El primero es el reciente trabajo
de Jeff Rosenstock, titulado “POST-”. Tercer álbum en solitario del
otrora líder de los desaparecidos Arrogant Sons of Bitchet y Bomb the Music
Industry! que te puedes debes descargar gratuitamente desde su Bandcamp porque es una puta bomba. Punk
Rock ultra vitaminado y mineralizado con el que el músico de Long Island arremete
contra los responsables de la precaria situación social de su país y muestra
sus reparos a la elección presidencial del innombrable señor con un felpudo oxigenado a modo de cabellera. Diez cortes
memorables que integran un discarro
casi sin altibajos en el que, si acaso, sobresalen tres aspirantes a himnos para
este 2018 como son “USA”, “Beating my Head Agaist a Wall” o “Left Them Win”.
Continuamos con el nuevo material
de ese geniecillo rubio nacido a orillas del río Mississippi que atiende al
nombre de Kyle Craft. “Full Circle Nightmare”, que así se llama su segundo
álbum, no es tan deslumbrante como su antecesor pero mantiene esos ecos a Bob Dylan
y ese aroma al “Hunky Dory” de El Duque Blanco que tan bien le sentaban y
sientan. Tan energético como antaño, quizás se echa en falta algo de histrionismo
y opereta, pero se compensa con creces gracias a la omnipresencia
de la espléndida banda de acompañamiento. Con todo, se confirman las enormes
expectativas puestas en el muchacho tras la publicación del glorioso “Dolls of
Highland” (2016).
Lo de Ezra Furman es una cosa muy seria. El tipo lo ha vuelto a hacer y
no sé cuántas veces van. Sin duda es uno de los mayores talentos de la música surgidos
en los últimos tiempos. “Transangelic
Exodus” es otra puta maravilla más a anotar en el ya extenso currículum de
este treintañero de cabello cambiante. Un álbum algo más introspectivo y
bastante más implicado con la realidad del país que le vio nacer, en
comparación a sus seis anteriores entregas. Pareciera como que al tipo le
importase una higa aquello de ser comercial o no y hace y graba lo que le sale
del pié. Y bien está que así sea. En definitiva estamos ante otro maravilloso
disco del chicagoan que, para no
perder la costumbre, crece escucha tras escucha. Además encierra gemas como
“Love You So Much” o ese espatarrante “I Lost my Innocence” a modo de despedida y
cierre.
De Shame se puede decir que son el enésimo proyecto de post-punk
deudor de aquellas provocadoras bandas surgidas a finales de los setenta en la
pérfida Albión. La huella es más que evidente si nos remitimos a The Fall. Desde
South London, estos cinco jóvenes debutan con estas estimables “Songs of Praise” que atraparán a todos
esos seguidores de Iceage o Eagulls entre los que, cómo no, me encuentro.
Por supuesto hay que hablar de este “Twin Fantasy” que es la reedición
–más bien re-grabación- de aquel icónico álbum publicado por Car Seat
Headrest en el 2011 a través de Bandcamp
y que se convirtió al poco en una pieza de culto. Doloroso álbum con el que
Will Toledo nos hacía participes de sus demonios personales y al que ahora
vuelve, una vez ya vencidos, en una muestra de madurez que trasciende lo
meramente musical. Aprovechando aquellas letras cojonudas y sus preciosas
melodías, el de Leesburg ha enchulado el álbum de una forma tan brillante que
no creo pueda defraudar a nadie.
Supongo que el debut de los
bristolianos IDLES se titula “Brutalism” porque era imposible denominarlo de cualquier otra forma. Un disco donde el frenesí y la
intensidad vienen marcadas por una batería machacona cual caja de ritmos que
apenas decae en sus cuarenta y pocos minutos de duración. Eso y una dicción
amenazante a lo Johnny Rotten al cargo de un vocalista que parece el primo
hermano de Jason Williams de los Sleaford Mods y que en todo momento se muestra
dispuesto a meterte un cate. Punk brutal a
trallón para cagarse en todo bicho viviente como solo los ingleses saben
hacerlo. ¿Es repetitivo? Pues sí, de la hostia… ¿Y qué?
Marie y Lionel, oseasé
The Limiñanas, ya son unos veteranos
en estas lides del garage o el psycho-garage que dicen los moernos. De hecho este menda ha
disfrutado lo suyo con algunos de los discos de la banda de Perpiñán que
anteceden a este fantástico “Shadow
People”. Nunca tanto, bien es
cierto. Y es que la parejita nos regala
en este 2018 un álbum oscurete y repleto de tremendas atmósferas que, sin
ningún género de dudas, es lo mejor que han parido hasta el momento. Un
cacharro opresivo y con tendencias machaconas que se aleja un tanto de la
idea que se tiene de la bella Francia. Bien es cierto que ahí colaboran gentes
provenientes de otras latitudes como Anton Newcombe -The Brian Jonestown
Massacre- o el pesado de Peter Hook. También paisanos como Bertrand Berlin.
Marie/Lepanto es el enésimo artefacto colaborativo del siempre brillante Will Johnson,
aquí junto a Justin Kinkel-Schuster –ná que
ver con Bernardo y sí con los Water Liars-. La asociación da como resultado
este “Tenkiller”, bonito álbum de folk-rock que es a la vez tierno y
oscuro, a veces introspectivo y otras más psicodélico. Es verdad que tiene
momentos en los que el talento de Johnson nubla por completo la aportación de
su compañero de fatigas, pareciendo como si estuviéramos ante un nuevo trabajo
de Centro-matic. Como muestra “Inverness”, sin duda uno de los mejores cortes
del álbum. O hasta de South San Gabriel cuando suena “Famished Raven”. ¿Me
parece mal? Pues qué queréis que os diga… No. Más bien al contrario. Con todo
no siempre es así y hay mucho espacio para el lucimiento conjunto en un álbum
que requiere de un par o tres escuchas reposadas para apreciar todos los
matices. Disfrutable tanto para fans de Crazy Horse como de los Jayhawks. Y por
supuestísimo para los del maestro Johnson.
El “I’m Bad Now” supone la evolución lógica y coherente de Nap Eyes tras la publicación de “Whine
of the Mystic” en 2015 y “Thought Rock Fish Scale” en 2016. Solo hace falta una
escucha para percatarse. Delicioso indie-rock
introspectivo y repleto de sutilezas en el que se aprecian ecos a Jonathan
Richman con o sin sus Modern Lovers, o hasta de Lou Reed con o sin la Velvet
Underground. Por ponerle algún pero, hubiese molado que desarrollaran un pelín
más la visceralidad que se esboza en temas como “Judgment” o “Sage”, que por
otra parte son de lo mejorcito del álbum. Bueno, quizás lo han dejado para próximos
trabajos y me parece muy bien. Lo cierto es que a la banda de Nueva Escocia le
está quedando una hoja de servicios la mar de interesante.
MarDev Records fue el sello que se sacaron de la manga los chicos de Nada Surf para auto
editarse, cuando la gente de Elektra
-con bastante poca vista- decidiera pasar de ellos. Este 2018 y con motivo del quince
aniversario de “Let Go” -para muchos entre los que no me incluyo su mejor disco-,
e l trío neoyorquino se ha embarcado en una gira que les está llevando de aquí
para allá. Con motivo de la efeméride, el mencionado sello ha publicado dos
bonitos discos homenaje al ópus magnum de 2002. Uno más redondito al cargo de
bandas angloparlantes y que se titula “Standing
at the Gates: The Song’s of Nada Surf’s Let Go”. Otro un tanto más
irregular protagonizado por bandas españolas titulado “Tu Aura Brilla Más: Let Go/Nada Surf, 15 Aniversario” Con todo le
he pegado más escuchas a este último, no sé si por proximidad o simplemente a
modo de particular homenaje a una banda con la que he disfrutado tantísimas
veces desde mi tardo adolescencia y que siempre ha tenido a España como segundo
hogar. Hay versiones muy chulas al cargo de Lagartija Nick o, sorprendentemente,
de los Niños Mutantes. Responsables de una maravillosa reinterpretación de “La
tormenta del ‘77” que no desmerece al original ni a la versión anglófona, también
muy chula y que está ejecutada por los Manchester Orchestra. Destacables
también en este último son las piezas revisitadas por Ron Gallo, Ed Harcourt, Rogue
Vague o William Tyler.
No me preguntéis porqué, pero
también ando colgadísimo de esta marcianada minimalista titulada “Glass” y que se gestó en el marco de la conmemoración del 110 aniversario del nacimiento
del arquitecto Philip Johnson. Los hacedores son Alva Noto & Ryuichi Sakamoto que al parecer se desplazaron hasta
la Casa de Cristal del susodicho en Connecticut, para fijar micrófonos de contacto en las
paredes de vidrio y frotándolas con mazos de goma, generar tonos que combinaron
con otros ruiditos generados con cuencos, teclados y yo que sé que más. El
resultado es un único corte de treinta y siete minutos absolutamente hipnótico,
etéreo y misterioso con el que la pareja
retoma su senda colaborativa tras la banda sonora de “El Renacido” (“The
Revenant” – 2015).
Descubrí hace tiempo a Lucy Dacus. Fue gracias a un Tiny Desk
Concert en el cual la cantautora de Richmond venía a presentar unas pocas
canciones de su disco de debut. Dos años después y con solo veintitrés
primaveras en su haber -¡quien las pillara!-
nos regala diez nuevas historias incluidas en un elepé que se titula precisamente
“Historian”. En él ahonda en esa
particular manera de construir melodías suaves y trufarlas
de ramalazos roqueros, casi siempre contenidos y supeditados a su cálida a la vez
que profunda voz. En el global, el disco se aleja un tanto del slowcore de “No Burden” (2016), incorporando algunos
arreglos e incluso algunas cadencias jazzísticas, que enriquecen el sonido
iniciático. Sigue pareciéndome una artista notable y con muchas cosas
que contar.
“Criminal” es lo nuevo del proyecto de rock industrial montado por Luis Vasquez bajo
la etiqueta The Soft Moon. Y sí,
digo de rock industrial, aunque con más rabia y más garra si cabe respecto a su
antecesor, el genial “Deeper” (2015), que a su vez continuaba el nuevo camino
emprendido por el artista californiano tras la publicación de “Zeroes” (2012).
En alguna parte he leído que este disco deberían haberlo grabado Nine Inch
Nails, si es que al autor de “Head Like a Hole” o “March of the Pigs” aún le
queda alguna esencia encerrada en el tarrito. No podría estar más de acuerdo.
Es poner a sonar “Burn” y a continuación “Choke” y después “Give Something” y
comprobar como The Soft Moon se ha transformado en aquello en lo que debió
haber derivado el agotado proyecto de Trent Reznor. Vamos, que el tito Vasquez se
lo ha comido de un bocao.
“Pissing Stars” supone el segundo álbum en solitario de quien fuera miembro de Thee
Silver Mt. Zion o los imprescindibles Godspeed You! Black Emperor. El
canadiense Efrim Manuel Menuck, considerado con justicia como un músico
de culto y con amplia experiencia transitando entre los senderos del post-rock
y abanderando la causa experimental. Nos ofrece aquí una vibrante entrega sobre
la desesperanza y hasta el desgarro en la era Trump que, según parece, haya su fuente
de inspiración en el romance vivido
entre la estrella de la televisión Mary Hart y el hijo del conocido traficante
de armas saudita Adnan Khashoggi (wtf!?).
Disco repleto de largos desarrollos instrumentales construidos a base de drones, guitarrazos, sintetizadores y algún
aporte vocal. Sobre todo en aquellas partes más “luminosas”. ¡¡¡Que haberlas haylas!!!
Dentro del
universo de las músicas etéreas se encuentra este disco, el cuarto publicado
por esta cantante, pianista y organista sueca “amiga” de Varg Vikernes. La
muchacha responde al nombre de Anna Von Hausswolff y su álbum del 2018 “The Dead Magic”.
Compuesto por cinco largos cortes que hallan su punto a mitad de camino
entre la propuesta de los primeros Swans y los siempre fantabulosos Dead Can Dance. De hecho, guardando las distancias,
hay un claro parecido entre la voz de Anna Michaela Ebba Electra von Hausswolff
y la estupendísima Lisa Gerrard. Se trata de un álbum muy atractivo, tremendamente
hipnótico, que seguro hará las delicias de todos aquellos fanáticos de la darkwave. Pero los de verdad. No esa
peña que se ha subido al carro en marcha y no sabe ni donde están ni hacia
donde van. Que en Valencia de esos los había a puñaos.
Los parisinos Heliogabale no son precisamente unos
recién llegados a este mundillo de las armonías, los berridos y la matraka. “Ecce Homo”, que no es de este 2018
sino del pasado 2017, es su séptimo largo en ver la luz. Sin embargo hasta
ahora no les había prestado ninguna atención. Es por ello que no puedo
establecer comparativas, ni opinar sobre la evolución de su sonido. Lo único
que puedo decir es que he flipado unas cuantas veces con este disco en lo que
va de año. Mola esa voz casi desganada de Sasha Andrès, cantando en francés, en
el marco de unas composiciones intensísimas y que destacan por su singularidad.
Y ya para acabar –y para que
acabéis de alucinar, lo sé- voy con la banda sonora del último éxito
cinematográfico basado en un personaje de la Marvel. Me refiero,
cómo no, a Black Panther. The Album Music From and Inspired By,
tras el cual andan Kendrick Lamar, The
Weeknd, SZA. Tremendo álbum de hip hop que incluyo
en mi lista de placeres culpables y en cuyas garras caí por culpa de ese puto
amo que es Kendrick Lamar, el responsable máximo de que esta cosa fluya.
Cincuenta minutejos de nada repletos de colaboraciones y duplas para explorar
los límites del rap, el R'n'B, el afro soul y hasta el electro-pop
más comercial y bailongo.
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Y eso es todo… Por ahora… A la
espera de lo que nos vaya ofreciendo el año en curso. Y a expensas de comprobar
si algunos de los discos que ya se anuncian, cumplen con las expectativas
generadas. Muy especialmente aquellos cuyos adelantos me han puesto los dientes
largos. Me refiero a lo nuevo de los santiaguinos Baikonur, cuyo single
“Karellen” me hace salivar cada vez que lo escucho. También A Perfect Circle que vuelven tras
catorce años de silencio, que se dice pronto. Y lo cierto es que tanto “The
Doomed”, como “Disillusioned” o “TalkTalk, suenan de coña. A lo de siempre, es
cierto, pero es demasiado tiempo sin
saber del señor Keenan. Hay que confiar. O el nuevo EP de unos Desperate Journalist en los que tengo
puesta mucha fe y más tras paladear “It Gets Better”. Por no hablar de los
prolíficos hermanos Savage y sus Parquet
Courts, cuyas dos nuevas canciones están de puta madre; o del siempre solvente Jack White, de quien me gusta esa sintonía con coros
a lo “Bohemian Rhapsody” titulada “Over and Over and Over”. También unos tipos
de los que tengo escasa información y que atienden al nombre de Spielbergs. Sé que son noruegos y que
eso de “We Are All Going to Die” es una verdad inmutable, a parte ser un
pepinazo que me retrotrae a cuando los Japandroids molaban. Y lo nuevo de Will Haven que ya sabemos se titulará
“Muerte” e incluirá “El Sol”. Canción que está
bien berraca que diría Pablo Escobar. Vamos, para no perder la costumbre. O
ya por último, al resultado de la colaboración entre mis paisanos Tórtel y Alberto Montero, de la que no
esperaba mucho a priori, pero que me ha sorprendido gratamente con “Nada será
igual” y más aún con “La Puerta Dibujada”.
Y ahora sí que sí... C’est fini.
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