viernes, 6 de julio de 2012

Una cuestión de fe


A ver como explico esto para que se entienda. Hasta no hace mucho, en lo que respecta a cuestiones futbolísticas, yo era principalmente del Madrid, en menor medida del Levante y residualmente del Betis. He dicho era, habéis leído bien, porque ya no es así. Y es que a fuerza de leer los diferentes textos que Enric González ha dedicado al mundo del balompié -¡ya van unos cuantos!- mi adhesión incondicional a unos (o varios) colores ha variado. Sí, sí, va en serio, ¡creedme insensatos! Que yo también me tragué aquello de que en esta vida uno puede cambiar de ideología política y hasta de pareja, pero nunca jamás de equipo de fútbol. Pero era mentira. Enric González me ha hecho ver la luz. Me retracto de mis filiaciones anteriores y proclamo mi adhesión incondicional a un nuevo club: ¡A tomar por culo la meseta! ¡Que reviente la granota! ¡Mierda pa’l Betis manquegane! ¡Me declaro enricgonzalista! Pero no solo en lo futbolístico, ¡sino en todo! Y es que lo que diga/escriba Enric González Torralba (Barcelona, 1959) es palabra de Dios (¡te alabamos señor!).

Ya son varias las ocasiones en las que me he referido a este periodista referencial en cuestiones de todo tipo. He comentado y/o enlazado varios de sus artículos entre los que destacan un buen puñado dedicados al deporte rey, como los que se incluían en aquellas “Historias del calcio” que os recomendé allá por los albores de esta bitácora. Pues bien, ahora os voy a hablar de “Una cuestión de fe”, su última obra y que está publicada por los Libros del KO, interesantísima editorial centrada a cuestiones deportivas expuestas por gentes de fuera del gremio. Se trata de un libro chiquitito, de apenas once centímetros de ancho por quince de alto y medio de grosor, en él cual se nos habla de una pasión y de una fe inquebrantable: La que González profesa por el RCD Espanyol desde crío. Porque hay que tener fe para ser seguidor de ese equipo eternamente ninguneado en su ciudad -siempre a la sombra del todopoderoso Barcelona-, en su región -demasiado español para la catalanidad dominante- y hasta en su país -demasiado catalán para muchos españoles-. Pero el amor a unos colores es irracional y se mide por el grado de dolor que es capaz de inflingirnos aquello que amamos y como manifiesta el propio autor: “ninguna institución futbolística puede dolerme tanto como el Espanyol”. 
“Recuerdo un partido siniestro contra el Castellón. Llovía sobre Sarriá. La tarde era fría y oscura. El arbitraje, infame. El Espanyol jugaba de pena. El público empezó a protestar agitando pañuelos. Y en ese momento se fue la luz. Sobre el césped quedaron unas sombras tristes. Cuando se resolvió la avería de los focos, el Castellón marcó de penalti. Así acabaron las cosas, 0-1 y gran bronca del respetable. En ese momento decidí que sería del Espanyol.”
El libro traza un recorrido por la historia del equipo blanquiazul, explicando el proceso a través del cual se construyó la compleja identidad del club, “una identidad que existe y es sólida, aunque se haya forjado de forma casual y sin esfuerzos intelectuales por reescribir la historia. La identidad del Espanyol se ha construido desde la minoría, con derrotas muy dolorosas, una época de exilio y una constante necesidad de resistir. La identidad del Espanyol es la fe. Eso es lo que intenta reflejar un lema un tanto melifluo: La força d’un sentiment.”

En este camino, González se introduce en otras interesantes a la par que polémicas cuestiones, como las expuestas en el segundo capítulo -“La invención del pasado”- con datos, referencias y reflexiones que, muy posiblemente, no gustaran a los seguidores más fanáticos del Barça.

En fin, que me ha parecido un pequeño gran libro. Y eso que, para ser sincero, a priori, la historia del RCD Espanyol me la trae bastante al pairo. Pero es Enric González quien pone la pluma, así que...
...y encima me apetecía seguir la línea futbolera iniciada por la controvertida entrada de anteayer. Hala... 

Ah! Y que no se me olvide... "Un cuestión de fe" incluye un glorioso fragmento que nadie que lea el libro pasará por alto:
“Los desastres no son inevitables. No cuesta nada concebir un universo paralelo en el que Adolf Hitler se dedica a pintar acuarelas, Josif Stalin se queda en el seminario y Javier Clemente va a Leverkusen, en los suburbios de Colonia, a jugar al fútbol. En ese universo, libre de Auschwitz y del gulag, Valverde marca un gol en Leverkusen, el Espanyol levanta su primer trofeo continental y el mundo es más feliz.”
¡Grande! 

2 comentarios:

  1. Bueno yo soy Perico aunque por puritita casualidad y Catalanista (aunque no me guste para nada esa definición) , que igual es que no soy Catalinasta vete tu a saber. Por pura casualidad , porque le cogí simpatia de crío al equivocarse mi tia en mi comunión al regalarme la indumentaria del RCD Espayol en vez de la de la Selección Española , yo entonces lo que era es fan incondicional de Ayala.
    Pero vaya en cualquier caso defiendo totalmente el destierro de los estereotipos , todo el mundo piensa que en el Español solo hay fachas y anticatalanistas , y no siempre es así (cosas de futbol+política=mal asunto)

    Habrá que echarle un vistazo al libro de marras , aunque yo no soy futbolero en cuestión de litera lo que importa es la pluma no el tema.

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  2. Pues te recomiendo que lo leas, te va a encantar. González es una de esas "raras avis" que son capaces de escribir sobre fútbol sin caer en los tópicos de siempre ni abundar en las típicas cuestiones mil y una vez expuestas. Encima el libro es baratito y muy (pero que muy) corto. También te recomendaría el que tiene sobre el calcio italiano que, además de hablar sobre cuestiones fútboleras, supone una crónica de ese país a través de la pasión por el balompié...

    Un saludo.

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