Llevo
unas semanas viendo como afrontar esta mini-crítica que ahora os
presento aquí. Y he decidido que de hoy no pasa, más que
nada porque no creo que mi regusto vaya a cambiar demasiado ni aunque
me empachase de chicles de menta. Todo esto tiene que ver con la
cacareada exposición que sobre los Rolling Stones han montado en el
Centro Cultural Bancaixa, otrora faro espiritual de todos aquellos
valenciantets a los que nos interesa el mundillo "exposicional".
Un espacio que, como ya he contado aquí en varias ocasiones, lleva
tiempo languideciendo.
“Sympathy
for the Stones”, que así se titula la expo, se plantea como un
recorrido abierto a través de algunos momentos estelares de la banda
capitaneada por morritos Jagger. Analizando una presencia icónica
multiple que a nadie se le escapa, se nos muestran mogollón de
imágenes, sonidos y testimonios que dan fe de la importancia más
allá de lo musical de los Rolling Stones, además de dar cuenta de
su evolución musical y estética.
Por
todo eso y por supuesto, por tratarse de una de las bandas
más importantes de toda la historia del rock y de la música en
general, tenía muchísimas ganas de acercarme hasta la Plaza Tetuán
para zambullirme por enésima vez en el mito stoniano. Pero la
zambullida se tornó en un costalazo de las dimensiones del que
originó la triste historia de Ramón Sampedro. Y me sabe mal porque la cosa podía haber estado la mar de bien. Lo cual se hubiese agradecido aún más en una ciudad como esta, cada vez más huérfana de propuestas culturales interesantes. Además conozco el trabajo de alguno de los que andan detrás de la muestra y
son gente a la que respeto mucho por lo que opinan y hacen. Pero es
que la cosa les ha quedado muy flojita. Tanto que, al final de la carrera, “Sympathy
for the Stones” no pasa de ser un paseo por el cuarto de cualquier
miembro de The Rolling Stones Fan Club con toda su parafernalia fetichista. Sus cuatro pósters de Jagger, Richards & Co, otras tantas fotitos de portadas de
discos requetevistas por todo hijo de vecino, la transcripción de
algunas anécdotas conocidas por cualquier melómano de medio pelo
(ya no digo por los fans), además de las proyecciones de
“Gimme Shelter” (con las escenas mil veces vistas del trágico concierto de Altamont), “Sympathy for the Devil” de Godard o
“Shine a Light” de Scorsese. Vídeos a los que cualquiera con un
mínimo de interés tiene fácil acceso.
Y
es una pena, la verdad, porque estamos hablando de los fuckin' Rolling Stones... ¡¡¡que estos no son U2!!! Por mucho que la banda de Londres también se merezca una
buena dosis de collejas desde que decidieran preocuparse más en
sostener un emporio comercial que en componer canciones.
Y eso es lo que hay...
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