El
mundo de las series está tremendamente
sobrevalorado
y
lo
sabéis.
Es más, creo
que ya
está
empezando a apestar. Esa
necesidad de poner
por las nubes
cualquier cosa con la matricula HBO; ese
acriticismo
respecto
a
cualquier producto del
Channel 4; esa complacencia con la apuesta de temporada lanzada por la
NBC
o la Fox
o la BBC...
En fin, que se
me acaba de ocurrir
que no estaría mal dedicarle
unas
líneas al
asunto.
Así
que, durante los próximos días, os haré participe del
fruto de mis cavilaciones y elucubraciones.
Avisados
quedan.
En
todo caso,
desoyendo todo lo anterior y cayendo en
mis constantes contradicciones, cuelgo
esta entrada que va justamente
sobre
una serie de televisión. Una
que encima me
ha gustado y
mucho... ¡manda webs!
En
mi descargo diré que consta
de
tan solo diez episodios de
menos de una hora,
lo cual convierte a
Fargo -la
serie- en
una especie
de
película pero
muy
larga. Vamos,
el
tipo de film
que por metraje,
Cecil B. DeMille y
hasta
George
Stevens hubiesen
estado encantados de filmar
pero que,
por una cuestión de
época, técnicas
cinematográficas y sobretodo
cuartos, no pudieron dirigir.
Antes
que nada decir que Fargo
(Joel y Ethan Coen – 1996) fue
y es
una de mis pelis favoritas de todos los tiempos. Creo que junto a “Un
tipo serio” (2009), “Muerte entre las flores” (1990) y “El
hombre que nunca estuvo allí” (2001), supone
el
cenit de la filmografía de estos hermanos nacidos en Minnesota a
mediados de los cincuenta. Además, ese señor
Lundegaard que
protagoniza la historia,
maravillosamente interpretado por William H. Macy, me
parece
uno de los mejores personajes que jamás
nos
haya
regalado
el
mundo de la
ficción
cinematográfica. El
relato
es
absolutamente fantástico
y
la puesta
en escena
y las actuaciones
son
inmejorables.
Por
todo
eso debería haberme espantado a
la hora de ver
una serie como
Fargo que,
a todas luces, no podía sobrepasar lo ofrecido por la cinta original. Pero la insistencia de un buen amigo, unido a la
escasa duración ya
mencionada,
me convencieron.
Ahora puedo decir que no me arrepiento.
Fargo
(2014),
la
serie, transcurre
en el mismo universo que el largo de los Coen, si bien no es una
copia del mismo. Si que mantiene elementos de
aquel
como la temática policíaca,
la tensión ambiental,
la
violencia
contenida y por encima de todo el humor negro. También
el aroma de los personajes principales como ese
Lester Nygaard que
tanto se parece a Jerry
Lundegaard (también
gracias
a la interpretación, en
este caso de
un gran Martin Freeman),
o la
agente Solverson (Allison Tolman) que
bebe
mucho y bien del personaje interpretado por Frances McDormand en la
cinta original.
En
esta ocasión el hombre apocado y tímido que inicia el lío no está
casado con la hija de un millonario, sino que está sometido a una
mujer mandona y faltona a la que esquiva echando horas vendiendo
seguros en una agencia de mierda.
La mujer acaba muriendo, aunque en circunstancias y por causas
diferentes que
en el largometraje
y aquí es donde comienza el enredo. De alguna forma que no desvelaré, Lester se ve relacionado
con un matón profesional (Billy Bob Thornton) que termina convirtiéndose
en el verdadero protagonista de esta bizarra aventura en la que hay
pocos buenos y demasiados
malos.
Por
cierto que, al
igual que sucedía
en la
película de los Coen, los
episodios comienzan con
un cartel que asegura que lo narrado se basa en hechos reales (“Por
respeto a los vivos se han cambiado los nombres de los protagonistas;
por respeto a los muertos se ha contado todo tal y como ocurrió”). En los dos casos es
mentira. Una tomadura de pelo. Pura invención de sus creadores. Si
bien encontraréis cientos de páginas de internet en las que se discute acaloradamente sobre si todo esto sucedió en algún
gélido paraje de los EEUU. Vosotros mismos.
Así que la puedo recomendar. Es más, ¡la debo recomendar! Y va a ser la última vez, que lo sepáis- ¡Palabrita del niño Jesús!
Ya para acabar deciros que el anuncio de una segunda temporada me lo
tomo a cachondeo. Vamos, que no sé que sentido tiene. ¿Cómo cojones lo van a hacer a la vista de como terminó la primera? Yo no lo veré... creo.
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