Y es que no recuerdo la última
vez que me sumergí en la lectura de algún eminente representante del mal llamado "noveno arte". Vale
que aquí a la distancia me cuesta Dios y ayuda agenciarme las cosas que van
publicándose y me interesan. Eso y que cuestan mucha pasta. Ya no sé si es por el
impuesto aplicado o porqué los libros llegan nadando desde el Viejo Continente.
El caso es que me he leído “El Árabe del
futuro” del francés Riad Sattouf, ganadora del Gran Premio a la mejor obra en el Salón del Cómic de Angulema. La historia real
de un niño rubio y de su familia en la Libia de Gadafi y en la Siria de Hafez
el Asad. Poca broma. La primera parte, porque creo que ya tiene tres y aspira a
una cuarta bajo la etiqueta “Una juventud en Oriente Medio”. Y es tremenda. Tras
unas viñetas de tono bastante naif y en las que abundan los colores pastel, Sattouf nos habla del
racismo, del destierro interior, del patrioterismo y de cantidad de temas en
clave autobiográfica. No nos habla tanto del hecho de ser árabe como de la
atípica infancia de alguien que es medio árabe y medio bretón. Aunque lo más chulo del
álbum es como mezcla la gran historia con su historia. La calidez y la naturalidad
con la que Sattouf nos da cuenta de las complejidades de criarse en aquellos
parajes y en ese momento histórico. Con las revoluciones socialistas de fondo y en un periodo pre Al-Qaeda. Por supuesto mucho antes de ISIS. Resulta entrete, pero sobretodo, muy
interesante. Así que, en cuanto pueda, me agencio las secuelas. Creo que merece la pena tenerlas.
“Cuando empecé a escribir esta historia no me propuse hacer un exorcismo personal ni hablar así, en general, del mundo árabe. Tenía este proyecto en la cabeza desde hacía mucho tiempo pero no me atrevía a ponerlo en marcha, había ahí recuerdos dolorosos, y además me resulta bastante difícil eso de hacer un cómic autobiográfico. Quizá porque a mí, como lector, me gustan poco las historietas autobiográficas”.
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