lunes, 7 de marzo de 2016

Will & I

A ver, que la culpa es mía, lo sé. Por no hacer caso a la ficha promocional en donde quedaba meridianamente claro que Will Hoge venía a esta gira más solo que la una. Eso sí, junto a sus guitarritas, los teclados, la armónica y toda la parafernalia necesaria para presentar en sociedad su último álbum de estudio “Small Town Dreams”. También un disco en directo recién salidito del horno titulado “Will Hoge: Solo & Live – December 2015”. “Solo & Live”, tócate la polla y este menda presto a rockanrolear con una banda de country que ni estaba ni se le esperaba.

Conste que lo de Will Hoge es country del bueno, folk-rock del de toda la vida, música de raíces, clasicismo 3.0, ese que entronca con una tradición que va desde Johnny Cash o Hank Williams hasta los Jayhawks, pasando por Jackson Browne, Neil Young, Tom Petty o Townes Van Zandt. Hasta la huella del mejor Springsteen podemos encontrar en su ya extensa colección de canciones. Una bonita mochila que permite afirmar a este cuarentón en la senda de los grandes del rock americano. Algo que viene demostrando a lo largo de una decena de discos. Obras paridas on the road, conduciendo su furgoneta, entre pueblos y ciudades de los EEUU y parte del extranjero, sorteando accidentes que casi le cuestan la vida y ofreciendo sus historias a todo aquel dispuesto a escucharlas. Vamos, la misma fórmula con la que comenzaron casi todos los grandes de esto. La opuesta a la que practican esos pufos que determinada prensa nos quiere hacer pasar por grandes. Y a los Mumford & Sons que pueblan en este universo me remito.

El caso es que el tío se plantó el pasado miércoles en Valencia proveniente de su Nashville natal, previo paso por la capital del reino. Lo hizo en el marco de una gira consagrada a relatar las cosas del pueblo que le vio nacer. Ese al que, según parece, ha vuelto tras largo tiempo y que le ha servido de inspiración para componer su nuevo cancionero. De ahí surgió un cúmulo de historias mínimas, tremendamente emotivas, extraordinarias por su sencillez y cercanía, que junto a alguna vuelta al pasado – glorioso en el caso de“Even if it breaks your heart”- y la siempre interesante reinterpretación de los clásicos – muy celebrada el “I'm so lonely I could cry” de Hank Williams tocado sobre la barra de El Loco- integraron el setlist de la noche. 

Y dicho así pensaréis que la cosa moló. Y es cierto, debió molar. O mejor dicho, debió molar mucho y no seré yo quien diga lo contrario... Pero no sé, me supo a poco y no porque el tipo no se dejará la piel sobre el tablao, sencillamente porque se dejó la banda. Tal vez, aunque solo tal vez, si todo hubiese transcurrido en otro ambiente, más íntimo, desenchufado y en un entorno algo más tranquilo o al menos de mayor quietud, otro gallo hubiera cantado. O no. O yo que sé. Y es que, como os he dicho al comienzo, lo más seguro es que el culpable sea yo. Así que, recuperando la lengua de los Césares y de aquellos que montaron la secta a la que pertenecen los pederastas de "Spotlight": penitenciagite.  

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