30.
Alt-J - “This Is All Yours”
Estamos
ante un disco de absoluta confirmación. Y es que con este “This is
all yours”, segundo álbum en la carrera del trío de Leeds (antes
eran cuatro), se reafirman como una de las propuestas más
interesantes dentro del panorama musical internacional. Responsables
de un sonido sutil y preciso hasta lo matemático, tanto en líneas
instrumentales como en las voces, su planteamiento sigue siendo
idéntico, si acaso un poco suavizado. También en lo que se refiere
a combinar diversos y hasta variados estilos. En este sentido “This
is all yours” continua la senda iniciada por el aclamadísimo debut
de Alt-J y, aunque no encontrareis (casi) nada novedoso en él,
tampoco echareis en falta algo de lo que convirtió a “An Awesome
Wave” en uno de los discos del año pasado. Es más, lo que
“Breezeblocks” fue para aquel primer disco, ahora es cosa de
“Every other freckle”. Otro pepino dispuesto a perdurar. Con todo
y con eso, si que se aprecia una cadencia más relajada en un álbum
que se erige como una oda a los medios tiempos, complejos y
brillantes, como marca el saber hacer de esta panda de viejóvenes.
29.
Weezer - “Everything Will Be Allright In The End”
Personajes
ilustres dentro de la crítica especializada han saludado la
publicación del décimo álbum de Weezer con calificativos como
"espanto", cuando no directamente como "aberración".
Los hay quienes incluso se ha atrevido a recomendarles la disolución,
como si estuviéramos hablando de la banda terrorista ETA. “Álbum
ridículo que produce vergüenza ajena y hasta sonrojo”, leí que
decía otro. En fin... ¿Pues que queréis que os diga gachones? Yo me lo paso teta escuchando“Everything will be
allright in the end”. Es más, perdónenme vuesas mercedes pero
pienso seguir moviendo el esqueleto al ritmo de “Go away”, “The
British are coming”, “Back to the shack”, “Da Vinci” o
“Cleopatra”. Y sí, ya lo sé, no todo es maravilloso en el
último disco de la banda californiana.
Entre sus trece cortes se cuela alguno
que, quizás, esté de más. Pero de ahí a considerarlo un
esperpento, media un largo trecho. A mí me parece que Rivers Cuomo y
sus chicos han facturado un buen disco de power
pop,
tremendamente disfrutable y que, por encima de todo, respeta la
esencia de lo que han sido, son y serán Weezer. Además, en cierto
sentido, vuelven al sonido marca de la casa. El de los mejores tiempos de
la banda. Del que se habían desviado un poco (demasiado) en sus dos últimos lanzamientos.
¿Que el álbum azul, el verde y hasta "Pinkerton" son mucho mejores que este? Ya.
Y el “Revolver” de los Beatles, ¡no te jode!
28.
Miquel Serra - “La Felicitat dels Animals”/“El Perfum Dels
Vegetals”
No
solo de Rafa Nadal vive Manacor. De allí también viene Miquel Serra
y sus dos maravillosos álbumes complementarios publicados en este
2014. Una perfecta continuación de aquel celebrado y no por ello
demasiado conocido “Roses místiques” (2013).
Pero es que encima el
bueno de Miquel ha sido capaz de ampliar la paleta de colores dentro
de un concepto más o menos folk, con buena presencia de ruiditos que
nos adentran en los senderos de la psicodelia or
something like that.
Con
todo, nada sería lo mismo sin esa voz. Un registro que emociona y
nos llega hasta lo más profundo, tanto en su versión eléctrica, en
“La felicitat del animals”, como en acústico, en“El perfum
dels vegetals”. Ah!
Y todo ello cantado en la lengua de Raymundus Lullus y su
retatatataranieto
Sergi Llul aka
Lull Llull Llull Llull!!!
27.
Ty Segall - “Manipulator”
Vuelta
al ruedo la de este loco y prolífico veinteañero. El mismo que iniciase la
diáspora garagera
desde la bahía de San Francisco hasta Malibú Beach hace un par de discos. Y como no podía
ser de otra manera lo hace a lo grande, sin renunciar a esa suerte de
garage
surfero que tanto nos gusta a algunos y que tanto denostan otros.
“Manipulator”
es un disco fácil, al menos todo lo fácil que puede ser un disco de
garage,
lo cual, aunque parezca contradictorio, se agradece. Y es que, muy posiblemente, estemos ante el álbum más accesible realizado por Ty hasta
el momento, pero también, al menos para quien suscribe estas líneas,
su mejor obra. ¿Contradicción again?
Sure.
O simplemente es que el rey del fuzz
californiano es un manipulador del copón y siempre consigue llevarme
al huerto. A ver, me explico, es evidente que en “Manipulator” Ty Segall arriesga poco o nada. Tira de sus
consabidas habilidades guitarreras, su psicodelía raruna
y
el punto cómico habitual. Y todo eso lo plasma en forma de veinte
canciones que quizás se antojan demasiadas para un solo álbum.
¿Sobra alguna? Pues quizás sí, pero ¿y qué? Todas, hasta las
peores del repertorio, son más que aceptables. Y luego están las
mejores... y “Feel”... y "The singer"... y...
26.
Centro-matic - “Take Pride In Your Long Odds”
Esta
mini crónica - alabanza de lo último firmado por la banda de Texas,
debería titularse “gallina
vella fa bon caldo”.
Y es que ese refrán tan valenciano -al menos en la versión que me
trasmitieron a mí- es una verdad como un templo. Eso lo sabemos bien, gracias a las cabecitas, manos y pies de Will Johnson, Scott Danbom,
Matt Pence y Mark Henman, quienes se han sacado de la manga otra gema
más y ya van....
Sonido
Centro-matic 100%. En ese punto intermedio entre el alt-
country
y el indie
norteamericano en el que la versión más rockera
de Johnson se encuentra tan a gusto. Con sus ecos al Springsteen originario y a los Crazy Horse, con o sin Neil Young, pero también
a J. Mascis, Sebadoh y hasta Pavement.
Como
he dicho anteriormente la virtud de este "Take price..."
es, precisamente, que estamos ante una obra madura en la que se
reconoce claramente la autoría. No hay experimentación en él pero,
¿qué queréis que os diga? Ni falta que hace.
Como todo lo
firmado por el cuarteto de Denton, el disco esta contraindicado para
poses pasivas. Aquí se viene a rockanrolear
y sino pues no se viene. ¿Qué queréis algo más reposado? El 75%
de Centro-matic te lo ofrecen a través de su filial South San
Gabriel. ¿Qué preferís recluiros en la introspección? Entonces os
podéis acercar a los maravillosos mundos de Will Johnson en
solitario.
Y es que in
Will Johnson we trust, forever and ever...
25.
Wild Beasts - “Present Tense”
El
nuevo disco de estas bestias pardas supone un regreso a la buena
senda y obviamente me estoy refiriendo a aquel maravilloso "Smother"
que Wild Beasts publicaron en el 2011. Eso implica que este "Present
tense" no sea un disco fácil de escuchar, en parte porque Wild
Beasts tampoco son una banda para nada fácil. Y es que la trascendencia y la
pretenciosidad informan toda su propuesta, incluso en cortes
supuestamente accesibles como "Wanderlust" o
"Mecca".
El
cuarteto inglés continua mostrándonos su particular manera de
entender el pop. Una propuesta densa e intensa, con unos
sintetizadores heredados de la cold-wave,
en
la que adquiere un papel fundamental la extraña y emocionante voz de
Hayden Thorpe. El álbum, además, resiste las comparativas con la
mejor versión de The XX, o con la parte menos barroca de Yeasayer.
Si bien tengo que reconocer que esta última está un poco forzada.
Un discazo. Otro más en su cuenta. Aunque cueste cogerle el punto, que
también es verdad. Y es que apreciar la riqueza de matices y
texturas requiere una escucha reposada y atenta. Pero el esfuerzo
compensa. Feu-li
cas al pare.
24.
Zig-Zags - s/t
De
entre todos las bandas de revival
Sabbath
que han sacado disco durante este 2014, el debut de este trío de Los
Ángeles me ha parecido el mejor. Y que me perdonen los fans
de los Hornss, que también molan, pero menos.
El
disco de presentación de los Zig-Zags incluye doce chupinazos que te dejan sin aliento desde el
primer minuto. Y es que a intensidad pocas bandas les ganan. De eso ya se habían percatado gentes tan importantes en este negociado
-y generacionalmente tan distantes- como Iggy Pop o Ty Segall. De
hecho este último personaje, del que ya os he hablado un poco más arriba, es parcialmente responsable del sonido
stoner-noise-rock
estruendoso, a la par que cavernoso, que se respira en todo el álbum. Y es que fue el hacedor del "Manipulator" quien puso el estudio de grabación para que fuera
posible.
Fantástico debut de una banda a no perder de vista.
23.
Jack White - “Lazaretto”
El
segundo disco en solitario del que fuera líder de los White Stripes
es uno de esos álbumes que gusta tener en vinilo. Y puestos a
pedir, en su versión "Ultra LP". Y es que el genio de
Detroit se ha sacado de la manga, a través de su propio sello, una
auténtica virguería para coleccionistas. Cuidadísima edición
especial en la que se altera el orden de los cortes, se incluyen
canciones escondidas y hasta hologramas que tan solo se pueden ver
cuando lo pones a rodar en el tocadiscos. Además la cara A se reproduce
de dentro hacia afuera y ambas caras terminan con una ranura cerrada
que hace que el vinilo continúe sonando con un loop
infinito, al igual que hicieran los Beatles en la cara interna del
Sgt. Pepper's. Por si no había suficiente, la intro de la magnífica
"Just one drink" puede ser eléctrica o acústica,
dependiendo del lugar en el que caiga la aguja. Y ya sé que suena
marciano pero e
vero.
Se debe a la utilización de tecnología dual-groove,
que
no sé
que mierdas es, pero mola.
Bueno.
Y a parte de las bizarradas ¿qué más tiene este "Lazaretto"
que lo haga merecedor de este ranking?
Pues qualité.
La propia del Sr. White, rey Midas del rock contemporáneo. Riffs
de guitarra marca de la casa, cierta cadencia bluesera
y esa búsqueda de refugio en la música de raíces que ya se
apreciaba de forma indiciaria en "Blunderbuss". Sin embargo
todo en "Lazaretto" es más sólido, coherente y
compensado. Y es que hasta los genios maduran... Y se toman su
tiempo. Más aún sabiendo como sabemos, que todas las canciones de
este disco tienen su origen en una colección de relatos, poemas y
canciones que el Sr. White escribió en su casita cuando tenía 19 años.
22.
Parquet Courts - “Sunbathing Animal”
Tercer
disco de la prolífica banda de los hermanos Savage bajo la etiqueta "Parquet Courts”. Digo esto porque desde finales del 2011, el
cuarteto tejano -ahora afincado en la Gran Manzana- lleva facturados
un par de discos más bajo la marca Parkay Quartz (que debe significar lo
mismo que Parquet Courts pero en gaélico o en neo-lengua o yo que
caralho
sé). Por lo qué, realmente, estamos ante el quinto en su cuenta.
La
fórmula en éste y en todos los demás es exactamente la misma:
sencillez y contundencia. Lo cual no quita que estemos ante un disco
tremendo que bebe de la mejor tradición indie-rock
al margen
del mainstream
y que a la vez se aleja del hipsterismo militante y la ridícula
modernez imperante.
"Sunbathing animal" nos ofrece la mejor versión de una banda acostumbrada a dar siempre lo máximo. Aquella que los emparenta con gentes como The Clash y los Ramones, pero también con Pavement y los Strokes. Ahí es ná.
21.
Nick Waterhouse - “Holly”
Es
curioso, pero de un tiempo a esta parte se ha producido una explosión
de bandas que reclaman
una vuelta al soul
más
clásico, al de los éxitos de la Motown
o la Stax. Vale, okey,
hablar de explosión tal vez sea algo exagerado. Más aún cuando
esta gloriosa liberación simultánea de energía calórica,
lumínica, pero sobretodo sonora, no ha recibido mucha más cobertura
que las cuatro elogiosas críticas a otros tantos artistas en algún
medio de corte generalista. Excepción hecha del fenómeno Amy
Winehouse, claro está. Y es que la contralto londinense fue quien
inició el proceso, eso hay que reconocérselo. Pero además del
malogrado proyecto Amy, durante los últimos años hemos visto surgir
a gentes como Black Joe Lewis, Eli “Paperboy” Reed, Jeff Hershey
& The Heartbeats, JC Brooks & the Uptown Sound, Sharon Jones
& the Dap-Kings o Nick Waterhouse, que es quien nos importa por ser responsable de uno de
los mejores álbumes del 2014: “Holly”. Un disco que aplica a la
perfección las enseñanzas del masterfucker
James Brown y en el que se respira negritud por los cuatro costados y eso que el amigo Nick es más blanco
que la leche.
En“Holly”
no hay canción que baje el nivel medio, lo cual desde un punto de
vista conceptual resulta glorioso. Otro asunto es para el directo,
pero de eso ya hablé en su momento y ahora no viene al caso.
Un
álbum profundamente disfrutable dotado de una horrorosa portada, por
mucho que la tal Holly esté de buen ver.
Este es el trozo de lista que me es mas familiar, y aún así me das a conocer a esos Zig-Zags, que me han supuesto una descarga de energía matinal revitalizante (vitaminada y mineralizada también, como le pasaba a Super Ratón). Con lo que dices de Alt-J, Centro-Matic y Weezer, no puedo estar mas de acuerdo. Lo que comentas que se ha dicho por ahí de los de Rivers Cuomo, solo puedo decir, que son sandeces. Cuanta memez, ya si tenemos que valorar los discos de una banda por lo que han sido antes o por lo que se habla de ellos dentro del moderneo indie, apaga y vámonos. Seguro que esos mismos han tildado el último de The Black Keys como 'disco de madurez'. Stop staffs, hombre!
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