"Cualquier tiempo pasado fue
anterior", que decía el fenómeno aquel de la melena miembro de Les
Luthiers. Y no lo digo por la banda, E -o (A Band Called) E-,
proyecto colaborativo que aúna los destinos musicales de la siempre
interesante Thalia Zedek (Come, Uzi...), con los de Jason Sanford (Neptune)
y Gavin McCarthy (Karate). Me refiero a la escasa peña que se dio
cita en el recinto en el cual se celebraba el evento. Y es que, ¿os
acordáis cuando las salas de la capital del Regne se llenaban para
disfrutar de bandas como Come? Ah! ¿Qué no? La verdad es que yo
tampoco. Ni siquiera recuerdo que Come vinieran a Valencia. El caso
es que lo mismo me da que me da lo mismo. Los que no vinieron se lo
perdieron. Peor para ellos. También para quien pusiera la pasta en
esta gira. Y para la sala, supongo.
En fin, a lo que iba, que me
enredo... Yo sí que me presenté. ¿Cómo no? Si el trío de Boston
se ha sacado de la manga un artefacto musical explosivo, con el que
bordean lo industrial, incluso el math rock, aunque sin renunciar al
legado indie rocker del cual sus miembros fueron
partícipes en los noventa. Y es que el peso de esas décadas de experiencia dentro
de la escena alternativa de su ciudad se notan. Y de ese esfuerzo
nace este plástico que es como muy de sus bandas matriz, pero
también diferente a cualquier cosa que hayan grabado antes. Con un
resultado final que, quizás, demuestra un mayor peso en la ecuación
de Sanford y sus Neptune. Un álbum de debut homónimo caracterizado
por un sonido que es a la vez frío -por momentos incluso marcial-
pero también emotivo. Y es que en “E”, de E, también hay
espacio para la emoción. La contenida y de la otra, como pudimos
apreciar en el show de anoche.
La titawa aspasial de Yeison |
Conciertarro en el que, como
os dije antes, no había ni el Tato. Hasta el punto de que aquello
parecía más una suerte de ensayo con público, en el que los dobles
de Jim Jarmush, Rosana afuegolentotumirada y Mr Proper se enfrentaban
a un puñado de habituales de la movida, incluyendo a los que pasan
de gañote a todos los conciertos celebrados en esta puta ciudad.
Algunos permitiéndose el lujo de llegar tarde, que tié webs...
Aunque a los E todo esto les importó poco. Se comportaron como si estuvieran en un pabellón rebosante de enfervorizados fans.
Destaparon el tarro de las esencias y se dedicaron a tocar esas
estructuras repetitivas, quasi hipnóticas, que al parecer son marca
de la casa. Y sonando como el trueno, que todo hay que decirlo.
Por allí desfilaron prácticamente
todos los cortes incluidos en su único álbum hasta el momento, más
alguna que otra cosita. Creí reconocer alguna versión, pero
no estoy del todo seguro. De lo que sí lo estoy es de la solidez que
mostraron empalmando los catorce temas que integraron el
recital, con tan solo el pequeño parón previo a los bises. Abrieron
con “Regatta” y cerraron con “Great Light”. Por el camino
quedaron “I Want to Feel Good”, “Treeline” o las
tremendísimas “Candidate” y “The Archer”. Poca broma. Tan
solo se echó en falta “Water”. Pero bueno, ¿que queréis? Más
triste es robar que decía aquel.
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