No nos dan tregua. Nunca hay buenas noticias para los residentes en esta land of pain por todos conocida como Comunitat Valenciana. Otrora uno de los motores económicos del país para orgullo de sus gentes, a quienes se nos hinchaba el pecho al proclamar a los cuatro vientos que éramos valensianets, oseasé de la millor terreta del món, ¡la California Europea!, ¡el Montecarlo mejorao con orxata y paella!… xé xé xé…
…‘na caguerà pa’ tots!!!
Y es que los valencianos hoy nos hemos desayunado con el inminente cierre de RTVV (Canal 9 + Radio 9). Una maravillosa nueva que nos recuerda que vivimos en el verdadero trasunto del Paraíso en la Tierra. Ahora es cuando los de fuera entenderéis el sentido del Aeroport de Castelló. Y es que si no tenía aviones no era por falta de planificación, sino porque se construyó con la idea de recibir a esos Dioses seducidos por las beldades de esta terreta. Un lugar, con mucho, mejor que esos Olimpos de pacotilla en el que esos mismos dioses vienen descasando sus divinos culos desde tiempos inmemoriales. Pero no es cuestión de desesperar, todo lleva su tiempo. Ya vendrán. Lo veremos. Lo veréis.
A lo que iba. Que nos hemos quedado sin el Canal 9, la televisión pública valenciana, también conocida como Canal Bou por su afición a retransmitir todas las corridas de toros celebradas en territorio patrio y parte del extranjero. Eso sí, los programadores siempre se las arreglaban para colarnos entre corrida y corrida “Una de l’Oest”. ¡Películas de vaqueros que no falten! Daba lo mismo que fuesen buenas, regulares, malas o directamente espantosas, cabía tanto “Centauros del Desierto” como “Que viene Valdez II”… y es que el criterio nunca fue el fuerte del ente público. La calidad tampoco. Si lo fue el mentir, el silenciar la disidencia y el ejercer de No-Do en favor del partido en el gobierno.
Porque esa es la imagen que nos queda de Canal 9. La del canal manipulador que ya casi nadie veía (¡un escaso 3% según los últimos sondeos!). Un sitio en el cual los informativos más que informar, desinformaban. En donde uno podía enterarse de toda la actualidad fallera, o de los goles del Valencia CF, pero no de que Paco Camps estaba imputado por cohecho impropio, o que medio PP Valenciano aparecía en el sumario de la Gürtel. De ahí que ahora muchos se alegren de su desaparición. Pues yo no. Porque la cosa no siempre fue así.
Cuando Canal 9 nació, allá por el año 1989, lo hizo con la ilusión propia con la que se gestan este tipo de proyectos. Estábamos en una época esperanzadora en al que el país funcionaba y la región también... y en ese marco se presentaba ante nosotros un equipo joven de profesionales con muchas ganas de trabajar, dispuestos a ofrecernos lo nunca visto por estos lares: un medio de comunicación público que actuaría como instrumento normalizador y difusor de la cultura autóctona, además de generador de una industria audiovisual. Eran los comienzos y la cosa parecía marchar mejor que peor, con el hoy día olvidado (e incluso vilipendiado) Amadeu Fabregat al frente. Y en esas estábamos cuando Zaplana desembarcó en el Palau de la Generalitat. Y ese fue el principio del fin. Porque lo que hasta entonces había sido un medio sostenible, con una plantilla equilibrada, un prestigio razonable y unas audiencias estimables, saltó por los aires por obra y gracia del cartagenero. Él fue quien implantó las “plantillas paralelas” de acólitos, que han ido incluyendo en su seno a varias falleras mayores y belleas del foc que se había pasado por la piedra, que han terminado por hundir el ente. Con el comenzó el despiporre y el extravío generalizado de fondos públicos. Con él se implantó lo que los del Mongolia llaman el método liberal para acabar con lo público en cuatro pasos:
Primero: "Agarre con fuerza el sector público por el brazo"
Segundo: "Denígrelo. Hunda su prestigio y niegue su utilidad."
Tercero: "Retuérzalo hasta dejarlo sin financiación."
Cuarto: "Desmantélelo y ponga los recursos en manos privadas."
...i a guanyar diners!!!
Y de lo que pudo haber sido a lo que es... O a lo que fue, porque ayer tarde
Alberto Fabra, nuestro Poc Honorable
President, anunció solemnemente que la tele pública había dejado de existir
en la Comunitat Valenciana y punto. Por sus cojones... o los de los suyos, ya que no es más que una marioneta de los totis que gobiernan en esta Comunidad desde hace décadas. El anuncio se produjo horas
después de que el Tribunal Superior de Justicia declarase ilegal el
ERE por el cual se había despedido a unos mil trabajadores del ente público. Nuestros
políticos decidieron que ni flowers. Que
antes que acatar la sentencia, que obligaba a la reincorporación de los
trabajadores, preferían cargarse Canal 9. Como un niño pequeño que afirma
que como la pelota es suya, se juega a lo que él quiere o se lleva la pelota a casa. Y eso es lo que supone el anuncio de Fabra, que ya no tenemos pelota con la que jugar. Una pelotita que, por otra parte, no era de él, sino de todos los
valencianos. Pero les da igual.
“No
cerraré un hospital o un colegio para mantener una televisión insostenible", dijo el menda... Já!!!… Para desembolsar 32,6 millones de eurazos para cubrir la deuda del Valencia CF, la del
Hércules y la del Elche sí que hay pasta. Cómo también la hubo para la Formula1, la Copa América, las visitas papales
y las demás mierdas súper importantes para el bienestar del populacho…
En fin amigos, que no sé ni porqué me quejo. Tenemos lo que nos merecemos.
No, no tenemos lo que nos merecemos, no nos lo merecemos, el sistema está montado para que los que mandan nos den por saco y ellos se repartan y malgasten el dinero de todos. No nos lo merecemos. Voy a engrasar mi Magnum y mi Beretta ARX-160 y van a saber quien soy, ellos sí que se han hecho merecedores de mi plomo.
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