Después
de ver una película de Haneke siempre me pasan dos cosas. La primera es que
estoy de mal rollo y necesito pegarme un largo paseo antes de volver a mi casa. La otra es que me sumo en una profunda reflexión sobre lo visto y
trato de convencerme de que, si bien nunca me creí la máxima roussoniana que
afirma que “el hombre es bueno por
naturaleza”, es mejor tragarse ese cuento que pensar lo contrario. Justo al
revés de lo que afirma Michael Haneke en cada una de sus películas. Y resulta jodido reconocernos en la imagen que el
director austriaco da de la especie humana. Con todo, vuelvo una y
otra vez al cine para ver cada uno de sus estrenos. Siempre salgo tócado, sí, pero nunca con la sensación de haber invertido mal tiempo y dinero.
Michael Haneke
es un maestro del séptimo arte, con trazas de universalidad le pese a quien le
pese. Los premios cosechados con sus últimas realizaciones no hacen sino
afianzar una figura demasiado tiempo relegada a un segundo plano. Su última
obra, “La cinta blanca”, representa
la culminación del trabajo desarrollado a lo largo de muchos años. Tal vez sea
la pieza más perfecta y afilada de ese cine malrollero,
acusador e incomodo, con el que Haneke ha ido desmenuzando los aspectos más
oscuros de nuestra querida Europa. Esa manera de hacer cine, “a la austriaca”, que genera adhesiones
y rechazos casi por partes iguales. De hecho, hay quienes afirman que Haneke
con su cine, lo que está haciendo es predicar su Evangelio. De ser cierto, me
descubro. Sé que es mi pastor y con él nada me faltará.
Respecto
a “La cinta blanca”, mucho se ha
hablado sobre el trasfondo que encierra su argumento. Que si con ella Haneke ha
querido poner de manifiesto cuales fueron las auténticas raíces del nazismo. En
fin, no sé si se puede hilar tan fino. No quiero decir con ello que la sombra
del nazismo esté totalmente ausente en la película, pero tengo la sensación de
que Haneke ha pretendido ser algo más general. Vale que a ese grupo de niños alemanes a
los que se les inculcan valores considerados como absolutos, con brutales
métodos de aprendizaje, se les puede ver como el germen de las organizaciones
nacionalsocialistas. Además, al ubicar la trama en una pequeña aldea alemana y
en vísperas de que estalle la I Guerra
Mundial , esa sensación se incrementa. Sin embargo, como ya
he comentado antes, tengo la impresión de que Haneke ha sacado el bisturí para
desmenuzar todos aquellos aspectos que, a la fin y a la postre, forman parte del
caldo de cultivo de cualquier tipo de autoritarismo, señalando con ello no sólo al que afectó a su patria. Él
mismo llegó a afirmar en una entrevista reciente, que “si se considera un principio o un ideal como algo absoluto, sea
político o religioso, se convierte en inhumano y lleva al terrorismo”.
Por
lo demás, en referencia a los aspectos formales de la cinta, lo que más llama
la atención es la espectacular puesta en escena. Yo la calificaría de apabullante.
En un blanco y negro precioso que nos hace recordar al maestro Dreyer (y sus conexiones con la pintura de Hammershoi), en lo visual resulta impecable. Por no
hablar de la fotografía, una delicia para cualquier aficionado por poco puesto
que esté en estas cuestiones. La dirección soberbia y los actores magníficos,
algo muy a destacar teniendo en cuenta que casi todos ellos son niños y ya
sabéis lo que decía Hitchcock de trabajar enanos -“Ni con niños, ni con animales, ni con Charles Laughton”-. En fin,
que no me extraña para nada que le hayan concedido la Palma de Oro en Cannes,
el FIPRESCI, el Globo de Oro a mejor película de habla no inglesa y que sea la
favorita a los Oscar en esa misma
categoría. Y vale, que sí, que no os apetece verla por que el Haneke tiene mu mala follá y al final de sus
películas siempre te sientes mal… Pero hay que ir joder, que es
muy necesaria. ¡Y una puta obra maestra!
Pues sí, lo que comentas del mal rollo que se te queda después de ver una peli de Haneke es cierto, pero como bien dices muchas de sus obras son excepcionales, así que este finde toca Haneke.
ResponderEliminarY esta lo es...tienes que ir a verla.
ResponderEliminarCon lo bien comentada que está voy a verla este finde.
ResponderEliminarCuando los niños son buenos actores, son los mejores. A mí me encantan las pelis en las que actúan críos, así que si casi todos los actores son tan pequeños, no me la pierdo.
Gracias por la recomendación, Sulo.
Que buena critica,coño! me lo estaba pensando porque el tío Michael hace un cine muy cabrón,pero ante estas palabras como no ir a verla.Con "Funny games",me quedé jodido pero flipando un poco con lo que se queda con el espectador,"La pianista",me pareció abrumadora y con "Caché" llegué a la conclusión de queyo mismo era un 'voyeur' como cualquier otro que critiqué en la pelicula y me rendí a este hombre.Un genio del cine,a mi parecer aunque su obra sea tan densa como ofensiva y dificil.
ResponderEliminarPues Laura, si te gustan las pelis con niños que actuen bien, esta te va a encantar. Están de 10!!!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSí Txarls, el tío Michael es un cabronazo que, como dicen en mi pueblo, "morint-se no pagaria tot el mal q'ha fet!!!"... je je je Pero es que, a parte de eso, es un director genial. He visto que no has comentado "El video de Benny". En el caso de que no la hayas visto, échale un ojo, ¡esa si que da mal rollo!... pero es brutal.
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