viernes, 31 de mayo de 2013

The Intelligence, un servidor y el primo de Cristo-pher

Ayer tocó en Valencia un grupazo como The Intelligence y tan sólo eramos 22 personas -contadas por un servidor- viéndoles. ¿Cómo puede ser? Era jueves noche, o juernes* como se dice ahora en neo-lengua, el evento se celebraba en una sala con solera como el LocoClub y el precio de la entrada no era excesivo, 10 euros, menos de lo que cuesta un cubata en según que sitios. Sin embargo por allí no apareció ni Cristo-pher y entre los pocos que fuimos tengo la sensación que más de la mitad entraron por el morro (reconocí a peña de Wau y los Arrrrghs!!! y Los Explosivos) y además, algunos no mostraron demasiado interés por lo que se ofrecía. Que estamos en crisis, eso lo sabemos todos, pero no puede ser que esa sea la respuesta a todas las preguntas. Porque la gente sigue saliendo a gastar y sin ir más lejos, las calles anexas a la sala estaban petadas de peña privando en las terrazas. Que sí, que hay crisis, es verdad, pero no creo que tan solo sea económica. Y siendo grave no es la mayor de las crisis que padecemos.

Enlazando con esto último, hace poco más de un mes el diario El País se hacía eco de un estudio de la Universidad de La Rioja en el que se obtenían conclusiones como estas: 
Los jóvenes españoles consideran la música como algo importante en sus vidas pero la escuchan de una forma superficial, a través de un consumo inmediato y no reflexivo, más individualizado y determinado por las nuevas tecnologías digitales; sin soportes físicos, a través de canales gratuitos en Internet –sobre todo con Youtube– y a partir de canciones sueltas de sus artistas favoritos [...]” 
Y aunque los jóvenes aseguran sentirse más identificados con la música cantada en inglés, los músicos más conocidos son españoles, con Melendi y Estopa a la cabeza. Entre los internacionales, eligen a David Guetta, Rihanna y Coldplay. Además, se les facilitó un listado con medio centenar de bandas españolas y extranjeras para sondear su grado de conocimiento; el 72% aseguró desconocer por completo a Wilco, el 52% a Radiohead y el 49% a Depeche Mode.” 
[...] la situación es parecida a lo que ocurría hace 20 años (...) pero, a diferencia de antes, cuando había que hacer un verdadero esfuerzo, ahora tienen toda la música y la información totalmente accesible a través de Internet. Hay una clara falta de inquietud en ir mas allá, la música representa una especie de ruido de fondo. Hemos visto que aunque Internet es el soporte principal de escucha, al final solo lo usan para escuchar la misma música que emiten las radiofórmulas”.
Y luego está el postureo en todas sus formas, con el hipsterismo vacío de contenido a la cabeza. Sí, esa “nueva” moda que supone que los niñatos se calcen camisetas de grupos que no han escuchado en su vida, o que las niñatas acudan a festivales a lucir el palmito porque es shuuuuper cool, sin importarles lo que esté sonando en los diferentes escenarios. Y eso es lo que hay. Aunque bueno, sin que sirva de consuelo, podemos ver que en todas partes cuecen habas.

Ya para acabar con este tema y por no cargar todas las tintas sobre la plebe, diré que hay otros que también tienen algo de culpa en lo que está pasando. Por ceñirme a lo que ocurrió anoche: ¿era necesario comenzar el concierto a las 23:40 teniendo teniendo en cuenta que estábamos en víspera de día laborable? O sea, programamos el evento a las 21:30, luego, el mismo día lo cambiamos a una hora más tarde y no contentos con eso le decimos a los músicos que retrasen su salida otra hora. ¿Estamos locos o que pasa? ¿Pensabais que con eso la sala se iba a llenar? ¡Que la gente curra coño! Y el que no curra, pues a lo mejor no puede permitirse conciertear o simplemente no está de humor. En fin Serafín, lo dejo... vayamos a lo que interesa.

Como he dicho anteriormente tocaban The Intelligence. Unos tipos de Seattle que cultivan un estilo que les emparenta con gentes como Ty Segall o los maravillosos Thee Oh Sees (de los que os hablé ayer en el último post sobre el Primavera). Venían con su último disco debajo del brazo, “Everybody's got it easy but me”, con el que crítica y público -excepto en Valencia, visto lo visto- han caído rendidos a sus pies. Un disco en el que se incluyen cañonazos como este:
...o esta otro:

Y estuvieron bien, la verdad, pero sin pasarse. Tal vez contagiados por el ambiente frío que se respiraba en la sala, The Intelligence fueron menos de lo son. Estuvieron correctos y sonaron francamente bien pero un poco acartonados. Tan solo hacia el final empezaron a animarse, pero ya era demasiado tarde. Una lástima, porque me molan mucho estos tipos y además su último larga duración es lo mejor que han grabado hasta el momento. Confiemos en que, para la próxima vez que vuelvan, las cosas por aquí sean diferentes. 

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*Comentaba Wittgenstein que los lenguajes privados son imposibles así que, ¿para que coño inventar conceptos incomprensibles? ¿Que mierda es esto del juernes? El jueves es jueves y siempre será jueves, porque si se convierte en viernes pues será viernes y no jueves, ¿no? Hala, hasta luego corazones. 

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