A ver,
que la culpa es mía, lo sé. Por no hacer caso a la ficha
promocional en donde quedaba meridianamente claro que Will Hoge venía
a esta gira más solo que la una. Eso sí, junto a sus guitarritas,
los teclados, la armónica y toda la parafernalia necesaria para
presentar en sociedad su último álbum de estudio “Small Town
Dreams”. También un disco en directo recién salidito del horno
titulado “Will Hoge: Solo & Live – December 2015”. “Solo
& Live”, tócate la polla y este menda presto a rockanrolear
con una banda de country que ni estaba ni se le esperaba.
Conste
que lo de Will Hoge es country del bueno, folk-rock del de toda la
vida, música de raíces, clasicismo 3.0, ese que entronca con una
tradición que va desde Johnny Cash o Hank Williams hasta los
Jayhawks, pasando por Jackson Browne, Neil Young, Tom Petty o Townes
Van Zandt. Hasta la huella del mejor Springsteen podemos encontrar en su ya
extensa colección de canciones. Una bonita mochila que permite afirmar a
este cuarentón en la senda de los grandes del rock americano. Algo
que viene demostrando a lo largo de una decena de discos. Obras paridas on the road, conduciendo su furgoneta, entre pueblos y
ciudades de los EEUU y parte del extranjero, sorteando accidentes que casi le cuestan la vida y ofreciendo sus historias a
todo aquel dispuesto a escucharlas. Vamos, la misma fórmula con la
que comenzaron casi todos los grandes de esto. La opuesta a la que
practican esos pufos que determinada prensa nos quiere hacer pasar
por grandes. Y a los Mumford & Sons que pueblan en este universo
me remito.
El
caso es que el tío se plantó el pasado miércoles en Valencia
proveniente de su Nashville natal, previo paso por la capital del reino. Lo hizo en el marco de una gira consagrada a relatar las cosas del pueblo que le vio nacer. Ese al que, según parece, ha vuelto
tras largo tiempo y que le ha servido de inspiración para
componer su nuevo cancionero. De ahí surgió un cúmulo de
historias mínimas, tremendamente emotivas, extraordinarias por su
sencillez y cercanía, que junto a alguna vuelta al pasado – glorioso en el caso de“Even if it breaks your
heart”- y la siempre interesante reinterpretación de los clásicos –
muy celebrada el “I'm so lonely I could cry” de Hank Williams
tocado sobre la barra de El Loco- integraron el setlist de la noche.
Y dicho así pensaréis que la cosa moló. Y es cierto, debió molar. O mejor dicho, debió molar mucho y no seré yo quien diga lo contrario... Pero no sé, me supo a poco y no porque el tipo no se dejará la piel sobre el tablao, sencillamente porque se dejó la banda. Tal vez, aunque solo tal vez, si todo hubiese transcurrido en otro ambiente, más íntimo, desenchufado y en un entorno algo más tranquilo o al menos de mayor quietud, otro gallo hubiera cantado. O no. O yo que sé. Y es que, como os he dicho al comienzo, lo más seguro es que el culpable sea yo. Así que, recuperando la lengua de los Césares y de aquellos que montaron la secta a la que pertenecen los pederastas de "Spotlight": penitenciagite.
Y dicho así pensaréis que la cosa moló. Y es cierto, debió molar. O mejor dicho, debió molar mucho y no seré yo quien diga lo contrario... Pero no sé, me supo a poco y no porque el tipo no se dejará la piel sobre el tablao, sencillamente porque se dejó la banda. Tal vez, aunque solo tal vez, si todo hubiese transcurrido en otro ambiente, más íntimo, desenchufado y en un entorno algo más tranquilo o al menos de mayor quietud, otro gallo hubiera cantado. O no. O yo que sé. Y es que, como os he dicho al comienzo, lo más seguro es que el culpable sea yo. Así que, recuperando la lengua de los Césares y de aquellos que montaron la secta a la que pertenecen los pederastas de "Spotlight": penitenciagite.
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