miércoles, 27 de febrero de 2019

Vuestro problema con los Oscars

¡Qué os lo tomáis demasiado en serio leñe!

Eso y que los sufrís, que ya son ganas…

Esto va por la ola de jeiterismo desnortado que inunda las redes desde el pasado lunes, tras conocerse el nombre de los ganadores de los Oscars 2019. Una cuestión que ya no me sorprende y es que cada año viene a ser lo mismo: “Qui ni ha ganado li qui mís mi gustí a mí… Qui ni hin timidi in considiriciín a la ictriz di Sipirsalidospirtisieti”… ¡Pues muy bien chavales! Pero que sepáis que parecéis una caterva de Lenores desatados. Y el soriano es cosa seria.

Creo recordar que fue en el programa de cine que comandaba José Luís Garci en La2, donde escuché la frase. Alguno de los contertulios – no recuerdo si fue Miguel Marías, Lamet o quizás Torres Dulce-, dijo algo así como que el interés de los Oscars no se medía tanto por quienes eran los galardonados, como por las películas nominadas.  Y aunque tampoco es que esté de acuerdo al ciento por ciento con la lectura, si me parece más adecuada a lo que sucede dentro del antiguo Kodak Theatre. Por cierto, glorioso programa aquel “¡Qué grande es el cine!”.  Añorado por cualquier cinéfilo, cinéfago o adicto a la nicotina que se precie.

Luego está aquello que decía Mahler de que la tradición no es el culto de las cenizas, sino la transmisión del fuego. Porque es verdad que esto de los Oscars tiene mucho de cosa caduca y poco o nada de fuego. Pero bueno, hablamos de unos premios orquestados por y para la industria así que, ¿cómo coño queréis que premien a una peli uzbeka que ni tan siquiera se estrenó en EEUU? Todavía más atendiendo a la edad media de los integrantes de la Academia. Los que votan, vaya. Y sabiendo como sabemos que la presbicia es enemiga de los subtítulos. Pues eso.

En todo caso, que una peli tan simpática y vulgar como “Green Book” haya sido la ganadora del certamen no me parece ni tan mal. Desde luego que podría haber sido mucho peor. Y es que por ahí andaban “Bohemian Rhapsody” y “Black Panther” al acecho. Sin ir más lejos en la edición 2018 ganó esa mierda sobrevalorada de “La forma del agua”. Peor fue el año anterior, cuando premiaron a “Moonlight”. Y si nos vamos unos añitos hacia atrás, podemos ver ahí, brillando con luz propia, las estatuillas de “Una mente maravillosa” o “Shakespeare enamorado”. ¿Qué digo brillando? ¡Refulgiendo! ¿Pero de que hostias vais Academia?

Y eso es todo lo que tenía que decir sobre la 91 edición de los premios otorgados por la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas. Ahora es momento de hablar sobre los Oscars de verdad: El Guarén de Cobre Robao que otorga la Academia del Cagallón presidida por el Comandante Suloki. Quién no ha visto todas las películas rodadas durante el pasado 2018 y ni falta que hace. Paso a relacionar la lista de galardonadas o, siguiendo la jerga de esta bitácora, “lo milloret de lo milloret” del 2018 cinematográfico:  

“Climax” de Gaspar Noé
Musical psicodélico y medio racista en el que la cámara se pasa la mayor parte del tiempo rodando desde ángulos inverosímiles. Cine terrorista en el que el caos, la violencia y el exceso campan a sus anchas.  El baile inicial, en un interminable plano secuencia, es sublime.
“Cold War” de Pawel Pawlikowski
Conmovedora historia de amor con trasfondo musical. Rodada en blanco y negro y con una deslumbrante fotografía que viene a ser la marca de fábrica de este director polaco. Precioso homenaje al cine de antaño sin caer en el pastiche o la imitación.
“Mandy” de Panos Cosmatos
Ejercicio de divertimento bizarro que entronca con el terror de serie B, el sci-fi y hasta del surrealismo escuela David Lynch. Bebiendo tanto de la obra de Sam Raimi como del mundillo del pulp, los relatos de Lovecraft y hasta del thriller alla maniera di Frank Miller. Y con Nicolas Cage en una Harley acarreando un hacha dorada.
“Lo que esconde Silver Lake” de David Robert Mitchell
Maravillosa historia detectivesca con aroma a cine clásico, pero embadurnada de cultura pop. Repleta de guiños al cine de David Lynch, a los cómics de Charles Burns y Daniel Clowes, al “What’s the Frequency Kenneth?” de R.E.M y hasta a Kurt Cobain. ¿Qué qué?   
“La enfermedad del domingo” de Ramón Salazar
Impresionante drama dotado de una belleza casi espectral. Cada encuadre, cada movimiento de cámara, cada nota musical o palabra dicha nos trasladan hasta un espacio repleto de poesía sobre el cual se cierne una amenaza invisible. Eso y una Bárbara Lennie descomunal. 
“Un lugar tranquilo” de John Krasinski
Bellísimo film distópico en el que el no-sonido es el verdadero protagonista. Historia sin apenas diálogos, rodada en una forma elegante y en la que no hacen falta monstruitos para mantener el suspense de principio a fin.  
“Spider-Man: Un nuevo universo” de Bob Persichetti, Peter Ramsey y Rodney Rothman
Una locura audiovisual. Nueva visión del universo Spider-Man que poco o nada tiene que ver con sus predecesoras y menos mal. Sobresaliente en lo estético. La verdad es que la historia es lo de menos. 
“Border” de Ali Abbasi
“Déjame entrar” versión troll y con un poco más de mala vibra. Bonita reflexión sobre la identidad como garantía de pertenencia al grupo y también sobre la importancia del autoconocimento.
“Black Mirror: Bandersnatch” de David Slade
Un “elija su propia aventura” versión 9.0. Repleta de simpáticos guiños que no ocultan un trasfondo bien oscuro y profundamente inquietante.
“Roma” de Alfonso Cuarón
Historia pequeñita y conmovedora que encierra grandes verdades. Más allá de la historia de Cleo, la protagonista, tiene planos por los que ya merece la pena hincarle el diente. Un regalito para los sentidos.
“Isla de Perros” de Wes Anderson
La imaginación del rubio de Houston no conoce límites. Historia de un niño que emprende un viaje para buscar a su perro extraviado en un entorno repleto de divertidas ideas mecánicas. Maravillosa en sus colores. Vibrante en lo musical.
“La casa de Jack” de Lars Von Trier
Puro Lars Von Trier. Cinta oscura, provocadora, inquietante, sádica y muy desagradable. Nada nuevo bajo el Sol y a Dios gracias. Y con una escapada estilística al final que te deja espatarrao.    
“La Balada de Buster Scruggs” de Joel y Ethan Coen
Conjunto de historias sobre el lejano oeste en las que aparecen todos los elementos característicos en el cine de los Coen: violencia, humor negro, miserias humanas, personajes únicos y la importancia de lo inesperado. Bella a pesar de su irregular desarrollo.
“El Reino” de Rodrigo Sorogoyen
La historia de la España actual resumida en un conjunto de personajes de ficción o no tanto. Retrato sobre la corrupción cañí rodado con un ritmo vertiginoso, en lo visual y en lo musical, en el cual se verá reflejado más de uno.
“Dogman” de Matteo Garrone
Este hombre perro es la dolorosa encarnación de una vida de humillaciones. Historia de un perdedor de manual vapuleado por las circunstancias y acostumbrado a encajar. Recreación de un macabro suceso acontecido a finales de los ochenta en el extrarradio romano.
“Todos lo saben” de Asghar Farhadi
Mitad thriller, mitad drama en el que todos saben lo que pasa menos los que lo tienen que saber. Recelos pueblerinos, rencores familiares, asuntos de guita y secretos a voces en esta interesante excursión de Farhadi a terra ignota.
“Noche de lobos” de Jeremy Saulnier
Policiaco impecable factura en el que los bosques, la nieve, los lobos, las costumbres y creencias atávicas y los secretos de familia se dan la mano. Y con esos giros argumentales tan habituales en el cine de Saulnier.
“Ghostland” de Pascal Laugier
Peculiar historia de terror no tanto por el planteamiento formal, que asume todas las convenciones del género, como por proponer una lectura diferente. Ejercicio inteligente de sadismo, aunque sin llegar a salpicarnos como en “Martyrs”.
“La favorita” de Yorgos Lanthimos
La película más contenida en la trayectoria de este animal se centra en las maquinaciones políticas durante el reinado de Ana Estuardo. Menos sórdida que sus predecesoras, a cambio ofrece un tour de force entre las tres actrices protagonistas. Despampanantes.
“Lazzaro feliz” de Alice Rohrwacher
Mezcla entre fábula y neorrealismo que oculta una crítica a la sociedad capitalista y evidencia un claro homenaje al cine del primer Fellini. Con un discurso que oscila entre lo social y lo poético.
“Viudas” de Steve McQueen
Adaptación de un miniserie ochentera sobre cuatro mujeres con nada en común excepto una deuda heredada por las actividades criminales de sus difuntos esposos. Impecable como pieza de género.
“Calibre” de Matt Palmer
Una suerte de “Defensa” versión británica que ofrece mucho más de lo que inicialmente promete. Con su puntito justo de tensión y misterio es capaz de regalarnos un buen rato de diversión.
“Upgrade (Ilimitado)” de Leigh Whannell
Una marcianada repleta de ingenio tan predecible en su desarrollo como disfrutable. No sé si era lo que su director pretendía, pero parece más una comedia que un thriller de ciencia ficción. Y lo digo como algo positivo.  
“Deadpool 2” de David Leitch
Secuela de “Deadpool” en la que nuestro anti-súper-héroe favorito vuelve a las andadas con sus cafradas e insultos. Por muy insustancial que nos parezca,  este universo Deadpool sigue resultando estiloso y descacharrante.   
“Green Book” de Peter Farrelly
Tan vulgar como entretenida, tan fútil como divertida, tan buenista como interesante. Otra historia más sobre la amistad, el entendimiento y los prejuicios. Destacando, muy por sobre todo, la figura de Viggo Mortensen.
“Campeones” de Javier Fesser
Trabajo hasta más buenista que el anterior, pero para nada desdeñable. Tierno canto a la dignidad, la bonhomía y hasta la generosidad en una propuesta muy entretenida y por momentos, hasta divertida.
“Cam” de Daniel Goldhaber
Ínfima producción televisiva con aires a episodio de “Black Mirror”. Desconcertante inmersión en el universo de las redes sociales y del sexo on-line protagonizado por la más loquer de las protagonistas en “El cuento de la criada”.
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Y hasta aquí los Guarenes de Cobre Robao Awards.

Como ya hiciera el año pasado, solo he incluido aquellas películas valoradas por un servidor con, al menos, un cinquito en filmaffinity. Si bien, esta vez no las he ordenado basándome en la nota que les puse. Me he dado cuenta de que hay películas que han crecido mucho desde que las valorara en la mencionada web.

¡Ah! Y sí, yo también he visto “Hereditary” y hasta “El infiltrado del Klan” pero no están en la lista. ¿Qué pasa?

¡Y no! No he visto la de Freddy Mercury. ¡Ni ganas! Sí quiero ver “Quién te cantará” de Carlos Vermut  y ya lo habría hecho de no ser porqué es inencontrable aquí en Chile. También me suscita curiosidad la última de Koreeda –a pesar de la mierdaca que se cascó el año pasado-. Además quiero confirmar si la interpretación de Christian Bale en “Vice” es para tanto. Pero no se puede llegar a todo. Ni hay tantos guarenes a repartir.   

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