Reconozco
que le entré a este libro con muchas de reservas. Supongo que por
aquello de la weird fiction con la que se suele etiquetar a
esta y a otras obras del autor, para encasillarlo en un espectro
literario en el cual caben demasiadas cosas y no necesariamente
buenas. También por culpa del escribiente, el británico China
Miéville, a quien tenía por lo que no es, si bien, ese prejuicio ya
estaba bastante debilitado por obra y gracia de Javier Calvo. El caso
es que, pasando por alto lo anterior y las más de quinientas páginas
de las que se compone, me adentré en el entramado de dos ciudades,
Besźel y Ul Qoma, de alguna manera superpuestas ya que, en gran
medida ocupan un mismo espacio geográfico. Una ciudad y otra ciudad
que lo son por la voluntad enfocada de sus ciudadanos, además de la
amenaza latente de un poder secreto conocido como "la brecha",
que obliga a que la percepción de los lugareños sea la de vivir y
funcionar en dos espacios diferenciados con una interacción que
tiende a cero.
Dicho
lo cual y aunque pueda parecer sorprendente, la novela responde más
a los patrones del género policíaco, a la novela negra clásica, que
al universo de la fantasía, el sci-fi y/o derivados. La premisa es
la aparición del cadáver de una mujer joven sin nada que la pueda
identificar. Para llevar a cabo la investigación se confía en el
inspector Borlú, de la policía de Bészel, quien, en el marco de
las pesquisas, se verá forzado a viajar desde su decadente ciudad
hasta la urbe rival y vecina, la anteriormente mencionada Ul Qoma.
Para cruzar la frontera, el inspector deberá emprender un viaje no
tanto físico como psíquico. Ver aquello que hasta ahora debía
desver y viceversa. Una vez allí se verá envuelto en un submundo
repleto de nacionalistas que intentan destruir a la ciudad vecina,
unionistas que conspiran para alcanzar la lógica fusión, políticos
corruptos, empresarios sin escrúpulos, los fantasmas de Orciny y
como no los chicos de "la brecha".
La
verdad es que la imaginación de Miéville no tiene limites y es
capaz de construir una gran novela de fantasía que no lo es
realmente, o al menos no tanto como parece. He visto que con ella
este escritor, profesor y político inglés, ganó el Premio Hugo y
el Arthur C. Clarke, entre otros. No me sorprende.
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