lunes, 4 de enero de 2021

Pulvis et umbra sumus. DEP MF DOOM

En una entrada de finales de octubre del 2019, titulada “Mis favoritos del hip hop”, me referí a “Madvillainy” de Madvillain, aclamado artefacto colaborativo facturado entre Madlib y MF Doom y publicado en el año 2004. Uno de mis referentes más claros en esta cosa del gusto por las rimas y los ritmos. Como dejé escrito por allí, se trata de un proyecto único e inimitable que destaca por su faceta experimental. Con una excelsa colección de samples y loops en los que la extraña pareja explora los límites del género, introduciendo elementos de diferentes estilos musicales a su gusto y conveniencia. Desprovisto de las sensibilidades populares del rap y de esa obsesión por los ganchos que en ocasiones resulta tan cansina, definirlo como libérrimo sería quedarse muy corto. Compuesto por veintidós canciones cortas, con pocos estribillos y un sonido generalmente nada comercial. “Madvillainy” es, por lo tanto, un trabajo sumamente original y desde luego, inclasificable. E intencionalmente oscuro, que es casi lo que más mola. Por desgracia, el proyecto a cuatro brazos y dos cerebros no tuvo la continuidad que hubiéramos deseado. O bueno, sí la tuvo… Pero relativamente. Y es que, años después, aparecería “Madvillainy 2 - The Madlib remix” (2008). Si bien, no es exactamente lo mismo, tratándose más bien de un disco del californiano Madlid.

Si escribo todo esto, aparte de para señalar esta pieza fundamental en la historia del hip hop y de culto en la historia de la música, es por homenajear de alguna forma a MF Doom, que acaba de partir hacia el otro barrio. Bueno, tampoco eso sería exacto. Los hechos son que su señora esposa, durante la pasada Nochevieja, colgó un anuncio en la cuenta oficial de MF Doom en Instagram. Ahí se daba a conocer que el MC londinense había perecido dos meses antes. Y es que, según parece, el luctuoso suceso se produjo, exactamente, el día 31 de octubre de 2020. La noche de Halloween para más inri. Con todo, tampoco sabemos el cómo y los porqués, aunque no sé si importa mucho. Porque este es un final que le viene que ni pintado a uno de los músicos más elusivos y misteriosos del mundillo. Alguien que, casi desde sus comienzos, se escondía tras la imponente máscara de gladiador de Máximo Décimo Meridio. Este halo de misterio en el cual se envuelve su vida, unido al innegable talento y a la reconocida influencia en músicos más jóvenes e incluso la impronta que deja en la cultura popular, hacen que su perdida resulte enorme. La de un tipo nacido en la pérfida Albión, pero asentado en Nueva York, dónde se consagrará como una de las figuras fundamentales del hip hop gracias a discos como “Operation: Doomsday”, o la obra maestra atemporal que es el mencionado “Madvillainy”. Uno de los mejores álbumes de todos los tiempos para varias publicaciones.
Y poco más puedo decir. Más allá de lamentar el deceso. Y recomendar su obra, que al final, siempre es lo más importante. Así pues, descanse en paz Daniel Dumile aka MF Doom aka Viktor Vaughn aka King Geedorah aka... Ojalá pudiera cumplir aquel sueño, expresado en alguna entrevista, de asistir a un concierto propio pero desde la platea y en calidad de mero espectador. ¿Quién sabe? Capaz que lo consiga...

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La ilustración es obra de Vlasis Gougosis

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