“El balón está hecho de cuero, el cuero viene de la vaca, la vaca come pasto, así que hay que echar el balón al pasto”.
Mi
abuelo Juan, en una de las escasas conversaciones que recuerdo haber
tenido con él cuando era niño, me confesaba con cierto pesar que
para él, el mejor futbolista de todos los tiempos había sido Di
Stéfano. Ni Pelé, ni Maradona, ni Cruyff, ni Garrincha, ni
Beckenbauer... don Alfredo di Stéfano Laulhé. Y tiene merito, ya
que mi abuelo era antimadridista hasta la médula. Ser seguidor del
Real Madrid, como lo era y es su nieto, suponía padecer uno de los
grandes males de la sociedad del momento, pertenecer al club de fans
de aquella entidad plagada de gentes que “son más malos que los
etafes* (sic)”. Así que imaginaos la impresión que debió de
causar en él este fino todocampista bonaerense para salvar ese
prejuicio. Ese es el motivo de que, para mí, que por edad no pude
disfrutar de los jugadas de Di Stéfano, ni tampoco de las de Pelé o
Garrincha todo sea dicho, la “saeta rubia” haya sido el mejor.
Por otra parte, tampoco creo que determinar quien ha sido/es el mejor
futbolista del planeta tenga demasiada importancia. El propio Di
Stéfano tampoco se la daba, como demostró no hace tanto cuando en
medio de una disputa entre Pelé y Maradona por quien era el más
grande señaló: “Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau.
Elija el que usted guste”**.
En
lo que si coinciden todos los historiadores y gran parte de los
aficionados (paso de hablar de esa entelequia llamada “los
expertos”), es en que el fichaje de Alfredo Di Stéfano por el Real
Madrid cambió el rumbo del fútbol español y europeo. No voy a
entrar aquí en las circunstancias de ese fichaje, ardua cuestión en
la que cada cual, dependiendo de sus colores, da credibilidad a una
versión o la contraria. Lo que es un hecho es que, si hasta el año
53 el FC Barcelona y el Athletic Club de Bilbao dominaban claramente
el fútbol español, con la llegada de Di Stéfano las tornas
cambiaron radicalmente.
Al
final de su carrera Di Stéfano acabó con la mochila repleta de
trofeos y reconocimientos internacionales que van desde los
innumerables campeonatos y copas nacionales ganadas aquí, en
Colombia y en su Argentina natal, hasta las celebradísimas cinco
copas de Europa que le dieron fama mundial. También tuvo tiempo de
ganar una Copa Intercontinental y un Copa América con la Selección
Argentina si bien, su gran frustración fue no haber podido
participar en ningún partido de un Mundial por diferentes causas, ni
con la Argentina que le vio nacer ni con la España que le acaba de
ver morir.
Alfredo
Di Stéfano murió ayer en un Hospital de Madrid víctima de una
parada cardiorrespiratoria. Tenía 88 años. Unos años antes fue
elegido “Mejor Jugador de Todos los Tiempos” por la revista
France Football. De hecho es el único jugador al que se ha
otorgado el “Super Balón de Oro”.
Descanse en paz.
Descanse en paz.
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*etafes = etarras, en jerga de mi abuelo.
** Para los que no lo sepáis, los citados futbolistas fueron la esencia de “La Máquina” del River Plate. Formación dominadora durante los años cuarenta y que es considerada como de las más espectaculares de todos los tiempos a nivel mundial.
Me ha gustado mucho esta entrada. Curiosamente, mi abuelo paterno, que también era antimadridista y además tenía una carácter bastante férreo en su cabezonería maña, decía que como Di Stefano no hubo nadie. Grande Don Alfredo. Descanse en paz.
ResponderEliminar"Saeta, la puta que te parió", que hubieran dicho nuestros respectivos... jejeje
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