Ya
hace un par de semanas asistí a la presentación de la última
creación surgida de la chola del historetista Álvaro Ortiz.
Publicada por la siempre interesante Astiberri y titulada tal cual
esta entrada, se trata de la cuarta novela gráfica firmada por el
autor maño, incluyendo en el listado aquel coitus interruptus
llamado “Fjorden” con la que inició su andadura en esto del noveno
arte.
Aquí
la historia comienza con dos amigotes buscando piso en Barcelona.
Tras una larga búsqueda consiguen alquilar uno bastante céntrico y
a precio razonable. Les han contado además que en el piso de
abajo no vive nadie ya que es el almacén de un anticuario. Pero, el
hecho de que, tras meses viviendo allí nadie entre ni salga de dicho
almacén, empieza a inquietar a uno de los amigos, que acabará obsesionándose.
En torno a ese punto de partida orbitan una serie de
episodios, aparentemente independientes, conformando
estos “Rituales”. Desarrollándose en diferentes lugares y
momentos de la historia, e involucrando a personajes de lo más
variopinto. Una seguida de capítulos breves sin título cuya única
vinculación es, a parte del halo de misterio, la presencia de ese
ídolo fálico que aparece en la cubierta del tebeo.
Una
novela bien chula que atrapa conforme se va enmarañando a medida que
aporta más y más información. Y con un final como mínimo
desconcertante.
Está claro que debo perder un día en alguna de las muchas tiendas de arte gráfico que hay en Barcelona. Me debo un puñado de comics, desde aquel desgraciado día en el que se me ocurrió regalar todos los míos.
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