Ya
hace la hostia de tiempo que me leí este libro y ahora me
he dado cuenta de que no lo reseñé. No passa res... esh iguaaaaal... como Albert y
Mariano...El caso es que me gustó mucho.
Se trata de una
compilación de relatos que no llega a las 200 páginas. Su autor es
brasileño, Rubem Fonseca, Premio Camões 2003 -para los que
no lo sepáis vendría a ser el Cervantes en lengua portuguesa-. Un
ex-comisario de la policía de Rio de Janeiro que, tras colgar la porra,
se dedicó al mundo de las letras. De esa experiencia y de su formación jurídica previa, saca la galería de tragedias humanas
que pueblan las historias incluidas en “El cobrador”. Con una mención
muy destacada para ese peculiar recaudador de deudas vitales
impagadas que protagoniza el último cuento. Un poeta del inframundo
que se debate entre la justicia, la locura, el gore y el
romanticismo. Tampoco está nada mal la movida de Anísio el del
bar con “el falso perpetuo”. Alguien capaz de vender a su madre por
tal de ganar una apuesta. Y es más o menos literal. O ese "Pierrot de la caverna" y sus miserias
vitales, sincerándose ante la grabadora, para disgusto de propios y extraños.
Diez relatos ásperos, impactantes y no
aptos para todo tipo de estómagos. En cada uno de ellos Fonseca nos regala
algún cuadro literario inolvidable. En ocasiones llegando a producir perplejidad.
Muy
recomendable.
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