Con la etiqueta de mejor libro de no ficción 2016,
gracias al galardón concedido por el gremio de libreros de Madrid, amén de toda
suerte de parabienes, elogios y críticas favorables en prensa, radio y
televisión, así fue como llegó hasta mí “La España vacía, viaje por un país que
nunca fue” de Sergio del Molino. Periodista madrileño, criado en algún lugar de
la costa valenciana y residente en Zaragoza, al que le ha dado por hablarnos de
esa España interior, despoblada y atrasada que, en términos geográficos,
comprende la meseta y la depresión del Ebro. Es decir, las dos Castillas,
Extremadura, La Rioja y Aragón, descontando las grandes urbes. Si bien, tanto
la Valencia castellana, como el Maestrat, el interior de Murcia y Andalucía,
así como los lindes de Galicia, Asturias y Cantabria con Castilla León también serían
territorios asimilables.
La premisa del autor es que existe
una España vacía en la que viven un puñado de españoles, pero hay otra que habita
en la mente y/o memoria de millones de españoles. Aquellos que padecieron el gran trauma. Los que entre la década de los cincuenta y los setenta se vieron
obligados a abandonar sus pueblos rumbo a las ciudades. Pero también sus hijos
y nietos, en quienes perviven los mitos y tradiciones de esos pueblos en los
que ellos no nacieron. Mitos por todos conocidos, mayormente negativos, desde la
España negra y embrutecida de Puerro Hurraco o Fago, hasta la vergonzantemente
atrasada e inculta de Las Hurdes (tierra sin pan). Prejuicios introducidos en
la memoria colectiva desde la otra orilla, la de la España llena sin que a la
vacía le asista posibilidad de réplica. Frente a esa realidad han aparecido reacciones
de todo tipo: Desde Ramón J. Sénder a Gregorio Marañón e incluso desde antes del mencionado gran trauma, con Machado y Unamuno. O ya llegando a nuestros
días, con esa moda hipster que considera esos abandonados territorios como una
suerte de Arcadia feliz. Ese lugar idealizado al que conviene retornar.
Es este un libro raro. Peculiar mezcolanza de géneros.
Libro de viajes, narración histórica, estudio antropológico, anecdotario aunque,
por encima de todo, es un ensayo sin conclusión clara. Una interesante lectura,
trufada de hitos de la cultura pop y que se sigue fácil. Quizás le falte un poco de profundidad a la hora de abordar los temas, pero
bueno, supongo que por eso resulta tan ameno.
Interesting.
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