viernes, 14 de diciembre de 2012
Великий дерьмо
Dos reseñas fílmicas breves.
Bueno, breves no, lo siguiente.
“Guardianes de la noche (Nochnoy dozor)”. Timur Berkmambetov - 2004:
Un buen mojón.
“Guardianes del día” (Dnevnoy dozor)”. Timur Berkmambetov - 2006:
Tan lamentable como la primera.
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ADDENDA
Hacia el final de "Guardianes de la noche" vemos como un avión transita por el cielo de Moscú. No sabemos muy bien como, pero un cuervo digital consigue meterse en una de las turbinas y, como es lógico en estos casos, un tornillo se afloja mágicamente. A partir de este momento la cámara, recurriendo al ya cansino “Efecto bala”, nos muestra la aventura completa del tornillo. O sea, el tornillito bajando por la fuerza de la gravedad hasta introducirse por una chimenea, para después pasar a un conducto de ventilación que termina en una sucia rendija llena de bichejos, detrás de la cual hay una cocina. Tras atravesar la rendija fantabulosamente, el tornillo canastará en una taza de café que la propietaria del piso está a punto de beberse. Memorable escena de tres minutos con la cámara siguiendo a un tornillo digitalizado. ¡Con dos cojones Timur! Y es que, gracias a gente como Timur Berkmambetov el cine es considerado un arte mayor.
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