Entre festivos, comidas y almuerzos con amigos y conocidos, pluriempleo en un sector al alza como es el de la venta de disfraces y complementos, ejercer de guía turístico para gentes venidas de ultramar y continuar con mi desastrosa carrera de diyéi, se me había olvidado comentar que el pasado miércoles noche vi en directo a dos de las bandas más interesantes surgidas durante los últimos años en este país que se desmorona: Mishima y The New Raemon. El evento se celebró en la rebautizada sala Noise - anteriormente conocida como Mirror, vamos ¡la Roxy de toa la vida!- dentro de las actividades que para dar la bienvenida al nuevo curso escolar celebra anualmente la Universitat de València. Por ese motivo y por el precio reducido de la entrada, la sala estaba abarrotada de teenagers con ganas de farra y ligoteo. Por eso y porque era la noche de Jalogüín, esa tradición tan hispana, celebrada con fervor por estos pagos desde tiempos inmemoriales
Bueno, lo que quería decir del concierto, aunque tarde y mal, lo voy a decir ahora. Se confirmó que los dos últimos discos de Mishima (“L’amor feliç”) y The New Raemon (“Tinieblas al fin”) son bastante buenos. Es más, desde mi punto de vista, en ambos casos es lo mejor que han grabado esas bandas hasta ahora. Por desgracia también se confirmó que la sala Noise (antes Mirror, antes Roxy…) es la peor sala de conciertos de esta puta ciudad. Suena como el culo, es incomoda, las copas son carísimas, está fuera de zona y, para más inri, funciona bajo el principio de “rapidito y a huir”, o sea, que esta es la hora de comienzo y esta la de finalización, después te largas que aquello pasa a ser una discoteca trallera y casposa de las de toda la vida en la que, obviamente, se paga una buena mordida por entrar.
También se confirmó que los Mishima, pese al sonido y demás, se defienden más que bien sobre el escenario y The New Raemon no tanto. Eso y que Ramón Rodríguez, tal vez por que iba pasado de algo o tal vez es siempre así, es uno de los tipos con menos gracia con los que yo me haya topado. Y si en su momento ya fue toda una sorpresa escuchar al líder de Madee utilizando el castellano y en un tono mucho más melancólico y pop, ahora nos sorprendió con sus dotes de showman porculero. Sí amiguetes, don Ramón es uno de esos. Un aspirante a monologuista con escasas cualidades para la comedia. De ahí que el ínterin entre canción y canción se transformase en un auténtico suplicio. En el querer y no poder de aquel que pretende hacer reír y no es capaz. Un consejo para él: dedícate a cantar.
Pues eso era todo. Al menos por ahora.
Bueno a mi personalmente me irrita de sobremanera sus rimas predecibles , en su defensa tengo que decir que tiene temas realmente deslumbrantes como "la cafetera".
ResponderEliminarDe Mishima guardo un grato recuerdo de una de las últimas entrevistas que hice con nuestro Fanzine de niñatos POP-EYE en un bar de Via Layetana , que años!!. Caraban da una impresión frontal de culto pedante; pero me encanta ver como ha evolucionado su carrera desde aquel primer disco que me tocó ilustrar como entrevistador torpe y novel.
Vaya, curiosa anécdota. Sí, el tipo tiene algo de petulante, pero de petulante molón, jejeje. Saludos.
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