De gira
actualmente por Europa, presentando un nuevo trabajo que responde al nombre
de “Ten Stones”, reivindico aquí el mejor disco
grabado hasta la fecha por Wovenhand. Publicado en el 2006, “Mosaic” es
pura Iglesia. Pero Iglesia gótica y mala onda, como le gusta al reverendo Edwards. Tremendo trabajo repleto de pasajes atmosféricos,
oníricos e incluso abstractos. Dotado de una densidad que surge desde
la espiritualidad y los miedos atávicos del país de las
barras y estrellas, zambulléndonos directamente hacia lo más profundo. Recordando en ocasiones a Sisters of Mercy o la
Bauhaus, incluso a la Joy Division más siniestra, siempre y cuando
estos grupos se hubiesen formado en algún árido poblacho de Colorado, Wyoming,
Oklahoma o Nuevo Méjico.
Y ese es
el discurso de Wovenhand, una suerte de western gótico y crepuscular
oficiado por Su Santidad David Eugene Edwards. ¡Ah! Que no lo había
dicho. Detrás de esta gente se halla el líder de los
tristemente desaparecidos 16 Horsepower, a los que ya dediqué una entrada hace tiempo. Un tipo que, según cuenta la leyenda, es hijo de un predicador
cristiano. Lo que cuadra a la vista de la retórica y ademanes. Amén.
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