Que
no quiere decir que uno tenga un ano horrible, aunque posiblemente también,
sino que éste 2011 está siendo un año de mierda para un servidor. Y eso que la
cosa no pintaba nada mal. ¡Que coño!, pintaba realmente bien. Durante el
presente ejercicio habían de producirse una serie de cambios vitales importantes,
de esos que hacen que a uno le tiemblen las piernas, pero que acaba por asumir
porque sabe que a la larga son tremendamente positivos y muy satisfactorios. Pero
no ha sido así, chaval. Te jodes, como dijo Herodes… i tot per l’aire. Porque cambios ha habido, vaya que sí, pero a mucho
peor.
Aunque
si rompo mi largo silencio blogosférico
no es para volver al monotema de las últimas entradas, esos problemillas en el
plano personal que me tienen tocado (pero no hundido), sino para hablaros de otros nuevos, igual de
inesperados que los anteriores, pero circunscritos en este caso al ámbito estrictamente
profesional. ¡Juer tíos! Ya lo sé, coño. Pintan bastos por doquier y, visto
como lo está pasando la peña, lo mío no es más que una tormenta de verano, intensa
pero limitada en el tiempo. ¡Pero joooooder! No hay tregua.
El puto 2011, ¡coño! El peor año para la credibilidad de la economía española y uno de los más
negativos para la bolsa. El año en que los ricos se han hecho más ricos y los
pobres, pues más pobres. El año en el que la cola del paro la forman ya cinco
millones de personas. El año en el cual mis convecinos han premiado la
corrupción y el despilfarro con una nueva mayoría absoluta para el partido en
el poder. Si home si, el Partido del Puchero…
ese PP
valenciano que tan a gusto se
mueve entre el delito y el delirio. Esos mismos que después de ganar las
elecciones por enésima vez, se ha dado cuenta que las arcas públicas están
vacías y hay que recortar. Como si no fueran ellos los que las han vaciado mangoneando
y disparando con pólvora de Rey para la celebración de encuentros mundiales de
familias, competiciones automovilísticas, míticas cabalgatas conmemorativas, carretadas
de facturas para pagar hierros blancos y trencadis
y mordidas variadas para todos los amigos e hijos de, bien provistos ellos
de enormes bigotes y pelazos engominados. Esos mismos que ahora deciden recortar
un 30% el coste de la administración pública valenciana, por que es lo que
vende entre el electorado ignorante y aborregado. Eso sí, sin que a ellos les
afecte al bolsillo. Ni tampoco a sus hijos, amigos, conocidos, primos, vecinos,
amantes, tunantes, informantes, cómplices, encubridores, pelotas, falleras
mayores más putas que las gallinas, abubillas políticas y otros pardals de bajos vuelos…
Panda de hijos de puta…
…y ahí es cuando echo mano
de mí revolver.
Sulo!!! es verdad ha sido un año de mierda, ya lo creo, doy fe de ello tmb. lo bueno es que ya queda poco y a lo mejor cambia la suerte o los ánimos. aunque no es la solución a veces hay trucos, caprichos que uno se puede dar precssamente por ser todo tan gris que.. a veces.. conviene o parece que no queda otra que evadirse. Yo por ej acabo de tantear billetes para el puente de diciembre para ir a nuestro querido Frisco, aunque me sale caro y lo he descartado. Pero te doy/paso la sugerencia no vaya a ser que a ti sí que te cuadre! BUENO CAPITÁN NO DEJES QUE EL BARCO NAUFRAGUE, aunque el clima circundante sea poco alentador. chao, bss
ResponderEliminarQué les den, Giro. ¡A todos! No hay tregua, es cierto. Pero cuando se recompongan nuestras tropas lo que no va a haber es piedad. A cara de perro, ¡hasta el final!
ResponderEliminarGracias Lapor... y sí, me encantaría volver a Frisco, pero creo que será mejor dejarlo para más adelante.
ResponderEliminarA cara de perro mae!!!
ResponderEliminar...y repite conmigo O-K-L-A-H-O-M-A