viernes, 10 de febrero de 2017

Bacalao (con C)

A estas alturas ya sabemos que el bacalao no es solo un pescado blanco o azul, dependiendo de si se presenta fresco o en salazón. Bueno, puede ser que si te criaste a orillas del Atlántico portugués, dónde ese pez es el rey de la cocina, desconozcas la existencia de otras acepciones. Desde luego que no será así si naciste en esta terreta en la que me parieron y te movilizaste en el ambiente de la fiesta en los noventa. El problema es que ha habido una suerte de intoxicación en lo que al bacalao musical respecta. O sea, al bakalao con k. Que fue en lo que devino todo un movimiento cultural que fue capaz de poner a Valencia a la vanguardia europea. Os hablo, cómo no, de esa mierdaca electrónica a base de ritmos rápidos y repetitivos, cantaditas y sonidos editados, con los que gran parte de la chavalada del país se ponía hasta las trancas de viernes a domingo. Ese ruido con pretensiones, esa anti-música a la que odié con toda mi alma durante mi juventud, pero que hacía las delicias de los protagonistas de aquel conocido reportaje emitido por el Canal Plus en el año 93.
Conocido mediáticamente como la Ruta del Bakalao (o Ruta Destroy), fue heredera directa de algo más que interesante a lo que algunos se refieren como "la movida valenciana". Nacida en los años ochenta (o incluso a finales de los setenta), en plena Transición y con un cariz vanguardista, transgresor y hasta underground, esta movida supone el mayor periodo de esplendor cultural que se ha vivido por estos lares. Aquí se alumbraron algunas de las discotecas y pubs más innovadores del país, se pincharon vinilos de gentes a los que nadie conocía y se programaron conciertos de reputadas bandas en horarios imposibles. También se consumieron drogas. Primero mescalinas, luego de otro tipo. Y todo eso dio como fruto el mayor movimiento de clubbing a lo largo y ancho de la piel de toro. Con consecuencias a medio plazo sobre la forma de ocio nocturno practicada en todo el país.

De todo esto nos habla “¡Bacalao! Historia oral de la música de baile en Valencia, 1980 – 1995”, escrito por el periodista y diyéi barcelonés Luis Costa. Libro construido a base de entrevistas con los principales actores de la escena musical valenciana en aquel momento. Por allí transitan los precursores a los platos, los empresarios de la noche que montaron los garitos, los responsables de tiendas de importación imprescindibles en aquellas fechas, algún periodista musical y músicos de aquí y de más allá. De hecho uno de ellos, Shaun Ryder de los Happy Mondays, llega a decir cosas como que “[...] todo estaba ocurriendo antes en Valencia que en Ibiza”. En términos parecidos se manifiestan Mark Burgess, de The Chameleons o Andy Jarman de “A Popular History of Signs”.

Un libro muy interesante que nos acerca a lo que realmente ocurrió y que va mucho más allá de lo que la mayoría de la gente recuerda. Algo importante y que está muy por encima de esa imagen distorsionada, repleta de mascachapas y chimobayos, a la que muchos accedimos por culpa, aunque no solo, de los medios de comunicación.

Os dejo esta interesante listica con la banda sonora del libro...

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