Ayer ya os conté lo que realmente
me interesaba contar sobre el Turborock!
2011, pero, como lo prometido es deuda, ahí va una crónica al uso de lo que
pudimos ver y oír los pasados viernes y sábado en la Sala Delirium de la discoteca KM
Garden en Benidorm. ¡Coño!, aquí viene la primera crítica. ¿Un festival
como este celebrado en una discoteca de makinetos
sita a las afueras de la capital de la caspa? Pues sí amigos. Los
promotores del evento tuvieron a bien el sustituir la ubicación inicial por esta
cosa, una especie de matadero con ventiladores de techo que daban un yu yu que te cagas. Se supone que para
llegar allí había que coger un autobús gratuito habilitado para la ocasión,
pero, oh!... surprise… el puto Turbobus era más caro de ver que un billete
de quinientos. Tampoco hubiera costado nada el que hubiesen anunciado los
horarios del mismo, como prometieron a través de la web. Algunos nos hubiésemos ahorrado un dinerito en taxis. Aunque lo
peor de todo ni siquiera es el cambio de recinto, sino la forma como se
produjo. Con nocturnidad y alevosía, ¡a un día vista de que comenzara el
festival!, nos avisaron a través del Facebook.
Y ello sin tener en cuenta que, muchos de los asistentes ya teníamos reservas
en hoteles y pensiones en los alrededores del Parc de l’Aigüera, donde se habían de suceder las actuaciones según
el programa original. Y la excusa del cambio… ¡pa’ mear y no echar gota! ¡En
previsión de fuertes lluvias en Benidorm durante el fin de semana! Tócate los webs!!! Dos tronaetes mediterráneas que hubieran venido cojonudo para refrescar
el ambiente… en fin, supongo que es la excusa que se les ocurrió para evitar
contarnos el verdadero motivo. Quizás la escasa afluencia de público, muy por
debajo de las previsiones iniciales, tuviera algo que ver. No sé tíos…
En fin, a lo que íbamos. Bandas
y actuaciones por jornadas.
Viernes día 2
Layabouts: Rock sin paliativos cantado en un muy buen inglés al cargo de estos chicos provenientes de la capital del Reino. Temas muy cañeros, llenos de rabia y adrenalina, pero no por ello exentos de cualidades bailongas. No les había visto nunca y me causaron una muy buena impresión. Supongo que repetiré en unas semanas ya que he visto que actúan por Valencia.
Jesse Malin & The St. Marks Social: El mal llamado poeta del punk neoyorquino es un brasas de tomo y lomo. Vamos, hasta el
punto de que nos saliéramos fuera a fumar. Nunca entendí demasiado bien la
degeneración operada en todos los miembros de D-Generation tras deshacer la banda madre. Aunque debe ser cosa
mía, me cuentan que Springsteen se pirra por sus huesos. Bufff… que le aproveche.
The Del-Lords: Very well maes!!! Muy buen
concierto el ofrecido por estos veteranos del Vietnam que, pese a los años
transcurridos desde su época de esplendor -a principios de los 80-, fueron
capaces de defender más que dignamente su “nuevo rock americano”. Como anécdota
mencionar que el vocalista de la banda neoyorquina viene a ser la evolución
lógica de Andy (o Lucas, que nunca me queda claro quien es quien) dentro de
veinte años. Y el guitarrista principal es una mezcla perfecta entre Dan
Aykroid y mi amigo el Don… ja ja ja.
Buzzcocks: Junto a Slim
Cessna’s Auto Club los mejores del día. Dicen que los viejos rockeros nunca mueren y los de
Manchester hacen bandera de ello. Energía instrumental, agresividad rítmica,
cinismo lírico, melodías ramonianas…
un concierto maravilloso al cargo de un grupo de abueletes con un brío y una
fuerza que ya quisiera yo para mí ahora, siendo veinte o treinta años más joven
que ellos. Supongo que el tocar en la ciudad más guiri de toda España les hizo crecerse.
Urge Overkill: Ufff… “els de
morat” como los bautizó un compañero de penurias. La banda secreta de
Christopher Walken, conocido aquí como Nathan “Nash Kato” Kaatrud. El problema
de estos es que nunca hubo vida más allá del “Sister Havana”. Quizás se
esperara algo tras su minuto de gloria, gracias a Tarantino y “Pulp Fiction”,
cuando versionearon el “Girl, you'll be a woman soon”de Neil Diamond, pero ni por esas. Dice el refrán que quien tuvo retuvo, pero aaaaay de quien nunca tuvo… Están más
acabados que las maracas de Machín. Sus mejores momentos ya pasaron y ni
siquiera sé si fueron tan buenos.
The Bellrays: Ok, son muy buenos y su vocalista y front-woman, Lisa Kekaula, es espectacular, pero no me acabaron de
enganchar. Y es que, excepto en momentos puntuales, los noté un pelín fríos.
Muy correctos, ofreciendo una buena
dosis de garage rock sin descanso que
entusiasmo al respetable, incluyendo a mis amigos, pero sin alma. Y vale que
servidor estaba grogui en esos momentos, lo cual puede pesar a la hora de
plasmar mis impresiones, pero no sé tíos, como que no, como que todas las
canciones eran una única canción… en fin. Eso sí, el final apoteósico,
sobretodo gracias a ese fabuloso batería achinado que le pega al cacharro que
lo rompe.
D-Generation: ¡Y el brasas de Jesse Malin volvió al escenario! Ahora acompañado de
la banda que le dio nombre y reconocimiento a comienzos de los 90. Pero cualquier
tiempo pasado fue mejor Jesse. Eso sí, la peña y los cronistas oficiales (al
menos los que yo he leído) encantados con la faena. Vale sí, lo reconozco,
menos peñazo que en su versión
cantautor. Tolerable y hasta bailable y/o
cabeceable con un par de birras
en el cuerpo. Poco más.
Slim Cessna’s Auto Club: Otra liga. Sólo por ellos mereció la pena acudir al Turborock! Sobrecogedores. ¡Brutales! No
sé tíos, algo inenarrable… leeros el post que colgué ayer. Lo mejor del festival con muchísima diferencia. Y eso a
pesar de un hijo de la gran puta cuarentón que se empeñó en jodernos el
concierto. O de una golfa guayonga
que, aprovechándose de su embriaguez, intentó pimplarle la cartera al bueno de
Munly Jay Munly. Escoria de peña!!! Pero ni así… Fantastische!
The Nu-Niles – The Tormentos – Los Derrumbes: De estos no os puedo contar gran cosa porque ni les
vi. El día anterior, el post-concierto y la Pensión
Rosa Benidorm (fine cinnamon!!!) hicieron
estragos en mi salud y no estaba yo como para acudir después de comer a rockanrolear.
King Salami & The
Cumberland Three: Guauuuuuu!!! Gratísima sorpresa la de este cuarteto de
expatriados afincados en alguna barriada de Londres. Y con una propuesta musical
ciertamente inclasificable. Los tipos presentan un batiburrillo de influencias
considerable, desde el punk, al rockabilly, el soul o el r’n’b, pero lo
que destaca por encima de todo es la rotunda presencia de su vocalista, un
caribeño con muchas ganas de fiesta que, según he leído por ahí, profesa amor
incondicional por toda la música negra que se creó durante los años 60 y tiene
en un pedestal a gentes como “Screaming”
Jay Hawkins, Bo Diddley, André Williams y similares. Se nota, les homenajea
constantemente y sin esconderlo. Por ponerle un pero a su actuación, diré que
tocaron demasiado pronto, lo cual seguro no fue culpa de ellos. Visto el nivel
de las bandas que tocaron a continuación y vista su capacidad de crear buenrollismo y diversión, merecieron
estar cerrando (o casi) la velada.
The Sadies: Con Slim Cessna’s Auto Club
y, en menor medida, los Buzzcocks, la
mejor actuación del Turborock! 2011.
Elegantes hasta decir basta. Ya les tenía amor gracias a sus maravillosos y
casi inencontrables álbumes, pero después de verles en directo aún les quiero
más… ¡incondicionalmente! Los tíos nos ofrecieron una clase magistral de cómo
se debe interpretar música sobre un escenario. Una exhibición de virtuosismo a
las cuerdas inolvidable, incluyendo un maravilloso cruce de guitarras en las
postrimerías del concierto, que se produjo justo después de otro momento
memorable, ¡un duelo guitarra vs violín!
Impresionante.
Gigolo Aunts: No sé tíos, la gente salió muy contenta, pero yo no. Vale que nunca
fueron Santo de mi devoción, demasiado mollets
para mi gusto, demasiado “limpios”, sin embargo albergaba la esperanza de que
en directo fuera otra cosa. Pues no. Se confirmó aquello de que no hay vida tras
“La chica de ayer” in english. Esperaba
poco de su regreso y aún ofrecieron menos.
Matthew Sweet: Más de lo mismo. O incluso peor que sus amigos de Gigolo Aunts, con quienes compartieron un par de canciones nada más
comenzar. Al menos a los anteriores se les pudo silbar. Nunca me ha caído bien
la peña de Nebraska, por el capullo de Monty Clift y ahora por el gordo éste…
ja ja ja
Nada Surf: Sonaron regular tirando a mal y no recuperaron ni una sola de sus
mejores canciones. Y precisamente porque no se hayan en su mejor momento, aún sorprende
más la decisión de no incluir ninguno de esos memorables hits. Pero con todo y con eso, estos tíos siempre han tenido algo
especial, en incluso al 25% de su nivel son mejores que la mayoría de bandas de
power pop que pululan por las salas
de este Universo. He de reconoceros que me lo pasé bien tirando a muy bien. Un
poco despagado por el repertorio, cierto, pero inspirado por el siempre animoso
Dani Lorca y sus rastas del demonio. Al
final hasta nos hicimos una foto con el amigo Mateo Caws – vocalista y guitarra-.
Man or Astroman?: Despedida y cierre al cargo de una banda que me
apetecía muchísimo ver. Extraño grupo de pirados que afirman ser
extraterrestres cuya nave se impactó contra la Tierra y que decidieron formar
una banda para poder infiltrarse entre los humanos. Sus canciones,
principalmente instrumentales, vienen a ser una mezcla de surf con rock, punk y lo
que le echen, todo ello dentro de una atmósfera espacial ciertamente curiosa.
Al final de la carrera, lo que queda es una suerte de post-rock-surf interpretadas por cuatro locos con muy poca
vergüenza y muchas ganas de fiesta. El culmen
se produjo justo al final, cuando el líder de la banda de Alabama le pegó fuego
al theremin que habían usado durante toda
la actuación. Sin embargo, para desgracia de todos nosotros, el espectáculo
duró unos escasos cuarenta y cinco minutos. Poca cosa para tanta espera. Que se
lo hagan mirar para la próxima vez.
En fin, ahí tenéis mi particular
visión del Turborock! 2011. Veremos
que nos depara el futuro. A mí y todos los típicos que acudimos siempre a los
conciertos celebrados en esta Comunidad de mierda. Y es que siempre somos los
mismos, joer… ¡savia nueva ya!
Gran resumen del evento. No falta detalle, desde lo excelso (Cessna and company) hasta lo grotesco (Pensión Rosa). Amén, padre. Solo discrepo en King salami. Ni fu ni fa para mí. Aunque puede que el deterioro físico que arrastraba a comienzos de la segunda jornada tenga algo que ver.
ResponderEliminarmadre mía, Sulo!!! qué de grupos, la verdad es que no conozco ni a Perry..! Bueno, a Nada Surf sí -ya les vi en directo: no pueden ser más encantadores, encandilan- y, aunque para mí tienen ese algo 'soft' como The New Pornographers, tmb, igual que ellos, aunque sea de otra forma, (rastas y sonrisillas incluidas), siempre me han parecido entrañables. Y sí, yo tmb pensaba que estaban de capa caída total pero no tanto, sacaron hace un año y tal si no recuerdo mal- un disco de covers (que, por cierto, estaba muy bien) y no sé qué extraño boom hizo que, al menos a Madrid les trajeran a un bar de garitos de moda.
ResponderEliminarAsí que Sulo, andabas viejuno,jeje. bueno, es verdad que el ritmo de los festivales tienen un punto matador y que quien no sucumbre es porque está animado, sin más al margen incluso de la banda que esté tocando ;P
besotessss y me quedo con la pista de los grpazos y del salao homenajeador de Bob Didley..
y el rockabilly es siempre tan agradecido, aunque no sé si es el punto fuerte de ese festival, clro que... pensandolo bien quñe buen popurri de cartel, no? sin dejar fuera una sola etiqueta, jeje
Pues yo lo próximo a lo que voy (a ver qué tal me sale tiene tmb su toque de riesgo mitiquezas/mundo viejuno) es al concert de The Monochrome Set, veamos qué se cuece y eneiquece.. finger crossed, está al caer
BESOTES Y QUE NO DECAIGA EL CONCIERTEO!!!!!
Amén hermana!!! ja ja ja... Pásalo bien con The Monochrome Set, de quienes no sabía que se habían rejuntado... Por cierto, el Adam Ant ese sigue ahí???
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