El
problema a la hora de abordar cualquier
novela de James Ellroy es que, a día de hoy, el listón ya
está
demasiado
alto.
La expectativa y
la confianza del acólito es
ilimitada y eso no hay párroco
que
lo sostenga. Y claro, al amigo Ellroy le acaba pasando como al
gran Javier Sotomayor, incapaz de mantenerse
en la cima
tras saltar al menos dos
metros treinta
en 192 competiciones oficiales. Vale, sé que se
me ha ido un poco la olla. Me
estoy pasando tres
pueblos y medio y este hombre no se lo merece. Tan solo quería
mostrar mi decepción tras la lectura de esta
“Ola
de crímenes” que
como habréis deducido, no me gustó demasiado. Eso no quita que
su
escritura siga
rebosando
ingenio
y
muestre aquellas
señas de identidad reconocibles e intransferibles que han aupado al
autor angelino hasta la
condición de figura de culto. Pero es que pasar de el Cuarteto de Los Ángeles o la Trilogía de los Bajos Fondos a esto...
Tal vez, ese no sea el verdadero problema de “Ola de crímenes”.
No en balde, algunos de los relatos y artículos incluidos son anteriores a varias de las mejores novelas de Ellroy. Pero
la irregularidad de la compilación y, muy por encima de todo, la
mediocridad de algunos de los cuentos, hacen que te quedes con un amargo regusto que no lo arregla ni aunque te metas cien chicles de clorofila en la boca. Otra cuestión son las
crónicas publicadas para la revista GQ que aquí se recogen. Algunas
de ellas son directamente maravillosas. Con una mención especial para
“El asesino de mi madre”, historia que dio origen a “Mis rincones oscuros”. Celebradísima obra en la que este hombre
grande, arrogante y provocador se desnuda ante nosotros, expiando sus
pecados de juventud ocasionados, en gran medida, por ese crimen y
la frustrada investigación policial que vino a continuación.
También me ha parecido buenísimo el retrato que Ellroy ofrece sobre
el conocido affaire O.J. Simpson. Desmontando la figura
de ese ex-jugador de fútbol americano, miembro del Salón de la Fama, al que muchos conocimos por sus escasas dotes cinematográficas
en la saga “Agárralo como puedas”.
Con
todo seguiré atento a todo lo nuevo que vaya ofreciéndonos. Alguien que puede ser considerado ya y por méritos
propios, como uno de los más grandes de la literatura norteamericana. Y
no hablo solo de novela negra. Es evidente que su talento va mucho
más allá del género y cualquier encasillamiento sería tremendamete injusto.
Más sobre Ellroy aquí... (y tirando del hilo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario