lunes, 20 de mayo de 2019

Lo de GoT. O JdT. O JdT sino te gustó GoT, que también…

Sí, yo también veo Juego de Tronos (en adelante GoT por cuestiones obvias). O más bien la veía, ya que anoche a eso de las 22.30, hora local, se bajó el telón de la serie que me ha acompañado durante los últimos nueve años. ¿Y qué tengo que decir de eso? Pues no mucho más de lo que se desprende de ahí. Vaya, que tras todos esos años siguiéndola, ocho temporadas completas, setenta y un episodios de una hora o más de duración, estando al día y sorteando spoilers con más habilidad que un keniata esquiva los obstáculos, pues como para decir que no me ha gustado. De hecho creo que es la única vez en mi vida en la que he sido realmente fiel a un culebrón de este tipo.  

¿Quiere eso decir que considero a GoT como la mejor serie de la historia de la televisión? Hombre, no. Entre otras cosas porque no he tenido tiempo de verlas todas. Tampoco ganas. Encima, de las que he visto, se me ocurren unas cuantas que me gustaron tanto o más así a bote pronto. Pero nunca fui fiel a cualquiera de ellas. Ni siquiera a “The Wire” o a “Los Soprano”, la cual solo vi tras ceder a la insistencia continuada por años de uno de mis mejores amigos. Los que me conocéis sabéis lo que me cuesta engancharme. Que no soy mucho de esperar. Así que, teniendo eso en cuenta, ¿Cómo no reconocerle el mérito a la HBO, como productora y a David Benioff y D. B. Weiss como creadores, si me han mantenido expectante todos estos años? Solo puedo darles las gracias. Eso y a otra cosa mariposa. Porque sí, todo muy guay pero al final no hay que perder de vista que GoT es mero entretenimiento. Y lo que hoy es GoT mañana será otra cosa. I no passa res. Eso es lo que muchos fans de GoT olvidan. Esto es televisión. Entretenimiento a lo grande, vaya. Muy bien hecho. Y desde esa óptica GoT es un puto diez.

Por eso me sorprende la desazón generalizada en los fans. Mucho más en el caso de esos seguidores sobrevenidos que, aprovechando la popularidad de la serie, se iban sumando al carro. Digo yo: ¿Para qué os acercasteis a la serie? ¿Qué esperabais encontrar, una de Dreyer? ¿Es porque sois más de sitcoms rollo “Friends”? Ah, no…  qué queréis que la última temporada la dirija Peter Jackson… En fin… ¿Acaso no os entretuvo? Entonces... ¿por qué coño continuasteis con ella, so mendrugos?  Y luego están los talibanes de “Canción de Hielo y Fuego”, la fantasía épica escrita por George R. R. Martin en la que se basa/inspira la serie. Los ofendiditos de los libros, vaya. Respecto a estos últimos, tan solo diré que alguna vez comencé la saga y no pude terminar la segunda novela. Me pareció literatura para pajeros. Infumable de principio a fin. Y lo dice alguien que se lee casi cualquier cosa.

Pero el día después de… tan solo leo decepciones. Casi todas basadas en que el personaje X hizo o no hizo tal o cual cosa. Como si los creadores tuvieran que ajustarse a las indicaciones de los fans, en una suerte de democracia del público que espero nunca se dé. Peñita denunciando incoherencias narrativas sobre la base de que, ese final, no se ajusta a sus preferencias. Lo gracioso es que si el final hubiese sido radicalmente diferente, también estarían protestando. Le hubieran llovido las críticas por otro lado, que ya nos conocemos.

Yo me lo he pasado como un Tyrion viendo las ocho temporadas de GoT y perdonadme el chistaco. Y el final me ha parecido bien, ¿Qué queréis que os diga? Que las dos últimas han sido un tanto desastre. Bueno, quizás un poco sí. Especialmente la temporada final. Tal vez porque suceden demasiadas cosas en muy poco tiempo. Supongo que los creadores se habrán visto en la obligación de cerrar el círculo y para ello tuvieron que acelerar la marcha. Cosas que, en la lógica seguida por GoT hasta la sexta temporada, se cocían a fuego lento, ahora se han resuelto por la vía rápida. Las prisas siempre son malas consejeras. Con todo, atendiendo a la complejidad de la trama, creo que el cierre ha sido más que digno. Y para nada improvisado. En este sentido recordar que, ese final estaba escrito desde la visión de la Casa de los Eternos al final de la segunda temporada. Y Tyrion se ha encargado de recordárnoslo en este último episodio, cuando le explica de que va el asunto a Jon Snow. De hecho, cuando anoche lo vi, me pareció hasta innecesario. No me gustan las sobre explicaciones. Pero vistas las reacciones de la peña...  

Ya por último decir algo que parece bastante obvio. Aunque no os haya molado, cualquier relación de tantos años debe evaluarse en su totalidad y no por cómo termina. Desde esa óptica, no se me ocurre ningún otro producto en el actual escenario televisivo que se acerque a GoT. Vamos, ni de cerca. Una historia que nos ha regalado tamaña lista de personajes con los que identificarnos o a los que odiar. Tipos entrañables como Arya Stark, Hodor, el Perro, Tormund, el propio Tyrion Lannister… Otros asquerosos como Joffrey Baratheon o Ramsay Snow. Villanos aterradores como el Señor de la Noche o la gran Cersei… Héroes con capa a los que no sabes si amar u hostiar como el cagapenas de Jon Snow, la Targaryen, Theon Greyjoy y hasta Jamie Lannister. Incluyendo un buen número de momentos impactantes como las muertes de Viserys ante Khal Drogo o de Oberyn Martell a manos de La Montaña, la tremenda boda roja o la decapitación de Ned Stark… Y por supuesto un buen puñado de escenas épicas, que ya son historia viva de la televisión, como las batallas de Aguasnegras y la de los Bastardos, la explosión del Septo de Baelor o cualquier momento dracarys o Valar Morghulis...

Encima ha habido cameos de los Mastodon entre una turba de salvajes más allá del muro, también de los Sigur Rós amenizando la boda de Joffrey y Sansa, o de los Of Monsters and Men cuando aquella obra de teatro que tanto indignó a Arya… Y hemos tenido a Serj Tankian, a los mencionados Sigur Rós o a The National cantando “The Rains of Castamere”, cada uno en su estilo. O a The Hold Steady cerrando la tercera temporada con “The Bear and the Maiden Fair”… También hemos visto más de setenta veces esa intro, ya mítica, que se modificaba año tras año dependiendo de los escenarios en los que se habría de desarrollar la trama. Con la tonadilla compuesta por el gran Ramin Djawadi, responsable de una pieza que se recordará por siempre jamás.  

Y eso es todo lo que tenía que deciros del final de GoT. Luego ya está la cuestión de los chistes y los memes con los que me he reído un rato. Especialmente con Bran “el roto” y tal… O con el momento en el que Sam se adelanta a Clístenes de Atenas e inventa la democracia... Pero eso son historias que darían para otro post.  

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