viernes, 21 de diciembre de 2012

It's the end of the world (as we know it)


Hoy es el puto 21 de diciembre de 2012. El día en el cual se iba a producir el ansiado fin del mundo. Os hablo del fin del mundo literal, obviamente, ya que a nadie se le escapa que el fin de este mundo tal cual lo conocíamos se produjo a partir del affaire de los Lehmann Brothers. O incluso antes. Y las huestes de Michael Stipe y Peter Buck ya lo sabían.


Supongo que después de tragarnos cientos de pelis sobre catástrofes, epidemias de todo tipo, zombis, guerras nucleares, meteoritos del tamaño de un planeta, distopías futuristas de todo tipo y condición, tenemos la piel muy sensible y la psicosis apocalíptica, aún sin darnos cuenta, corre por nuestras venas. Eso y que, con la que esta cayendo, existe bastante resignación ante el futuro que nos aguarda y, al igual que los suicidas, la expectativa de que todo se vaya a la mierda no nos parece ni tan mal.

Yo soy escéptico por naturaleza y no creo ni en profecías hollywoodienses ni en interpretaciones interesadas de los vestigios mayas. Vamos, que por no creer no me creo ni las chorradas que escribe el loco ese de Michio Kaku que tanto agradan a algunos de mis amiguetes. Y es que me da a mí que estamos descifrando mal el glifo de los huevos y realmente en esa rusca no pone lo que algunos quieren que ponga. O tal vez sí, pero porque al escriba maya de turno, aquel a quien le tocó el marrón de taracear toda la superficie del glifo en lugar de estar con sus colegas destruyendo poblados olmecas y follándose a vírgenes chorotegas, le faltó espacio para meter más fechas en el círculo. O quizás sea que ese glifo fuera el primero de una serie que nunca fue concluida por falta de tiempo o ganas, o aún siendo acabada se extravió o fue destruida por algún colonizador follaindios hijo de Satán proveniente del puerto de Palos. El caso es que me la refanfinfla. La profecía maya digo. Otra cosa es Nostradamus. Porque Nostradamus rules and all the rest suck!!!
Ahí tenéis al ilustre gabacho, con su mirada preclara vaticinando eventos del futuro. Nuestro presente.
En su obra magna “Las verdaderas centurias astrológicas y profecías” de 1555, el eminente astrólogo dejó escrito lo siguiente: “En la mañana calmada, llegará el fin, cuando el caballo danzante haga nueve círculos”. Y ese es el signo del fin del mundo, ¡ni mayas ni pollas!
Y ahora diréis, ¿por qué nos sale el tío este ahora con esta parida? Pues… ¿habéis visto el vídeo ese del coreano bailongo que la está petando en Internet? Sí, sí, esta cosa…

Cachai??? ¿Visteis el baile del caballito? ¿Y que es el famoso baile sino la señal del fin del mundo vislumbrada por el gran Nostradamus? Pero es que encima, según he leído por ahí, en el delirio del Apocalipsis que nos embarga durante estos días, hay quien ha reparado en que el vídeo del “Gangnam Style” está en torno al billón de visitas en Youtube. Y curiosamente, un billón tiene nueve ceros, o sea, los nueve círculos de los que habla Nostradamus. ¿Necesitáis más evidencias?

Yo por si acaso me largo –de vacaciones, eso sí-. Aunque mucho me temo que ni siquiera así pueda escapar del “Gangnam Style”. Porque nadie puede escapar del “Gangnam Style”. Trágico y desopilante por partes iguales.

2 comentarios:

  1. Que risas me he echao con esta entrada. Un visionario el gabacho rubiales, él ya sabía que íbamos a sufrir al palizas coreano y su estúpida onda expansiva (solo comparable con la del vendedor árabe que rapea para dar salida al pescao en el mercado londinense).
    Suloki rules!

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  2. Puto coreano! Que tortura macho. Por si no tuvimos bastante con el Siyotepego aquel... En lo del árabe me he perdido. Indagaré. Igual hasta es (in)digno de un post...

    Ciao crack.

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