Eso y que los sufrís, que ya son
ganas…
Esto va por la ola de jeiterismo desnortado que inunda las
redes desde el pasado lunes, tras conocerse el nombre de los ganadores de los Oscars 2019. Una cuestión que ya
no me sorprende y es que cada año viene a ser lo mismo: “Qui ni ha ganado li qui mís mi gustí a mí… Qui ni hin timidi in considiriciín
a la ictriz di Sipirsalidospirtisieti”… ¡Pues muy bien chavales! Pero que
sepáis que parecéis una caterva de Lenores
desatados. Y el soriano es cosa seria.
Creo recordar que fue en el programa
de cine que comandaba José Luís Garci en La2, donde escuché la frase. Alguno de
los contertulios – no recuerdo si fue Miguel Marías, Lamet o quizás Torres
Dulce-, dijo algo así como que el interés de los Oscars no se medía tanto por quienes eran los galardonados, como
por las películas nominadas. Y aunque
tampoco es que esté de acuerdo al ciento por ciento con la lectura, si me
parece más adecuada a lo que sucede dentro del antiguo Kodak Theatre. Por
cierto, glorioso programa aquel “¡Qué grande es el cine!”. Añorado por cualquier cinéfilo, cinéfago o adicto
a la nicotina que se precie.
Luego está aquello que decía Mahler de
que la tradición no es el culto de las cenizas, sino la transmisión del fuego. Porque
es verdad que esto de los Oscars
tiene mucho de cosa caduca y poco o nada de fuego. Pero bueno, hablamos de unos
premios orquestados por y para la industria así que, ¿cómo coño queréis que
premien a una peli uzbeka que ni tan siquiera se estrenó en EEUU? Todavía más atendiendo
a la edad media de los integrantes de la Academia. Los que votan, vaya. Y sabiendo
como sabemos que la presbicia es enemiga de los subtítulos. Pues eso.
En todo caso, que una peli tan simpática y vulgar como “Green Book” haya sido la ganadora del certamen no me parece
ni tan mal. Desde luego que podría haber sido mucho peor. Y es que por ahí
andaban “Bohemian Rhapsody” y “Black Panther” al acecho. Sin ir más lejos en la
edición 2018 ganó esa mierda sobrevalorada de “La forma del agua”. Peor
fue el año anterior, cuando premiaron a “Moonlight”. Y si nos vamos unos añitos
hacia atrás, podemos ver ahí, brillando con luz propia, las estatuillas de “Una
mente maravillosa” o “Shakespeare enamorado”. ¿Qué digo brillando? ¡Refulgiendo!
¿Pero de que hostias vais Academia?
Y eso es todo lo que tenía que decir
sobre la 91 edición de los premios otorgados por la Academia de las Artes y
Ciencias Cinematográficas. Ahora es momento de hablar sobre los Oscars de
verdad: El Guarén de Cobre Robao que
otorga la Academia del Cagallón
presidida por el Comandante Suloki. Quién no ha visto todas las películas rodadas
durante el pasado 2018 y ni falta que hace. Paso a relacionar la lista de
galardonadas o, siguiendo la jerga de esta bitácora, “lo milloret de lo
milloret” del 2018 cinematográfico:
Musical psicodélico y medio racista
en el que la cámara se pasa la mayor parte del tiempo rodando desde ángulos inverosímiles.
Cine terrorista en el que el caos, la violencia y el exceso campan a sus
anchas. El baile inicial, en un
interminable plano secuencia, es sublime.
Conmovedora historia de amor con trasfondo
musical. Rodada en blanco y negro y con una deslumbrante fotografía que viene a
ser la marca de fábrica de este director polaco. Precioso homenaje al cine de
antaño sin caer en el pastiche o la imitación.
Ejercicio de divertimento bizarro que entronca con el terror de
serie B, el sci-fi y hasta del surrealismo escuela David
Lynch. Bebiendo tanto de la obra de Sam Raimi como del mundillo del pulp,
los relatos de Lovecraft y hasta del thriller alla maniera di Frank Miller. Y con Nicolas
Cage en una Harley acarreando un hacha dorada.
Maravillosa historia detectivesca con
aroma a cine clásico, pero embadurnada de cultura pop. Repleta de guiños al
cine de David Lynch, a los cómics de Charles Burns y Daniel Clowes, al “What’s
the Frequency Kenneth?” de R.E.M y hasta a Kurt Cobain. ¿Qué qué?
Impresionante drama dotado de una
belleza casi espectral. Cada encuadre, cada movimiento de cámara, cada nota
musical o palabra dicha nos trasladan hasta un espacio repleto de poesía sobre el
cual se cierne una amenaza invisible. Eso y una Bárbara Lennie descomunal.
“Un lugar tranquilo” de John Krasinski
“Un lugar tranquilo” de John Krasinski
Bellísimo film distópico en el
que el no-sonido es el verdadero protagonista. Historia sin apenas diálogos,
rodada en una forma elegante y en la que no hacen falta monstruitos para mantener el suspense de principio a fin.
Una locura audiovisual. Nueva visión
del universo Spider-Man que poco o nada tiene que ver con sus predecesoras y
menos mal. Sobresaliente en lo estético. La verdad es que la historia es lo de
menos.
“Déjame entrar” versión troll y
con un poco más de mala vibra. Bonita reflexión sobre la identidad como
garantía de pertenencia al grupo y también sobre la importancia del
autoconocimento.
Un “elija su propia aventura”
versión 9.0. Repleta de simpáticos guiños que no ocultan un trasfondo bien oscuro
y profundamente inquietante.
Historia pequeñita y conmovedora que
encierra grandes verdades. Más allá de la historia de Cleo, la protagonista, tiene
planos por los que ya merece la pena hincarle el diente. Un regalito para los
sentidos.
La imaginación del rubio de
Houston no conoce límites. Historia de un niño que emprende un viaje para buscar a su perro extraviado en un
entorno repleto de divertidas ideas mecánicas. Maravillosa en sus colores.
Vibrante en lo musical.
Puro Lars Von Trier. Cinta oscura, provocadora,
inquietante, sádica y muy desagradable. Nada nuevo bajo el Sol y a Dios
gracias. Y con una escapada estilística al final que te deja espatarrao.
Conjunto de historias sobre el
lejano oeste en las que aparecen todos los elementos característicos en el cine
de los Coen: violencia, humor negro, miserias humanas, personajes
únicos y la importancia de lo inesperado. Bella a pesar de su irregular desarrollo.
La historia de la España actual
resumida en un conjunto de personajes de ficción o no tanto. Retrato sobre la
corrupción cañí rodado con un ritmo vertiginoso, en lo visual y en lo musical,
en el cual se verá reflejado más de uno.
Este hombre perro es la dolorosa encarnación
de una vida de humillaciones. Historia de un perdedor de manual vapuleado por
las circunstancias y acostumbrado a encajar. Recreación de un macabro suceso
acontecido a finales de los ochenta en el extrarradio romano.
Mitad thriller, mitad drama en el
que todos saben lo que pasa menos los que lo tienen que saber. Recelos
pueblerinos, rencores familiares, asuntos de guita y secretos a voces en esta interesante
excursión de Farhadi a terra ignota.
Policiaco impecable factura en el que los bosques, la
nieve, los lobos, las costumbres y creencias atávicas y los secretos de familia
se dan la mano. Y con esos giros argumentales tan habituales en el cine de
Saulnier.
Peculiar historia de terror no
tanto por el planteamiento formal, que asume todas las convenciones del género,
como por proponer una lectura diferente. Ejercicio inteligente de sadismo,
aunque sin llegar a salpicarnos como en “Martyrs”.
La película más contenida en la
trayectoria de este animal se centra en
las maquinaciones políticas durante el reinado de Ana Estuardo. Menos
sórdida que sus predecesoras, a cambio ofrece un tour de force entre las tres actrices protagonistas. Despampanantes.
Mezcla entre fábula y neorrealismo
que oculta una crítica a la sociedad capitalista y evidencia un claro homenaje al cine del primer
Fellini. Con un discurso que oscila entre lo social y
lo poético.
Adaptación de un miniserie ochentera
sobre cuatro mujeres con nada en común excepto una deuda heredada por las
actividades criminales de sus difuntos esposos. Impecable como pieza de género.
Una suerte de “Defensa” versión
británica que ofrece mucho más de lo que inicialmente promete. Con su puntito justo
de tensión y misterio es capaz de regalarnos un buen rato de diversión.
Una marcianada repleta de ingenio tan predecible en su desarrollo como
disfrutable. No sé si era lo que su director pretendía, pero parece más una
comedia que un thriller de ciencia ficción. Y lo digo como algo positivo.
Secuela de “Deadpool” en la que nuestro
anti-súper-héroe favorito vuelve a las andadas con sus cafradas e insultos. Por muy insustancial que nos parezca, este universo Deadpool sigue resultando
estiloso y descacharrante.
Tan vulgar como entretenida, tan fútil
como divertida, tan buenista como interesante. Otra historia más sobre la amistad, el entendimiento y los prejuicios. Destacando,
muy por sobre todo, la figura de Viggo Mortensen.
Trabajo hasta más buenista que el anterior, pero para
nada desdeñable. Tierno canto a la dignidad, la bonhomía y hasta la generosidad
en una propuesta muy entretenida y por momentos, hasta divertida.
Ínfima producción televisiva con aires a episodio de “Black Mirror”. Desconcertante inmersión en el universo de las
redes sociales y del sexo on-line protagonizado por la más loquer de las protagonistas en “El
cuento de la criada”.
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Y hasta aquí los Guarenes de Cobre Robao Awards.
Como ya hiciera el año pasado, solo he incluido aquellas películas valoradas por un servidor con, al menos, un cinquito en filmaffinity. Si bien, esta vez no las he ordenado basándome en la nota que les puse. Me he dado cuenta de que hay películas que han crecido mucho desde que las valorara en la mencionada web.
¡Ah! Y sí, yo también he visto “Hereditary” y hasta “El infiltrado del Klan” pero no están en la lista. ¿Qué
pasa?
¡Y no! No he visto la de Freddy
Mercury. ¡Ni ganas! Sí quiero ver “Quién te cantará” de Carlos Vermut y ya lo habría hecho de no ser porqué es inencontrable
aquí en Chile. También me suscita curiosidad la última de Koreeda –a pesar de
la mierdaca que se cascó el año
pasado-. Además quiero confirmar si la interpretación de Christian Bale en
“Vice” es para tanto. Pero no se puede llegar a todo. Ni hay tantos guarenes a
repartir.
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