viernes, 8 de noviembre de 2013

50 sombras de Grey (¡o más!)

Porque sobre eso nos habla este libro titulado “Historia de un servidor”. De las miserias vitales que rodean la vida de un millonario triunfador con casa en la Gran Manzana. Su nombre Steven Grey y viene a ser el típico capullo al que le han puesto las cosas demasiado fáciles desde que era un niño. Alguien que, además, se beneficia continuamente de esa máxima que reza “dinero llama a dinero”, consiguiendo que todo en la vida le sonría. Pero como os imaginareis no es oro todo lo que reluce. Y para eso tenemos al amigo Eddie, poeta ruso exiliado que lucha por abrirse camino en el mercado literario, amén de beneficiarse de las “bondades” del capitalismo. Un tipo que ejerce como mayordomo del ricachón y que nos va a relatar las verdades del barquero. El tal Eddie, nuestro narrador, no es otro que el Eduard Limónov del que nos hablaba Emmanuel Carrère en su última novela. La misma a la que dediqué esta elogiosa entrada. Un majadero dotado de una divertidísima y corrosiva pluma.    

Como dejé escrito en aquella entrada, descubrir sobre la existencia de un autor a través de su biografía, en lugar de haberlo hecho antes a través de sus obras, no parece lo más adecuado. Pero bueno, nunca es tarde si la dicha es buena. Sobretodo cuando al abrir esa puerta uno se topa con un universo tan fascinante como el de este escritor, político y sobretodo vividor nacido en la antigua URSS allá por el año de la catapún.
Según parece, la odisea vital de Eduard Limónov lo llevó hasta Nueva York en donde residiría por unos años. Allí pasará por todo tipo de penurias hasta que consiga ingresar en el servicio doméstico de Mr. Grey. Justo es ese periodo de la vida de Limónov lo que nos cuenta este libro.  

El porque un semi-indigente con mucha cara dura y muy poca vergüenza acaba siendo el mayordomo de un tipo que recibe en su casa a jeques, grandes escritores, senadores de los EEUU o grandes industriales de medio mundo, lo tendréis que descubrir vosotros mismos leyéndoos el libro. El caso es que sí, lo conseguirá y así es como acaba reinando en un fastuoso palacete a orillas del río Hudson. Sí, sí, habéis oído bien, he dicho reinando porque eso es lo que hace Eddie en la casa del millonario, comportarse y vivir a cuerpo de rey. Vale que no es más que el mayordomo pero ¿y qué? Sobretodo cuando su situación le permite estar más cerca de todo aquello que anhela: el lujo y las mujeres. Y así es como pasará esta etapa de su vida: enamorándose de mujeres inalcanzables (o no tanto), odiando a su jefe y a toda su casta, pontificando sobre la necesidad de una revolución violenta, bebiendo vinos y licores de 1000 dólares por botella,  fumando habanos, drogándose, follándose todo lo follable (y hasta lo no follable), engañando a todo Cristo y criticando tanto al régimen comunista como, muy especialmente, al capitalismo y al tan cacareado american way of life.

Deliciosa novela autobiográfica que no será la última que le lea a este tipo tan cabrón, pero tan honesto. Un escritor cuyas formas recuerdan, aunque sin llegar a sus niveles de excelencia, a escritores como John Fante o Charles Bukowski. Lo de este último es bastante evidente en lo que al tratamiento del sexo se refiere. 

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