10.
Cuello - “Modo Eterno”
La
aportación de la
terreta
a esta lista viene capitaneada por Cuello. Y no es que hayan tenido
trato de favor por aquello del paisanaje, las cuotas de
representatividad y demás mandangas. Simplemente es que “Modo
Eterno”, glorioso álbum de confirmación de los valencianos, es
muy bueno. Como decían los del Mondosonoro “otro
disco esencial para una discografía que va tomando cuerpo de
clásico”.
Y yo, exagerado como soy en lo que respecta a la expresión escrita
de mis pasiones, no podría estar más de acuerdo. Así que suscribo
tal afirmación de
pé a pá.
¿He dicho que “Modo Eterno” es un buen disco? ¡Pues no! Es un
tremendo disco.
Si
ya con su anterior elepé, el no menos glorioso “Mi brazo que te
sobre”, me tenían absolutamente
ganado, no os cuento ahora. ¡Y mucho más tras verles en directo!
Y
es que con la particular voz del señor Guerrero (Betunizer, Jupiter
Lion) y sobre la base rítmica de un animal llamado Oscar Mezquita,
que le pega al bombo y a los platillos como si le debieran dinero,
tan solo se pueden construir cosas muy grandes.
9.
Garotas Suecas - “Feras Míticas”
Vaya
por delante que, siendo estrictos con las fechas de lanzamiento,
“Feras míticas” es un álbum que debería haber aparecido en mi
lista de recomendaciones 2013. El caso es que me da
igual que me da lo mismo. La copia que obra en mi poder está
fechada a comienzos del presente año y ha sido durante este
ejercicio cuando he disfrutado como un enano del neotropicalismo que
contiene. Y es que los Garotas son de Sao Paulo en Brasil y suenan a
eso. Es decir, al Brasil bueno, al de la música de vanguardia, el
tropicalismo iniciático de don Caetano, a aquel que bebe de la
tradición para adentrarse en terrenos mucho más arriesgados.
También a la psicodelía de Os Muntantes. Y es que la influencia de
Rita Lee, Sérgio Dias y Arnaldo Baptista es una evidencia
incontestable en “Feras míticas”. Aunque también se aprecian
ciertas reminiscencias a la obra de otros ilustres brasileños como
Jorge Ben, Edu Lobo y si me apuráis hasta Chico Buarque.
“Feras
míticas” es un disco enorme. Mucho mejor acabado que aquel
interesante “Escaldante banda” con el que Garotas Suecas
debutaran en 2010. Encima contiene un artwork
bien chulo que hace que este disco se convierta en un recomendable
auto-regalo navideño para cualquier amante de la buena música.
8.
Spoon - “They Want My Soul”
“They
Want My Soul” es un álbum que no aporta nada nuevo a la carrera de
Spoon. Sin embargo nos muestra la mejor versión de la banda de
Austin. ¡Ahí es nada! Y es que algunos nos quedamos sumamente
despagados
con aquel “Transference” del cual podía rescatarse “Got
nuffin” pero poco más. Aquella cosa, que no era ni
chicha ni limoná,
parecía indigna de un tipo tan brillante como Britt Daniels. Pero
ahora las cosas han cambiado y estamos de enhorabuena. Spoon
han vuelto por donde solían, sonando angulares a la par que afilados
sin por ello apartarse de las coordenadas de lo accesible.
No
sé si este álbum es lo mejor que han hecho Spoon hasta el momento como afirma mi botiguer
de
cabecera. Lo que sí sé es que con “They want my soul” confirman
su estatus de banda referencial. De las pocas que siguen en activo. Y
eso a pesar de que nunca han gozado de un éxito a lo grande. Algo
que sin duda merecieron y merecen. Y si no lo ves igual, pues muy
bien, pero que sepas que solo TÚ te lo estás perdiendo.
7.
Sílvia Pérez Cruz & Raül Fernandez Miró - “Granada”
“Granada”
es un disco de versiones, ¡pero menudas versiones! Gracias a la
portentosa voz de la que fuera vocalista de Las Migas, aunque también
a las manos de su compañero de correrías, canciones de cualquier
época, estilo y lugar cantadas en este o en cualquier otro idioma,
acaban transformándose en algo diferente y grandioso. ¿Mejorando
el original? En ocasiones sin duda.
Estamos
ante un disco sumamente especial y muy, pero que muy, bonito.
Compendio de canciones
que rezuman belleza y cuya escucha supone una gratísima experiencia
auditiva.
Destacan
las versiones que la cantautora de Palafrugell hace del “Abril 74”
de Lluís Llach, del himno del amor de la Piaf, “Gallo rojo, gallo
negro” de Chicho Sánchez Ferlosio y, por encima de todas ellas,
una maravillosa revisión de “Puerto Montt está temblando” de la
gran Violeta Parra.
6.
The New Pornographers - “Bill Bruisers”
El
disco más energético de este 2014. ¿He dicho energético? Pues me
he quedado corto. ¡¡¡Euforizante!!!
Es ponerlo a rodar y que se disipen todas las penas y limpie el alma.
Un chute de adrenalina inmediato que compensa, con mucho, la supuesta
falta de rebaba de la que, probablemente, adolece “Bill Bruisers”.
El sexto álbum de estudio firmado por esta súper-banda canadiense
entre cuyos miembros destaca la musa del alt-country
Neko Case. Colorista y explosivo. Grandilocuente hasta decir basta.
Tremebunda colección de himnos power-pop
que hará las delicias de cualquier diyéi
que se precie o al menos que aprecie a su público. Es pinchar
cualquiera de sus cortes y que todo el respetable empiece a botar.
Música de celebración, en el mejor de los sentidos.
5.
Wovenhand - “Refractory Obdurate”
El
reverendo Edwards lo ha vuelto a hacer. Su misa gótica, en la
versión más rockera
que se le recuerde, vuelve a levantar los cimientos de todo el
hillbillismo
militante.
Con
“Refractory obdurate” Dave Eugene sigue la línea de mayor
contundencia iniciada con su anterior disco “The Laughing Stalk”,
al que supera y con la perspectiva del tiempo aún superará en más.
Estamos ante un disco más redondo, menos pretencioso, más sencillo
si se quiere, pero casi tan rotundo como aquel “Mosaic”
responsable de que muchos nos rindiéramos a sus pies por siempre
jamás. Y no puedo añadir mucho más. Los que me seguís sabéis de
sobra lo que me pone este tío. Pero es que lo ha vuelto a hacer.
¡Que Dios nos bendiga!
4.
El Columpio Asesino - “Ballenas Muertas En San Sebastián”
Es
evidente que los hermanos Arizaleta se tiraron sus años fantaseando
con ser los nuevos Suicide
y esa influencia marca su oferta. Si bien, nunca ese empeño les
había llevado hasta
acercarse
tanto al sonido de la mítica banda neoyorquina. Y es que, de los
cinco álbumes de estudio
publicados por la banda pamplonica, este “Ballenas muertas en San
Sebastián” es su disco más Suicide. También es su disco más
radical. Lo cual no significa que hayan tirado por la borda la
personalidad plasmada anteriormente y la empatía granjeada gracias a
canciones como “Toro”. Pero sí que han sido capaces de alzarse
por encima del jitazo
taurino y el riesgo de acabar siendo una especie de one
hit wonder band
versión indie.
Las
evocaciones al krautrock
siguen estando ahí, y a Dios gracias, pero en una variante un tanto
más aterciopelada. Incluso incorporan guiños y cierta luminosidad
más propia del universo pop.
Las letras siguen
molando. Y eso que en alguna ocasión caminan sobre el alambre. Por ahora han conseguido no despeñarse en ese abismo del
ridículo del que es tan fácil entrar como difícil salir.
3.
Cloud Nothings - “Here And Nowhere Else”
El
nuevo disco de Cloud Nothings no tiene trampa ni cartón. Comienza y
acaba como un ciclón. Gran parte de culpa la tienen “Now hear in” y
“I'm not part of me”, los dos himnos que actúan como piezas de
apertura y cierre de un álbum casi redondo. Y lo que queda en el
medio tampoco le va a la zaga: “Psychic trauma”, “Just see
fear” o “Pattern walks”, ahí
es ná!!!
Hay
algo más que, por sí solo, hace grande este disco, justificando con
creces la mordida que os haya tocado pagar por adquirir una copia
física, en cedé o en vinilo, ¡nada de formato digital! Me refiero
a la portentosa batería. ¡Cómo le pega a los bongos el señorito
Jayson Gerycz! Y es que no había escuchado algo tan brutal desde el
martilleo al que nos sometió William Goldsmith en el épico debut de
mis añorados Sunny Day Real Estate.
2.
Mazes - “Wooden Aquarium”
El
regreso de esta fantabulosa
banda anglo-gringo-neozelandesa, afincada en la pérfida Albión, no
podía haber resultado mejor. Unos tipos que crecen disco a disco y
cuya propuesta tiene la capacidad de aunar lo mejor del sonido NYC y
del sonido Londres, sin dejar de lado ciertos aromas western.
“Wooden
aquarium” es un disco fruto del compromiso incondicional de un trío
de músicos que creen firmemente en lo que hacen. Gestado dentro del
acuario de madera al que honra el titulo del álbum y que no es otra
cosa que el estudio de grabación en el cual se vieron recluidos en
algún lugar en el entorno de la Gran Manzana, por culpa de las duras
condiciones climatológicas. No les importó el que, a diario, fuera
preciso abrirse paso a través de una gruesa capa de nieve para
acceder al mismo y grabar unos temas que, a la postre, serían los que dan forma a "Wooden aquarium". Y aunque la cosa no se prolongó más allá de un par
de semanas, de esa lucha y de ese aislamiento surgió este
maravilloso e inexplicablemente ninguneado álbum que transita entre
el lo-fi
más malkmusiano y una versión indie
y suavizada del rock de finales de los 70. Uno de los mejores discos,
sino el mejor, de este 2014... de no ser por el rubio escuchimizado
del que os hablaré a continuación.
1.
Beck - “Morning Phase”
Para
este menda, el duodécimo álbum de estudio del señorito Beck Hansen
es lo mejor que
nos ha deparado la excelente cosecha musical 2014.
Mucho
ha llovido ya desde aquel mes de marzo de 1994 cuando el angelino
saltara a
la fama mundial gracias al celebérrimo estribillo de "Loser”
("...soy
un pierdedoooor... I'm a loser babyyyyyyy... so why don't you kill
me?"),
incluida en el álbum “Mellow Gold”. Desde entonces hasta ahora
Beck se ha ocupado de tocar todos los palos, mostrándolo en una
sucesión de discos a cada cual mejor. Si bien, siempre en mi humilde
opinión, nunca de una forma tan perfecta como en el disco que nos
ocupa. Eso no quita que reconozca, como no podía ser de otra forma,
que este hombre ya atesoraba un importante caudal de joyitas
musicales antes de publicar “Morning phase”. Un álbum preciso,
precioso y hasta preciosista, hermano gemelo de aquel “Sea Change” del 2002. Pero siendo bueno aquel, este es aún mejor. Impresionante en
sus armonías, artesanías y cadencias. Disco conceptual e intimista
que te atrapa y no te suelta hasta que lo terminas. Eso si eres capaz
de resistirte a ponerlo a sonar en bucle en gozosas sesiones
non-stop.
¡Y
es que es muy grande!
Y HASTA AQUÍ HEMOS LLEGADO...
Uy amigo Sulo, no esperaba unos discos tan previsibles ahí arriba jejeje Que cabrón que soy!! es coña... un poco. Yo no se si porque no me ha sorprendido tanto el disco de Beck y me acordaba más del Sea Changes, aunque me encanta y me gusta un montón no ha acabado entrando en la lista (doblemente cabrón). De Mazes casi que me gusta más suotro disco, en fin, hay discos a los que no le he encontrado el momento, a veces es cuestión de pillarles el punto o escucharlos más. El de New Pornographers ya es devocionario, me encantó de primera instancia pero me acaba cansando un pelín al cabo de las 1.000 veces escuchado (ojo que me lo compré original y todo).
ResponderEliminarEn fin chico, gran lista variadita y contrastada que de lo que se trata. Y a la que debo ir devorando y recuperando discos apartados por nosequé razón. Todo es escucharlos como la tortilla de patatas io los guisados, de un día para otro están más ricos.
Felices Fiestas amicci!!
Pues vamos a coincidir en bastantes, porque en mi lista hay varios de los que has puesto por aquí. Le voy a dar carnaza al bueno de bboyz, para que siga de 'metededos', jajaja. Pero bueno, la verdad es que los discos de los 'Pornógrafos', el amigo Beck, el de los archienemigos del díscolo Kozelek...pues como que han sido de mucho impacto, álbumes casi redondos, para bandas que siempre o casi siempre convencen. Otra cosa es lo que dice nuestro compadre, que tal vez echa uno la vista atrás y se queda con otros discos de ellos, pero después de todo es bueno ver como siguen sacando buenas obras siendo ya veteranos. El de Spoon, tenía la corazonada de que lo pondrías. Otros con los que se va a tiro hecho. Garotas Suecas me han gustado. El Dr. Crespo precisamente me recomendó hace un tiempo a Lê Almeida, que es de por allí y me entró de fábula a la primera. Échale un par de orejas a lo que hace, que creo que te gustará.
ResponderEliminarBueno, tio, ya he dado bastante la brasa por hoy.
Abrazos y felices crestas!
Disculpenme por el retraso, pero con las vacaciones y sus consiguientes fartadas no he tenido tiempo de pasarme por aquí. A ver, a mí el de Beck es que me tiene fascinado y encima ha sido todo una sorpresa ya que, como creo se deduce en el texto, se trata de un artista al que no suelo seguir demasiado. Me encantó Mellow Gold, tb Sea Changes, pero lo cierto es que nunca me he entregado por completo a su propuesta. Pero mira tu por donde que está vez me ha atrapado y eso que esta es su versión más introspectiva y de fiesta poco, pero bueno, me ha dado por ahí. Lo contrario que el The new Pornographers el cual me fascina precisamente por su festividad. No sé si es mejor o peor que los anteriores aunque lo cierto es que ahora es cuando más han captado mi atención. Supongo que es buen momento de revisar su discografía. Respecto al de Mazes, que decir de una banda de la que sí soy fan. Supongo que por disco anterior te refieres al Ores &... que también es buenísimo, como todo lo que han grabado hasta el momento. Sin embargo creo que con este han subido un poco más el listón. En este sentido, espero con ansias su nuevo materia... Y sí, es verdad, me he dejado el de Chad Vangaaelen, pero bueno, lo recuperaré junto a otros en este primer tercio del 2015. Salut...
ResponderEliminarEl de Spoon es glorioso. Además creo que es un disco que crece escucha a escucha. Que te vía'desí yo, Spoonita convencido como soy... jejejeje
ResponderEliminarLe hincaré el diente al de Lê Almeida...
Cenks monsieur
Saluteichons... the drug of the nation, que decían los Disposable Heroes of Hiphoprisy...