El de
la foto es Ridley Scott, al que debemos un puñado de grandes películas pero
también, conviene recordarlo, bodrios como “Un buen año”, cuando no
engendros diarreicos del estilo “La teniente O’Neil” o “Hannibal”. En este fotomontaje le vemos junto a un tablero del conocidísimo juego
de mesa Monopoly. Creado por la casa Parker allá por la década
de los treinta, tiene por objeto el que los jugadores adquieran el mayor número
de propiedades inmobiliarias, hasta que uno de ellos consiga tener el monopolio
y ganar la partida… Vamos, poco más o menos a lo que han estado jugando Luís Batalla, Bautista Soler, Enrique Ortiz, “El Pocero”, Enrique Bañuelos o Antonio Martín en la costa mediterránea.
Cuento esto porque, durante los últimos tiempos, se ha venido especulado con la
posibilidad de que Ridley Scott estuviera ligado con un proyecto
cinematográfico que versa, precisamente, sobre este juego de mesa. Y ahora, lo
que era tan sólo un rumor, ha tomado cuerpo. El propio Scott, en una entrevista
reciente, ha reconocido que está preparando la película y ojo a lo siguiente,
¡¡¡que está muy ilusionado en el proyecto!!! Así que, a pesar de que la cosa no
parece seria, el proyecto ya está en marcha. Confirmándolo el
productor Brian Goldner -gerifalte de la empresa Hasbro, la compañía a la
que hoy pertenecen los derechos del juego-: “Él ha construido esos
maravillosos mundos de fantasía… Combina eso con el trabajo de Pamela Pettler,
que es quien está escribiendo este gran guión sobre personas reales que de
alguna forma juegan a un Monopoly de la vida real, no en el tablero, aunque hay
elementos del juego de mesa. Y entonces tendrás una idea de por qué esta
historia puede tener sentido justo ahora”. Y el amigo Ridley Scott lo
remata tal que así: “Tengo que dirigirlo… Estamos en proceso ahora
mismo. Lo estamos escribiendo. Hemos encontrado una muy buena historia y es
fundamentalmente una película, no un juego, donde probablemente se describirán
de alguna forma los personajes que hay en la película, la pasión del juego, y
cómo surgió éste”.
Como veis la cosa promete de la hostia y un servidor cuenta los días para ver
el resultado. Sobre todo para comprobar cómo se las van a ingeniar para
elaborar una historia decente con esos mimbres y como va a quedar en forma de
fotogramas, semejante dislate. Pensándolo mejor, cuando la película esté en la
cartelera, va a ir a verla su puta madre…
Y ya
que hablamos de películas con una pinta nefasta, ¿qué decir de “Dragonball”?
Y es que me topé con ese cartelito promocional en la Estació del Nord mientras
esperaba el cercanías hacia Benifaió-Almussafes. Tuve que mirarlo como diez
veces para entender que es lo que me decía el cartelito de marras… “No pué ser”,
pensé. Pero sí… Y tanto que puede ser... Más tarde, ya de vuelta en mi casa,
busqué el tráiler y quedé estupefacto ante la perspectiva. Ese pipiolo
imberbe, con un aire a Elijah Wood, lanzando un Kame Hame…
Inenarrable xé. ¿A quién
coño se le ha ocurrido hacer una película con personajes de carne y hueso sobre
este conocido manga de Akira Toriyama? ¿Estamos locos o qué? Vale que en Hollywood haya
una crisis de ideas de proporciones desconocidas, ¿pero tan honda es? Y aunque
así lo fuera ¿¿¿era necesario llegar a esto??? Al puto Son Goku in person,
con sus pelos pinchos y su cola de mona… Por lo menos el señor James Wong, que
así se llama el perpetrador, podía haber elegido a otro actor para representarlo.
Ya puestos, por ejemplo a Bill Kaulitz, a la sazón cantante de los olvidables Tokio Hotel y que siga la verbena mondié. Por cierto que el señor Wong es el mismo que dirigió la curiosa “Destino Final”. No entiendo nada, la verdad…
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PD. He leído por ahí que Kame Hame Ha (かめはめ波) significa, literalmente, “gran ola de
corriente tortuga”. Ojiplático me hallo...
PD II. Empezamos el año con “Un Chihuahua en Beverly Hills” y
ahora nos llega esto. Nos está quedando un 2009 precioso.
PD III. Próximamente dedicaré un post a los tipos de Tokio
Hotel. Y es que los alemanes llevan ya un tiempecito tocando esta puerta y lo merecen por
(de)méritos propios.
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