¿Quiere esto decir que me ha parecido una mierdaka, un mal libro, incluso una pérdida de tiempo lamentable? Bueno… Tampoco es eso. Supongo que, sopesando pros y contras, el balance es más favorable que lo contrario. Con todo resulta decepcionante. Pero me ha gustado el tono seco como está escrito y lo ingenioso de algunas de las situaciones. También el mencionado surrealismo, aunque abuse de ello. Además, tengo entendido que este es su estilo, su marca de fábrica. Por lo que, supongo, probaremos con algún otro de sus libros y veremos que tal. De hecho, antes de sumergirme en esta historia, la idea era hincar el diente a “El fin de Alice”, para muchos su opus magnum. Luego vi de que iba y decidí que no tenía estómago para eso. Visto lo cual, tiraré por la socorrida vía de los cuentos… Como siempre dejaré mis impresiones por aquí...
“Este libro te salvará la vida” se desarrolla en torno a la figura de Richard Novak, una de esos pájaros que tienen tanto dinero que no necesitan preocuparse por el dinero. Diríamos que el señor Novak es un winner, pero un winner atípico. Alguien que ha ganado dinero a espuertas y muy pronto, procurándose un retiro dorado en la soleada California. Pero que a la vez mantiene una vida de reclusión y disciplina que le convierten en un eremita con cuartos que le reza al Dios de la bolsa y cuyo sacrificio pasa por soportar a unas pocas personas: la señora de la limpieza, una nutricionista, una masajista y una entrenadora personal que le ayudan a cumplir con aquello del mens sana in corpore sano. O el “cabeza de viejo, cuerpo de joven” que cantaban los chicos de Muchachada Nui. El hombre piensa entre poco y nada en lo que ha ido dejando atrás. Con una mención especial para su hijo, de quien apenas si recuerda su nombre. El caso es que un día aparecen dos grietas -una física y otra no tanto- en su granítico universo. Para rematarlo también aparece el hijo desconocido. Y todo lo que parecía sólido deja de serlo.
Pues eso nada más. Leerlo o no, o yo que sé. Haced lo que os dé la puta gana, pero no me echéis la culpa a mí… ¡Yo ya lo avisé! Como también os advertiré, por si os animáis, de que la novela tiene muchos diálogos. Todo el mundo tiene algo que decir y lo dice. Se habla a todas horas y de cualquier cosa, sea esta interesante, venga a cuento, aporte algo a la trama o todo lo contrario. Muuuuuchos diálogos, insisto…
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