internacional,
comenzaron a soltar hostias contra “el eterno aspirante”, ensañándose con el
seleccionador Vicente Del Bosque (aka Mr. Satán), al que consideraban un personaje sobrepasado por los acontecimientos y
al que venía grande el puesto. Va a ser que no. Don Vicente, siempre exquisito
en su comportamiento y humilde como pocos en este circo en el que abundan bocazas, sabijondos y tirititeros, tiene la mala suerte de no
caer bien en determinados ambientes periodísticos, bien por no ser un
maleducado como su antecesor en el cargo, bien por tratarse de un madridista
confeso (faltaría más, si nació y se crió como futbolista allí!!!).
Y en estas estábamos cuando, sin saber muy bien como, nos
plantamos en semifinales ¡por primera vez en la historia! Fue un día antes de
tomar una serie de aviones que me habían de llevar hasta San Francisco. En ese
momento pensé que si no podía ver el histórico encuentro daba igual. La
selección, por una vez, había hecho un papel digno en una competición mundial.
Ya le iba bien estando incluida entre los cuatro mejores combinados del mundo.
Si caía eliminada no pasaba nada, no podía considerarse una decepción,
sobretodo teniendo en cuenta que el rival al que habíamos de enfrentarnos era,
ni más ni menos, que la
nueva Alemania de Özil y Schweinsteiger, la de los once no
nacidos de la sangre de Sigfried, la que acababa de arrasar a la Argentina de
Maradona convirtiéndose con ello en la principal favorita al título.
Pues bien, nos encontrábamos de ruta turística en plena calle Haight, la que da nombre al histórico barrio
de San Francisco en donde nació el movimiento hippie, y al pasar frente a
un Sports bar vimos que ponían el
partido. Inmediatamente decidimos aparcar un rato el paseo y tomarnos una
cervecita frente a la gran pantalla. ¡En buena hora lo hicimos! ¡Que partidazo!
Posiblemente el mejor del Mundial 2010. Recuperando la esencia del tiki-tika que les llevó a ganar la Eurocopa 2008, los de Del Bosque se
merecieron el pase a la final por su juego y lo consiguieron… vaya si lo
consiguieron!!!... ¡con un cabezazo de Puyol que por poco no atravesó la red! La gente se volvió loca dentro del garito, repleto de
seguidores españoles, la mayoría de ellos sudamericanos con camisetas de España
más algún expatriado con la camiseta del Betis
y la gorra del Atleti, además de turistas
como nosotros. Peña llorando de la emoción y los lugareños aficionados al soccer rendidos a la
Roja. Algo mágico. Y de ahí a la final, que me tocó ver
en las condiciones que os he contado al comienzo. Más magia. Y al día siguiente
el capitán Casillas flanqueado por sus compañeros alzando la Copa ¡¡¡en portada
de Los Angeles Times!!! ¿Alguien da más?
Acabo de volver del viaje y vale que tal vez es un poco tarde para
escribir sobre esto… lo sé… pero creo que este humilde reconocimiento era
necesario, al menos para mí. Sobretodo porque no sé si volveremos a vernos en
una de estas.
Este post era totalmente necesario y da igual que sea tarde (aún tenemos cuatro años de renta,tio,jeje) se me ha puesto la piel de gallina leyéndolo,recordando ese recital ante Alemania,ese pedazo de 'Tiburón' rematando de cabeza como un cohete y ese 'Santo' levantando la Copa,tiiiiiiio,que hemos ganao un Mundial!! jajaja,me lo dicen hace 10 años y me da la risa.Sobre Vincent Of The Forest,decir que lo triste es que si España no hace una buena Eurocopa dentro de un par de años,le pondrán a parir igual.Ha demostrado ser el entrendor idóneo,porque no hace falta ser un bocazas ni un lumbreras con afán de protagonismo táctico para alcanzar la gloria y menos teniendo jugadores de tanta capacidad,si no aunque sea en otro deporte,que se lo pregunten a Pepu Hernández.Me alegra un huevo que pudieras ver la final.Esta ya no nos la quita nadie y dos cositas más: muy bueno el paralelismo Iniesta-Jason Williams,jeje y tu intelectualidad está fuera de toda duda,porque el fútbol español es arte copón!
ResponderEliminarAbrazos post-mundialistas.
Amén.
ResponderEliminarLo de Chocolate Blanco creo que es del difunto Andrés Montes, como lo del tiki taka y alguna cosa más (R.I.P.). Por cierto que también es muy bueno el parecido razonable entre Del Bosque y Mr. Satán (de Bola de Drac). Échale un vistazo al enlace al blog de un amigo que he puesto.
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